Seguir para no encontrarse (IV)


Gonjasufi: She gone

Cuando el niño era niño…, caminaba con los brazos abiertos, 
quería que el riachuelo fuera un río, el río un torrente, y un charco el mar. 
Cuando el niño era niño, el no sabía que era niño, todo era alegría y todas las almas una. 
Cuando el niño era niño, no tenía opinión sobre nada, no tenía costumbres, 
se sentaba en el suelo, corría por doquier, tenía un tirabuzón en el pelo y hacía muecas al hacerse fotos. 
Cuando el niño era niño, se despierta un día en una cama extraña, y ahora lo hace siempre. 
Antes, le fascinaban muchas personas, y ahora solo si está de suerte. 
Se imaginaba claramente el paraíso y ahora apenas lo adivina. 
No solía pensar en la nada y hoy se estremece con esa idea.
Cuando el niño era niño, jugaba con entusiasmo y ahora solo siente algo parecido cuando se trata de su trabajo...

Cuando el niño era niño… era el momento de hacerse esta pregunta: 
¿por qué soy yo y no soy tú, por qué estoy aquí y no estoy allí; cuándo empieza el tiempo y dónde termina el espacio?
 ¿No es la vida bajo el sol un mero sueño?
 ¿No es lo que yo veo, oigo y huelo nada más que el reflejo de un mundo delante de otro mundo? 
¿Existe realmente el mal y gente que realmente es mala? 
¿Cómo puede ser que yo que soy yo antes de serlo no lo fuera y que algún día yo, que soy yo, deje de ser lo que soy?

Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín; 1987)
Escrita: Peter Handke
Director: Wim Wenders




Qué camino tomar, me pregunté entonces. Ahora veo con mayor claridad que el camino era lo que menos importaba, que de hecho era yo el que acababa atravesado por los caminos en los que me internaba. Al igual que todos ellos se cruzaban y sus trayectorias siempre se acababan desviando hacia el mismo sitio, reconduciéndome una vez sí, y otra también, a mí mismo, hacia mi propia alma, hacia aquella conciencia que pretendía haber dejado tan lejos y con la que no deseaba enfrontarme. Tomase la decisión que tomase, el recorrido íntimo que debía llevarme a la confrontación personal resultaba inevitable. Pero entonces no lo sabía. 

Podría haber corrido tras ella. Todavía estaba allí, en forma de punto distante apunto de doblar el horizonte. Unirme unos días más con Kajsa y contemplar como intentaba ensamblar los despojos que dejaba a su paso para rellenar los huecos cuyo contenido aseguraba le había sido hurtado. Podría haber concedido parte de mi ser a su causa, pues ella deseaba ser llena, y yo en aquel momento buscaba desposeerme de mi mismo. Ella actuaba como una persona-agujero definida por su vacío, y yo como una persona-materia que circunda y envuelve su concavidad. ¿Pueden existir el uno sin el otro? Los agujeros se definen como parásitos ontológicos: siempre existen sobre y en algo, no pueden vivir aislados. ¿O será al revés? Todo vacío está rodeado por sustancia, al mismo tiempo que toda sustancia queda definida por los vacíos que la rodean. ¿Qué está dentro y qué está fuera?

Me resultaba difícil distinguir entre lo que yo fantaseaba y lo que consideraba real. Siempre me ha costado. De niño enfermé de sueños y fantasía y nunca me curé del todo. He vivido con fantasías toda mi vida y deseaba despojarme de ellas. Con gran esfuerzo podía vislumbrar la realidad, y conseguir que esta fuese real, seguir su sendero… pero la realidad era violada incesantemente por fantasías. Irme con ella era una fantasía, estaba claro. Cruenta, por posible, pero fantasía tal y como yo imaginaba el viaje. Ya entonces sabía de mi capacidad para hilvanar, y de mi incapacidad para coser, y de como tarde o temprano todo lo que zurzo acaba por desenlazarse. Lo que hubiésemos juntado acabaría desgarrado, mi arte para los remiendos no es muy bueno. Temo acabar oprimiendo demasiado las telas y romper el hilo antes de tiempo. 

Aquel no era mi sueño. No el que aguardaba. No el que tocaba en aquel momento. ¿Si allí no estaba mi sueño, por qué quedarme allí? Así que simplemente me puse a caminar en dirección contraría a la suya. Esperando que alguna carretera me cruzase y me indicase la próxima trayectoria a seguir.

¿Dónde van a parar todas las vidas que no vivimos por vivir la nuestra?



21 degustaciones:

vera eikon dijo...

A pesar de toda la poesía que tienen tus tetos, no dejo de apreciar en ellos cierta mirada-digamos-"científica". Veo que el tema del vacío es recurrente en ti. Me gusta como lo enfocas. "Podría haber concedido parte de mi ser a su causa, pues ella deseaba ser llena, y yo en aquel momento buscaba desposeerme de mi mismo." Esta idea es exquisita. Me gustan tanto tu voz como tu tempo narrativo. Tus textos enseguida me envuelven. Besos

Aka dijo...

Tienes toda la razón Vera, muchos de mis textos, o al menos imágenes que aparecen en ellas se me sugieren leyendo textos científicos... y supongo que la manera de analizar las cosas pues también acaba calando y se nota en los escritos. Pero me gusta la idea, personalmente encuentro mucha poesía en las matemáticas o la filosofía asociada a las mismas, a su lenguaje abstractos que puede aplicarse sobre casi todo porque en el fondo no es nada. Y claro también la biología, pero eso resulta más sencillo, la naturaleza de siempre ha sido una gran musa, sin necesidad de ser biólogo para apreciar su belleza.
El vacío en algunos textos es bastante recurrente, una vez me sentí vacío, y fue la sensación más terrorífica que tuve nunca, supongo que eso marca.
Besos

Laiseca Estévez dijo...

Permiteme decir que tu enfermedad de sueños es maravillosa, y dónde van las vidas que no vivimos a mí tambien me gustaría saberlo. TUS TEXTOS SON COMO UNA BUENA PELICULA SIEMPRE ME DEJAN CON GANAS DE MÁS...
Un abrazo otoñal AKA

Aka dijo...

Gracias Laiseca, yo también espero que no se llegue a desarrollar nunca una vacuna o remedio para combatir las fantasías. Sería interesante poder espiarnos en algún momento como han evolucionado nuestras vidas imaginadas... me pregunto si nos parecerían mejor que la vivida. Muchas gracias por el comentario.
Otro abrazo otoñal

Bird dijo...

Ver lo que los demás no ven. Salir a caminar y "percibir el olor de una flor que aun no ves", los sueños te llevan lejos la realidad solo al suelo. Muy buen relato como siempre.

Aina Rotger Vives dijo...

Los textos de Aka son así, una mezcla de olores, colores y sensaciones que nos seducen a todos/-as.

el maquinista ciego dijo...

...parece que ese niño que enfermó de sueños se convirtió en un múltiplo infinito de sí mismo, con demasiadas vidas/ecuaciones por resolver...quizás por eso necesite ir rellenando vacíos (lo que a otros les falta,a él le sobra)...

...'sabía de mi capacidad para hilvanar, de mi incapacidad para coser'...genial!... me ha caído como un puñetazo de esos que en las películas se dan en el hígado o la boca del estómago, y el golpeado va cayendo a cámara lenta....así, tal cual.........y he decidido además que no tengo ganas de ir al médico, así que me autodiagnostico gracias a tu texto esta misma (dis)capacidad...

Abrazo de mañana rara, rellena de oquedad...;))

Aka dijo...

Algo de sueño es sano Bellarte, a mi me salva muchos días de los mecanismos diarios. Me ha gustado mucho lo de percibir una flor que aún no ves, bonita imagen. Muchas gracias por el comentario.
Besos

Aka dijo...

Muy halagador Aina, me encanta que te gusten mis textos, todo y que la mayoría sean en tonos grises o blanco y negro... va como va.

un abrazo

Aka dijo...

Ese niño nunca se recuperó Maquinista, debe ser una infección vírica de esas que queda latente y que siempre necesita desprenderse de cosas, las necesite o no el otro, hasta colapsarla.
No sé yo si es muy bueno esto de autodiagnosticarse, pero bueno, ¿a quién le apetece ir al médico?

abrazo de buenas noches, confiando que la oquedad sea menor a estas horas.

Frida la llorona dijo...

Jamás dejes de lado los sueños...jamás, que somos sin ellos? Es un maldito-bendito virus.

Dice Serrat:

"De cuando estube loco aún conservo el carnet de majara en la cartera".....

Siempre perfilando caminos que en realidad son sueños...apuesto por encontrar,y seguir carreteras,caminos o cimas escarpadas.

Un plaer enormeee llegir-te, et diría que ho signesis amb elmeu nom,la identificació es total.

Una abraçada estimat Aka.

anuar bolaños dijo...

Esto me queda,
una música disonante,
los metales de mi crucifijo,
el anjeo que no permite
a mis entrañas desparramarse,
un silencio que templa pancartas,
el llanto que desteje mi voz.

Aka dijo...

Muchísimas gracias Anuar por tus versos, creo que son el perfecto epitafio que describen el estado de ánimo del personaje en ese momento, me quedo con los sonidos metálicos del crucifijo y el silencio de las pancartas... lo mío es obsesión por los sonidos, y los paisajes que evocan.

un abrazo

el maquinista ciego dijo...

No dudo ni por un instante de la fuerza y continuidad en su esencia de ese virus, y se agradece, porque así escribe lo que escribe y además tan bien como lo hace ;))
No, autodiagnosticarse no es bueno, pero a veces uno sabe de sí mismo aunque no sea médico (disiento aquí contigo, no me gusta el tiempo que pierdo yendo, esperando y volviendo, ni me gusta estar enferma, pero me gustan los hospitales...historia muy –demasiadísssimo- larga..)
Gracias por el abrazo, sumado a otros cuantos que recibí por ahí adelante parece que surtieron efecto y el hueco se hizo un relleno de buen humor con todos ellos, como una almohada mullidita para conciliar mejor el sueño y tener una buena mañana ;))
Feliz fin y comienzo –cuando llegue- de semana, Aka!

i*- La que canta con Lobos dijo...

El cielo sobre Berlín es una de mis películas favoritas. Tengo una obsesión con esa película. Creo que nuestras vidas no vividas van a otro universo paralelo. Un abrazo Aka.

Aka dijo...

Celebro que los abrazos llegasen Maquinista! Cierto uno mismo suele intuir en la mayoría de los casos si está o no bien, y si necesita ir o no al médico... le cedo los hospitales, creo que sufro algo como clinicofobia u hospitalofobia que seguro que existen, pues hay fobias para todo, y sino deberían añadirlas ya a su lista psicólogos y psiquiatras.
Gracias por sus deseos, también espero que pase un buen fin de semana. Un abrazo.

Aka dijo...

Es una gran película, a mi me encandiló sus voces en off que van narrando historias y versos al margen de la propia historia, y la banda sonora con Nick Cave... y por supuesto las imágenes de Berlín. Una ciudad increíble llena de contrastes.
Un abrazo Loba

Anónimo dijo...

Eres increible narrando y me resulta facil verme en lo que escribes, porque, yo mismo me cuestiono todo lo que vivo o lo que podria vivir; es una lasrima tener siempre que decidir una unica opcion, es una lastima que los sueños, las fantasias, queden siempre en el territorio de nuestra imaginacion, ¿o tal vez esten bien asi? quizas si los sueños alcanzasen la textura de la realidad perdiesen su valor... si, quiza es mejor asi, y que los soñadores sigamos siempre quedandonos con el ansia de soñar mas. Un abrazo amigo.

çç dijo...

A veces nos atraviesan

Aka dijo...

Gracias Lázaro por el comentario, tenemos que conformarnos con la fantasía que que vivimos y volvemos real, que no es poco, y dejar que las otras sigan creciendo como fantasías para sostenernos cuando la realidad cojea un poco. Un abrazo compañero.

Aka dijo...

Por fortuna Rider nos atraviesan y arrollan, y no siempre todo depende de las decisiones meditadas.
Un abrazo