Persian Claws: Novacaine
55°53′00″N 26°32′00″E cellisca persistente.
Jelgava, Letonia.
marzo–1995
No era tan mala madre, antes de abandonarnos se aseguró de prepararnos la merienda para que al volver del colegio tuviésemos algo que comer. Allí estaba, como cada día, el vaso de leche en medio de la mesa y cinco, ni una más ni una menos, siempre cinco galletas bien apiladas con un par de pastillas de chocolate coronándolas. ¿No la convierte eso en una buena madre?¿No la exculpa por abandonarnos?
Yo sufría, sufro todavía un gran vacío que no consigo llenar con nada, y mi angustia alcanzaba a mi madre, la cual presentía todo aquel dolor. Le contagiaba mi descontento. En una ocasión me dijo que de saber que iba a sufrir tanto habría abortado. Llegó a reconocer que odiaba la idea de vivir de aquella manera, y de habernos forzado a mi hermano y a mí a padecer la vida. No tengas nunca hijos, me recomendó una vez, tus hijos no-natos te agradecerán que les evites éste trámite absurdo. Solo una buena madre podría dar un consejo como ese, ¿no te parece? Tanta sinceridad solo puede provenir de alguien que realmente se preocupa…, porque ella siempre se ocupó de nosotros, cuidó de nuestras necesidades y se desvivió por ello. Se vació por nosotros y finalmente se rompió su fragilidad adoptada… yo con mi incapacidad por la felicidad la arrastré a abandonarnos, de no alejarse de mí se hubiese consumido. Su pequeño y débil corazón no lo hubiese resistido. Yo la empujé a abandonarnos. Eso la salvó.
Una vez, nuestra vecina la encontró balanceándose como un péndulo en la cocina. El suyo fue un intento sincero, un gesto desesperado, muy lejos de mis escarceos con el suicidio. Lo mío siempre fueron juegos, meras curiosidades por saber que se siente cuando uno va hacia la muerte. No sé…, quizás esperaba llenar con aquellas sensaciones el agujero que persiste en mis entrañas. Nunca he tenido una intención real de matarme, todo y la desilusión que me capitanea me aferro a la vida y a la esperanza de que encontraré en ella lo que me falta, por eso estoy en la carretera. No busco, no serviría de nada, pero me muevo de manera errática con el fin de topar con ese algo. Aumentando mis posibilidades. Encerrarme en casa o clasificar cartas en correos no funcionaba, así que decidí un día marcharme…
Mientras me explicaba todo aquello paseaba las yemas de sus dedos por las cicatrices de sus antebrazos, redibujándolas todas ellas. Recorriendo con su tacto sus memorias. Luego sin más, apagó la luz de la habitación y nos sumimos en el silencio. Dos puntos candentes. Dos cigarrillos que se consumían silenciosa e individualmente en la oscuridad.
Fuera seguía cayendo aguanieve.
33 degustaciones:
A veces hay distancias enormes que no se saben como superar. Podemos tener a una persona hombro con hombro, pero esa persona puede estar al mismo tiempo a mil años luz, eso siempre en plena penumbra. La dualidad del ser siempre será un algo unido al eterno retorno. Un abrazo.
Me ha encantado, Aka, estás que te sales.
Una escena llena de dudas, preguntas y justificaciones.
Se aprecian los pesares de cada uno, se siente y se comparte la angustia y la impotencia.
No sabría ponerme yo en ninguna de esas pieles, probablemente no actuaría como requiere la situación, ¿cómo se puede abandonar a un hijo?, ¿cómo no se va a perdonar a una madre?
No sé cómo explicarte Aka, cuánto me "pegó" este relato. La depresión es una enfermedad. Se necesita ayuda. Tal vez no quisiste manifestar eso en tu escrito, sin embargo no puedo no asociarlo. Lo peor es que si no se atiende a tiempo y con convicción se autodestruyen familias enteras y, como una maldición, viaja de generación en generación. Está perfectamente relatado. Dolió.
La depresión... uf... es una larga lucha diaria contra uno mismo...
Gran relato, impresionante!!!
Un abrazo
Era una buena madre,una muy buena madre. La vida pesa demasiado algunas veces, tal vez demasiado algunas veces, y tal vez un@ quiere ser una buena madre y lo sigue siendo aún sin poder. Pero los hijos no son de una madre, son de la vida misma.
Entropía...si, como tantas otras cuestiones sólo quién la sufre puede llegar a comprender la absoluta valentía de un suicida.
Esa madre jamás engaño.
Tu relato es estremecedor, sabes poner serenidad en los rincones más oscuros quehabitan nuestras almas. Gracias por ello.
Una abraçada forta i plena de llum.
"Dos cigarrillos que se consumían silenciosa e individualmente en la oscuridad." , creo que esta frase lo dice todo.
A veces hay abismos insalvables entre dos almas que se quieren.
Un beso Aka
Me gusta su idioma ... creo que tu idioma el más atractivo de todos. :)
gracias por el comentario.
tu blog me encantó.
besos
Guau *_* que escritura, que vocabulario... Me encantó, melancólico pero muy conmovedor, sin duda...
Te sigo. Gracias por pasarte por mi blog y comentar :)
AKA, no sé qué comentar. Como madre me quedo con todas y cada una de las palabras de este escrito, magnífico, que me ha gustado mucho. También como hija pienso en ello. Y sigo sin encontrar otras palabras para describir lo que me hace sentir.
Me gusta, es muy bueno.
Un saludo.
Carmen.
Maravillosa tu forma de relatar Aka, como el narrador cuenta la confidencia de su acompañante, esa historia oscura de madres que van porque ya no soportan mas ver la falta de alegria de sus hijos depresivos. Genial de verdad. Un saludo
Cada persona es un mundo Aulladora, podemos disfrutar de la compañía de otra persona y de su comprensión y nuestra comprensión de ella, pero cada uno es independiente y así debe ser.
Un abrazo.
Gracias por el comentario Aina. Muy difícil ponerse en la piel, afortunadamente nunca lo ha sufrido directamente, no creo que fuese capaz de abandonar a un hijo, pero sí de perdonar a un padre o madres, pero todo debe verse distinto en sus correspondientes circunstancias, es difícil hacerlo desde otras distintas.
un abrazo.
Muchas gracias por comentar Emma. No me planteé enfocarlo desde el punto de la depresión, pero imagino que el vacío y la incapacidad de insatisfacción de la protagonista y la persona en la que está basada era fruto de la depresión. Como dices, en los casos que he conocido indirectamente, la depresión afecta no solo al núcleo familiar sino a todas las personas que hay alrededor. Es un serio problema en nuestra sociedad actual.
un abrazo muy fuerte
Nunca son fáciles los combates con uno mismo No me pises, son los más duros, cuando ni hay más rival del que huir.
Besos
Ay Frida, no sé, quizás tengas razón, y obviamente mejor reconocer la incapacidad para educar o cuidar unos hijos a maltratarlos o mal atenderlos, pero ha de ser una decisión muy dura, tanto para la madre como para los hijos comprender la situación. En cuanto a la valentía del suicida, supongo que habrá de todo, cada caso es distinto... no sé yo le tengo demasiado apego a la vida como para ni planteármelo, pero entiendo quien lo haga por X circunstancias, pero en los casos de depresión, etc. uno no es del todo consciente y no sé hasta que punto es un acto de libre elección o un impulso del que arrepentirse en otro momento... difícil decirlo.
una abraçada ben forta
Las almas son individuales Carmela, y requieren sus rinconcitos con frecuencia.
Un beso, y gracias por tu visita.
Gracias Daniella por el comentario. El castellano no es más bello que otras lenguas, el portugués también es precioso... cada lengua tiene su propio encanto, su sonoridad, su carácter y su lenguaje, lástima que yo sea tan malo para las lenguas.
un beso
Muchas gracias por pasarte y por comentar Kelly.
un beso.
Gracias por tu visita Carmen, y tus comentarios siempre bien recibidos aquí. Un abrazo muy fuerte.
Gracias Lázaro, me satisface que te gustase la lectura. Un abrazo de vuelta, nos vemos en nuestros respectivos blogs.
A veces el problema no está en poder o saber educar a los hijos, o en la convivencia dentro de un núcleo familiar del tipo que sea, sino en saber comprender que sean quienes sean nuestros acompañanantes en cada tramo de la vida, cada uno de ellos y nosotros, somos seres libres e independientes y que la comunión perfecta de las almas es imposible.
Me ha gustado mucho tu relato, Aka.
Un beso.
Un tema tremendo, a la gente nunca la terminamos de conocer. Opino como mi querida Medusa, puedes estar hombro con hombro con una persona y no saber en realidad que hay dentro de ella. La complejidad de algunas personas es infinita.
Muy intensas tus entradas.
Besos mil
La comunión perfecta de dos almas desde luego no puede ser perfecta afortunadamente, y cada una debe mantener su independencia si bien es necesario un mínimo de comprensión entre ellas como bien apuntas María.
Muchas gracias por el comentario, un beso.
Qué agradable visita Miette, me alegro de tu visita por mi espacio. Saber lo que hay dentro de las personas es harto difícil. o al menos a mi me lo parece, siempre dependerá de lo que cada uno quiera mostrar, y aún así la experiencia no queda compartida, pues todo cada uno siente y percibe las cosas de una manera distinta, difíciles de imaginar para el otro.
Besos, cuando llegue el otoño en su esplendor te lo haré saber.
Un saludo Aka, al texto le sobra cualquier comentario (mio) pero me hes himprescindible pasar por estas tierras háridas como el respirar, como el humor en un velorio.
No era tan mala madre, no por la merienda, que suena a ironía, sino por que seguro que quería a sus hijos y en su sufrimiento, no quería verles sufrir a ellos.
Es muy valiente y sincero lo que escribes.
Colección de vinos conversados? Jajaja, que buen nombre, pensé que iba a tratar de otra cosa.
me uno al club hay cuota?, jii, aquí pronto nevara.
Tus paseos por estas letras siempre son una alegría Rider, y sin decir ya se dice mucho. Un abrazo.
Gracias por el comentario Claudia. Lo del vaso de leche es ironía, la ironía en la que algunos nos refugiamos cuando algo nos duele tanto que tenemos que maquillarlo.
un abrazo fuerte
No sé que esperabas Bellarte, pero me alegra que hayas decidido quedarte... quizás no era la oferta que esperabas encontrar pero te has quedado, y de momento no hay cuota, es un club abierto donde cada uno puede servirse lo que pueda ofrecerse. Bienvenida.
Espero que aquí tarde todavía unas semanas, o un par de meses en nevar. ¿Dónde estás?
Un beso
Estoy en columbus, Ohio. Y neva hasta noviembre. Frío frío.
Y No me gusta el vino. jiji. Bai.
Hermoso, Aka. Me has hecho recordar que Sylvia Plath antes de suicidarse les dejó un vaso de leche en la mesilla a cada uno de sus hijos, y se cercioró de que las puertas de sus habitaciones estuvieran bien cerradas. Después metió la cabeza en el horno. Pero hasta el final fue madre, aunque la vida le doliera demasiado. Y es verdad, hay gente a la que la vida le duele, sin que medien razones de por medio. Es terrible cuando esto sucede. Pero lo has retratado muy bien. Tus narradores tienen la facultad de meternos de lleno en la historia. Besos
Si que es terrible que algunas personas se aferren tanto a ese vacío existencial, y la vida les resulte una carga Vera. Es trágico cuando eso pasa, pero ello no les quita humanidad, en algunos caso incluso pecan por exceso de sensibilidad y ello les hace sentir tanta empatía por todo y todos y que su vida queda en un segundo plano. Muchas gracias por el comentario, y por el rayo del sol, aquí estos días escasean y siempre son bienvenidos. Besos
Publicar un comentario