Una estación de tren yugoslava después de la guerra, y no hay nada más que añadir. Cabe imaginar una sala de espera con el suelo damero y la madera carcomida de las ventanas junto a la única puerta de salida, que rechina por el viento gélido de marzo. Bajo un cielo, que en ocasiones, sólo después de la guerra, se vuelve del color del chicle de fresa. Los silbidos del aire y un mendigo dormitando en uno de los bancos, el aire cargado por su apestoso aliento a vinazo. No seguiré para no ponerme retórica y complacer gratuitamente a mis profesores. Tras el aviso del guardagujas se levantaron para abandonar la sala de espera. Ella no dijo nada durante su camino al estrecho vagón.
Únicamente cuando la vio detrás del cristal, comprendió el hermano, que esa mujer no sólo no lo amaba sino que, por lo intenso de su mirada, ya estaba amando con fuerza a otro hombre. Fortalecida en su belleza por el anuncio del viaje y la traición, comenzó a agitar su pañuelo de seda, del que nunca se separaba. Llevaba consigo tres maletas, cada una más pesada que la anterior, la más ligera dedicada en exclusiva a sombreros, guantes y pañuelos. El tren se puso en marcha hacia el hermano no sabía dónde. No conocía el destino de ella, por increíble que parezca. Como dice la canción popular:
Ella se fue/
cada vez más lejos/
desde que vino.
Así que en un acceso de impotencia decidió arrancarse las mangas de la camisa, el mismo gesto que volvió a repetir en mi salón frente a todos los que allí estábamos reunidos. Simulando que el hueco entre mi salón y la cocina era la cristalera opaca del ferrocarril, retrocedió cinco calculados pasos. Y de esta manera, cada uno pudo ver lo mismo que vio su amada, y hasta el jefe de estación, el día de su despedida (¡ah!, todo bajo la espesa niebla del Sava): un magnífico tatuaje que surcaba su bíceps derecho:
TE AMO ETERNO, GISELLE
Cristian Crusat
Breve teoría del viaje y el desierto (2011)
Editorial Pre-Textos. Valencia, 108pp
24 degustaciones:
Me ha gustado la primera estrofa, mucho. El resto me ha parecido algo pomposo. Me gusta más cuando lo que escribes es tuyo.
cualquier noche yugoslava ya es un escenario inmejorable, muy sugerente, me lo apunto
...esa primera frase...esa descripción de la estación...y ese nombrar el 'después de la guerra'....me han llevado a casa por un rato (no al lugar físico, sino a ese otro, al hogar interno...a esas habitaciones y rincones que son sólo de uno, y que si acaso, como mucho, puede llegar a compartir, pero como quien enseña algo a través del cristal de la ventana del tren ;))
...qué duro cuando ves que la fuerza de la mirada que tienes enfrente, esa que ya no te observa ni te indaga, que sólo te roza, no nace de ti y de tu poder, sino que ya es otro el amado u otra la amada...
Me ha gustado. Creo que, aunque no por las mismas razones, retrocederé yo hoy unos cuatro o cinco pasos calculados....los míos en función de los muchos que daré el resto del día, que tengo mucho 'trabajo' (de los días y la vida, no me crean 'produciendo', si acaso el producir 'vagueando' ;))
Abrazo. Y buen fin de semana!
Una descripción plagada de simetrías imperfectas y bellas. El mundo sentimental que crea el autor es realmente personal y envolvente. Saludos! ;)
breve e intenso, mezclado con amor, desierto y despedidas.. todos esos elementos que hacen que podamos sentirlo fácilmente como algo propio
besos templados de septiembre!
Buen fragmento el elegido. Si todo el libro es así, bien merece la pena su lectura.
Biquiños.
se me ponen los pelos de punta al leerte!!! gran blog! un beso
Muchas gracias Aina por la confianza en mis textos, espero pronto poder poner alguno propio.
un abrazo
Carlota, el libro contiene un total de 6 relatos, el fragmento es uno de ellos, los otros suceden en distintos lugares, desde EEUU, Finlandia, España, etc...
un abrazo
Imaginé que te gustaría la descripción de la estación y la escena de ella sentada en el tren. Ese momento en el que descubres que la mirada del otro deja de verte y ya está visualizando a otro es tremendo.
Espero que fuese un día productivo de vagueo, siempre he pensado que se debería hacer una profesión del vagueo ;) es de una tremenda productividad y satisfacción personal.
Si loba, en sus distintos relatos el autor consigue crear un mundo bastante personal, y dar pie a historia de la nada usando simplemente los micromundos de sus personajes. Un abrazo.
el autor juega con los elementos que citas Kristel para en sus historias hacer que podamos sentir empatía por las pequeñas historias que abruman a los protagonistas.
Besos pasados por agua, las lluvias ya han llegado al Pirineo.
Carmen, cada relato es distinto, pero todos tienen un hilo similar, yo me atrevería a aconsejarlo, es una lectura corta con historias curiosas pero muy cotidianas al mismo tiempo.
Petons
Gracias, No me pises, no todos los textos son míos pero creo que los que suelo escoger suelen parecerse en algo a los propios, no es algo que haga voluntariamente pero así me lo parece.
un beso
Imaginó usted bien ;))
Totalmente de acuerdo: el vagueo y el pasmar (bien hechos) son tremendamente productivos, sobre todo en cuanto a satisfacción personal. Deberían regularlo como actividad profesional, sí señor (de hecho, creo que aporto más a la sociedad tras mucha contemplación y calma, puesto que aprendo más, que cuando estoy trabajando sin parar y con la ‘voz y vida en off’……….;))
Un placer envolverme de nuevo en tu lectura, y vengo para quedarme, un abrazo grande AKA.
Es un placer retornar a estos raíles, silbar mientras espero el siguiente tren, reunir apócrifos en los semblantes que siempre describes. Este texto seleccionado supongo arremangado dentro de esa novela que seguramente esconde más secretos que habrán firmado en tu piel significados arcanos; me ha gustado el primer párrafo, tal vez porque nunca me gustaron las despedidas. Esta semana retomaré yo riendas cargado de ilusión para poder ofrecerte nuevos textos, ya viste mi última entrada supongo detenidamente, el gato gris… el agua … me encantó escribirlo pensando en pedazos de la anterior entrada y demás intersecciones mentales.
Un saludo bien hallado!!
Sin duda mis mayores aportaciones también devienen tras un periodo de vagueo Maquinista, deberíamos montar una organización por la profesionalización del mismo.
Un abrazo, corro a visitarte a tu estación que veo que ha llegado un nuevo tren. Voy a recibirlo.
Hola Laiseca, me alegro de tu vuelta, siempre eres bien recibida! Un abrazo grande!
Hola Rider, me alegro de la vuelta por estos mundos. El texto esconde otros secretos y otros tatuajes inscritos en piel además del fragmento escogido... me gustaron mucho tus últimas entregas, las que no había leído durante mi ausencia, espero dentro de poco poder leer alguna nueva, a ver si consigo yo acabar algún fragmento que pueda presentar en breve... muchos bocetos y poco tiempo y concentración para centrarme en ninguno de ellos.
Un abrazo
Me pareció interesante, el final me dislocó un poco del texto en sí pero buscaré el texto completo para leerlo, y estoy de acuerdo con otra comentarista. Me gusta cuando te leo a ti,
besos
Aka te dejé un mensaje en el anterior, ese texto me encantó
Gracias Mixha, intenté buscar un fragmento dentro del cuento que pudiese funcionar por si solo o dar una idea del tipo de lectura que es, pero sin duda es en su contexto donde debe estar. Espero que si encuentras el texto y lo lees te agrade. Procuraré publicar algo propio en breve cuando acabe de recomponerme de las idas y venidas propias del verano.
Un fuerte abrazo
Suena bien lo de la Organización profesional de vagueo (aunque creo que tendría que ser secreta, no sé si esta sociedad nos permitiría tal osadía...;))
Pásate cuando quieras por esa estación, encantado el Maquinista de recibirte, faltaría más! (de hecho esta vez se alegrará aún más Muchacho, que es el que anda algo desamparado...), aunque no sé cuánto merece la pena visitar esta estación, la verdad... (no estoy yo muy contenta...ennn finn...cuitas y desazones internas...)
Abrazo!!
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