Dientes de león


Yan Tiersen and Shannon Wright: Ode to a friend


El mundo ha dado un giro completo desde mi marcha de la isla.

Fuera llueve con intensidad. Es el otoño apremiando al verano. El otoño destiñendo el verde de los árboles, arrastrando la clorofila acumulada en sus cloroplastos y virando su espectro visible. Nadie pasea. La calle está en silencio, la lluvia golpea de manera intermitente el cristal de las ventanas. El silencio tiene su propio sonido, uno constante, un sutil zumbido permanente donde todo queda magnificado. En la oscuridad de la habitación miro la cúpula, y me entretengo imaginando que coloreo el plano y blanco techo que pesa sobre mí con ceras de colores. Esbozando un cielo de soles brillantes y nubes blancas sobre un fondo azul que fuera se me niega. Todo lo que está vacío en el dibujo hay que rellenarlo, solía decirnos la maestra en el colegio.

Todo lo vacío hay que llenarlo, pero uno a veces no sabe muy bien con qué hacerlo. Aún soy capaz de sentir en las yemas el relieve que descubrí en tu espalda la primera vez que te desnudé. He pasado horas repasando con los dedos la leve cicatriz del tatuaje que adornaba tu omoplato. Soy capaz de percibirlo aún en tu ausencia y de dibujarlo suavemente sobre cualquier superficie, en un automatismo cruel y perverso que me lleva una y otra vez a recorrer el tallo tatuado del diente de león en fruto. El de la flor y sus aquenios soplados por un viento cálido y eterno, el que bufaba sobre tu cuello, que los ha capturado escapando de su flor en pos de tu cuello. Cuello alrededor del cual también han quedado atrapados mis dedos, y yo con ellos. Enzarzados en tus sedosos cabellos dorados. Tu has desaparecido y me he quedado a solas con una cicatriz que ni tan siquiera es mía. Que no está impresa sobre mi dermis y por eso duele. 

Todo lo vacío hay que llenarlo, incluso la cama. Sobre todo la cama, no puede quedar blanca. No puede enfriarse. En la cama, la última vez que hicimos el amor, nos quedamos en silencio. No apoyaste tu cabeza sobre mi hombro, ni me cubriste el vientre con el muslo tibio, no te calentaste los pies fríos entre mis piernas como habías hecho otras veces. Simplemente te quedaste mirando el techo en silencio, pensando. Un techo blanco y liso. Un techo vacío. Un vacío que auguraba la despedida de la mañana y que se había anticipado reptando entre las sábanas.

Todo lo vacío hay que llenarlo, insistía la maestra mirando sobre nuestras espaldas. Y yo afilaba bien los lápices para rellenar minuciosamente todos los espacios, incluso los más finos y pequeños detalles. Apuraba los colores, repasando cada una de las áreas blancas del dibujo hasta que el vacío caía del folio. Entonces los vacíos eran evidentes, y sus límites nítidos. El vacío que ahora percibo es absurdo y escurridizo, no atisbo a comprenderlo y por ello no consigo colmarlo. He dibujado cientos. Miles. Quizás más de miles de dientes de león y el agujero sigue allí. Insaciable. Cuan aquenios dispersándose en el tiempo. El mundo dará giros completos y éste vacío irá perpetuándose.


Nombres comunes con los que es conocido el Taraxacum officinale (fuente: Real Jardín Botánico, Proyecto Anthos):

Abuelitos, abuelo, achicoria, achicoria amarga, ajonje, ajonjera de botón, almirón, amapoles, amargadera, amargazón, amargón, berbajas, calceta, camaroja, canuto, cardeña, cardeñas, chicharrina, chicoinas, chicorias, chupas, churramama, clavel, clavel bravo, clavel del diablo, clavel de sapo, diente de dragón, diente de león, diente de león oficinal, faroles, farolillos, flor de macho, flor de pis, flor de sapu, fozones, girasoles, hocico de puerco, jarol, lechacino borde, lechacino bordo, lechariega, lecharina, lechera, lecheriega, lecherín, lecherina, lechiriega, lechuguillas, leicheriega, losilla, majitos, meacamas, mediaonza, meona, pajito, pajitos, pelosilla, pelufre, pitón, pitones, reloj, rosa amarilla, roseta, tallos, taraxacon, taraxacón, vilano, volador, yerba león, zapatero, zarrajuelas.

Planta con flor amarilla de la familia de las asteráceas.  Todo y ser considerada una mala hierba, sus hojas y flores suelen consumirse en el Mediterráneo en ensaladas, y se le atribuyen múltiples propiedades medicinales, especialmente usos purificadores para eliminar toxinas de hígado, riñón y vesícula billiar, o en uso tópico sobre la piel para combatir el acne, urticaria y otras irritaciones dérmicas.

24 degustaciones:

Aina Rotger Vives dijo...

No sé qué decirte, Aka. Llevo toda la tarde leyéndote una y otra vez, una y otra vez. Estaba esperando que alguien te comentara para saber qué poder decir yo. Ya sabes que me gustas. Todo lo que cuentas y cómo lo cuentas.

Eres el rey de los detalles.

Todo lo que diga se queda pequeño.

Carmela dijo...

Hay agujeros imposibles de rellenar por nuestras manos, parecen agujeros negros que absorbe todo, especialmente nuestra energía.

Quizás podrías sembrar en esos agujeros hermosas flores, con fuertes y brillantes colores, y poco a poco sus raíces seguro que si rellenan esos huecos.
Unas fotos hermosas.
Besos Aka

Anónimo dijo...

poliédrico y profundo. Donde los demás perciben silencio, entonces aparece el escritor con algo nuevo que decir

labertolutxi dijo...

Brujas, yo los llamaba con ese nombre.

Besos.

Aka dijo...

Tu visita siempre se agradece Aina, gracias por apreciar los detalles. A veces tengo la sensación que el relato se pierde en ellos, e incluso que de hecho son ellos los que conforman el relato.

un beso

Aka dijo...

Carmen, estaría muy bien poder sembrar flores en esos vacíos y que con el tiempo fuesen fijando el terreno para evitar una mayor erosión. Me gusta la imagen de un alma coloreada por flores sembradas como un campo holandés, o un campo lleno de amapolas.

Besos también para ti Carmen

Aka dijo...

Gracias por el comentario Jojoaquin, lo de escritor es demasiado decir, pero sí me gusta llenar los silencios con palabras y dibujos, entretenerme con cualquier detalle que me distraiga de mis funciones. Lo que suele decirse mirar las musarañas, esa desearía que fuese mi profesión.
Un abrazo

Aka dijo...

¿Brujas, Claudia? No había oído nunca ese nombre vernáculo para el diente de león, pero imagino que existen tantos que por eso fue un buen qué optar por un nombre científico para entendernos entre nosotros. Imagino que las llamas así porque vuelan, ¿no? o ¿tiene alguna otra explicación?

Besos

i*- La que canta con Lobos dijo...

Un vacío ilimitado y que se irá perpetuando. Me ha gustado ese vacío nostálgico, lleno de sentimientos que parecen ahorcarse en el abismo del vértigo. Un abrazo.

Bird dijo...

Es tan triste. Me hace sentir, trasmitir sentimientos desde los escritos no cualquiera puede, tu lo haz heco en mi.

çç dijo...

Taraxacum Officinale no, así no se puede llamar ninguna flor, está visto la poca querencia de los científicos con las flores. Volatinera, girabundilla, diente de león mejor. Llenar de latinajos el mundo franqueándolo así de gris determinación no es ciencia ni coraje, es mala leche.

Bonito texto Aka. Cuatro trazos para contar una historia eterna. Está bien que no sigas los consejos de la profesora, los vacíos sí puede que merezcan llenarse, pero no de un simple plasto color. A veces el vacío se llena con vacío para tener significación. Nosotros sólo debemos señalar con el dedo. Foucault decía en su "nacimiento de la clínica" con su esencia desmitificadora.... "El golpe de vista es mudo como un dedo que señala, y que denuncia."

Saludos compañero, creo que ya estoy preparado para congregar en mi espacio mi presencia, poner los dientes en la proa y navegar sin tantos silencios como en este intervalo de mes y medio. Ubicado casi del todo ya en una nueva ciudad, tengo más tiempo y emocionalmente me voy encontrando también en este oeste

Aka dijo...

Ay Loba, a veces los sentimientos son como verdaderas sogas que nos anudamos alrededor del cuello, con suerte estos nudos en vez de apretarse suelen irse aflojando con el tiempo y cada vez dejan respirar mejor.

Besos, gracias por pasar

Aka dijo...

Muchas gracias por leerme Bellarte, celebro conseguir transmitir alguna cosa con los textos.

Un beso

Aka dijo...

Ja ja Rider, tampoco son tan feos los nombres latinos, algunos de ellos tienen su gracia cuando se sabe latín o griego, suelen ser muy descriptivos o esconden historias curiosas de celos entre taxónomos dedicándose los unos a los otros las especies más horrendas que encuentran. De hecho Taraxacum proviene de la palabra persa "Tharakhchakon" con la que se conoce la especie, y "oficinale" de "oficina" en latín (farmacia, herboristeria) que implica que tiene propiedades medicinales. Defecto profesional, uno tiene que defender un poco su oficio. Aunque debo reconocer que los nombre vernáculos suelen ser más bellos, y de mayor ingenio al no estar ligadas a una taxonomía regulada.
Me gusta lo del golpe de vista mudo..., el vacío es tan importante como el relleno, el uno son nada sin el otro, el vacío da forma a los objetos.
Celebro que tengas ya el navio preparado para echarte a la mar de la escritura en tu nuevo hábitat, y que estés disfrutando de la nueva situación... espero con ansiedad que nos permitas leer algunos de tus textos.
Un abrazo Rider

kika dijo...

Amé los detalles de este texto. Como se construye y las palabras se van enlazando hasta emocionar.

Anónimo dijo...

A veces, desesperados, llenamos el vacio con cualquier cosa, y luego, nos damos cuenta de que el vacio es mas inmenso de lo que era antes de llenarlo. A veces es mejor dejar reposar el vacio y dejar que el mismo se llene, de forma natural, sin ansiedades, sin trompicones, sin chapuceros sucedaneos... el destino es una maquina que no para. Saludos Aka.

Aka dijo...

Gracias por tus palabras Kika, y por emocionarte con el texto, es más de lo que podía aspirar.
un beso

Aka dijo...

Que sabias palabras Lázaro, cuando el vacío se llena con prisas de cualquier cosa es como ir alimentando a la bestia y hacerla más grande en vez de ir cubriendo el vacío. Lo mejor es el tiempo y que de manera natural lleguen las cosas, pero las ansias a veces nos llevan por buscar apaños y soluciones chapuceras que obviamente se acaban hundiendo en el vacío...
un abrazo compañero

vera eikon dijo...

Como siempre, describes hermosamente, y el tono narrativo hace que enseguida uno se sumerja en la narración. Peor tus textos siempre me dejan un poso de melancolía, y me hacen pensar en el norte, y en inviernos con escasas horas de luz. ¿Crees que tu palabra se siente influenciada por el clima, por la tierra que estás habitando? Porque yo te siento marcadamente nórdico( a ti, chico del Mediterráneo) O quizás es porque tiendo a idealizar, y me gusta imaginarte así...Besos

Aka dijo...

No sabría que decirte Vera, seguro que influye y mucho el clima, todo y llevar ya unos años aquí, y ser el otoño mi estación favorita, reconozco que el exceso de días grises y persistentes lluvias humedece mis ánimos, pero más en los escritos que otras cosas. Será que cuando me siento me viene a la cabeza el hacer de autores rusos, germánicos y centroeuropeos de los que tanto me nutrí en mi juventud y rebrotan ahora en este ambiente. O serán mi parte germánica, pues mi padre es de origen alemán, quién sabe. Pero es cierto, la mayoría de textos que aquí cuelgo tinte un tinte nostálgico, será la distancia que me empieza a pesar... algún día colgaré algún cuento para niños que también me gustan escribir. La alegría se me escapa más en los dibujos y la música que en las letras, será porque la alegría es menos reflexiva que la escritura, o al menos en mi caso.
Besos

el maquinista ciego dijo...

...dice la canción que 'sólo el Vacío permanece'...y puede que, en parte, sea cierto, pero también lo es que las ausencias de todo lo que en otro tiempo fue y nos llenó, también queda (aunque sea sólo para nosotros, nada universal ni trascendente para los demás...pero a nosotros nos vale...tanto para la alegría como para el dolor...)
He releído tantas veces este texto, sin ser capaz de comentar, que bueno, al final lo hago así, corriendo, aunque sólo sea para llenar uno de esos huecos, para dejar constancia de mi continuo asombro ante tu manera de (d)escribir, detallar, fotografiar, imaginar...
...se queda el Maquinista detrás de ese cristal que nota cómo fuera todo lo golpea la lluvia y el viento, mientras en la cabina el vacío se llena de silencio...es mitad desolación y mitad paz, me gusta la combinación ;))

(y gracias por el regalo de los infinitos nombres del diente de león!)

Abrazos..

Aka dijo...

Se agradece siempre que detenga aunque sea brevemente su locomotora unos minutos en esta humilde estación Maquinista, y traiga las palabras consigo... al final quedamos llenos de vacíos, pero seguramente que sean vacíos es una estrategia, una manera de hacer que quepan más cosas, de viajar más ligeros y acumular más buenas cosas (vacías, pero muy llenas, espacios condensados que nos valen, que nos arrancarán sonrisas cuando hagan falta, pues el vacío es un maestro haciendo cosquillas...).
Le dejo partir Maquinista y que disfrute de su viaje, espero alcanzarle pronto en alguna de sus estaciones. Le veo cruzar un campo de finales de verano lleno de dientes de león en fruto, su vapor perdiéndose al fondo y cientos de aquenios surcando el cielo...

Un beso

el maquinista ciego dijo...

...un placer siempre parar a descansar aquí, Aka (y las palabras son inevitables, hay lugares en los que no sé callar..)
...me gusta mucho el vacío que pinta como estrategia para viajar ligeros, trampeando con las maletas para poder volver a llenarlas de cosas buenas, y sobre todo el vacío como maestro haciendo cosquillas ;))
...me ha encantado el cambio de foto, los colores e incluso el olor (que se respira, se respira), y puedo ver mi tren perfectamente cruzando ese campo y perdiéndose (no ya si entre dientes de león, maíz o algodón...o las tres cosas...) quizás haya que poner ahí una estación ;))

Bicos e boa noitiña (que decimos por aquí..)

Aka dijo...

Celebro te guste la foto Maquinista, también a mi me gusta, creo que andaba un poco cansado de tanto invierno y necesitaba un poco de color... el sol salió el otro día y no pude resistir el escaparme a sacarle los colores a la naturaleza en esta época del año... que disfrute de sus paisajes, de su travesía, que a buen seguro que lo hace...

Petons i bon dia (que se dice por mi tierra; o "kram och god dag" en mi tierra de adopción en estos tiempos)