Girasoles heridos de luz




Mira la flor

Es toda seda a la mirada
Su levedad,
un gusto a los dedos
Sensación
Sapidez
La tersura de los pétalos,
una exquisitez inacabable
La lindeza de sus pistilos
maná para la boca,
Labios
Lengua
Cavidad 
Humedad sin fin 
El goce cabalgado
Coces de delirio
Fogosidad abriendo el pecho
El fuego del enfermo
La fiebre del hambriento
La flor,
¡Mírala!
Enfermedad y cura
Ardo por su belleza
Me ha prendido
Me he encendido
su hermosura
su exquisita finura.
¿La ves?
¿Está allí?
Sus formas
Sus colores
Su aroma
Su estar
Diseñada para seducir
Encandila todo en ella
Hipnotiza
Ofusca
Absorbe
Incendia
Conquista

¿Qué hiciste?

La pisé
Una vez
Y otra
Y otra
Y otra vez
Reiteradamente
Salté sobre ella
Con toda la brutalidad de mi peso
La reventé
Humillé su belleza
La deformé
La hundí en la tierra
Estrujándola
Moliéndola con mi suela
Quedó una arruga sedosa en el suelo
Un algo avergonzado
Anonadado
Arrasado
Derrotado

Bajó mi fiebre
pero la lumbre quemaba
Quebré otras
Las que me asaltaban con su belleza
Las que se me insinuaban
Las que andaban provocando
Las rompí una a una
Las hice estallar
Las hice abrirse
Para rajarlas desde dentro
Estropeándolas 
A base de fracturas
Que toda su estructura quebrase
Romperlas
Deshacerlas
Destruirlas
Aniquilarlas
No hay más
Sólo eso
Vencer mi impotencia
con su derrota.

Son buenos hijos, nos dicen
Algunos trabajan,
están muy unidos a sus familias y amigos, insisten
Pero violan
Los quieren disfrazar de patanes
De simples
De imbéciles
De primarios en sus pensamientos
Pero violan
Pero la culpa es de la flor, dicen
La sociedad no acepta su belleza
Su luz y entereza
La sociedad no quiere flores hermosas
Erectas y orgullosas
Libres y apasionadas
Voluptuosas y hedonistas
La sociedad las acusa 
de su perversidad
de su atractivo
porque las quiere castas
Ascéticas
Grises
Sumisas
Quiere girasoles heridos de sol
Que las que brillen se quemen
Las quiere marchitas
Por eso libera manadas
Engendra bestias que las contenga
Que someta su revuelta
La rotación que la sociedad merece
La sedición debe castigarse
Su conducta cuestionarse 
¿Por qué sonríe?
¿Por qué baila?
¿Y esos vestidos?
¿Y ese perfume?
¿Por qué le hablas?
¿Aceptas una copa?
¿Aceptas su compañía?
A quién se le ocurre
A quién se le ocurre ser flor

A quién se le ocurre ser mujer





4 degustaciones:

Carmela dijo...

Solo puedo decirte BRAVO, en mi nombre y en el de todas las mujeres.

Que tu voz no se apague nunca, Aka.

Un abrazo emocionado.

Aka dijo...

Ojalá no se tuviese que escribir sobre estas cosas, pero aún parece que va para largo por el goteo continuo de noticias que llegan. Al menos se habla y ya es mucho, que sea su voz, la de las mujeres la que no apague nunca... buena y la de los hombres, que son la otra mitad que deberían salir en su apoyo y combatir junto con las mujeres para que todo esto cambie. Al fin y al cabo, quien debe dejar de comportarse como lo hace son los hombres :( Si a veces me cuesta aceptarme como humano, más aún como hombre dentro de los humanos :(

¡Un abrazo enorme!
Y muy buenas fiestas, que las disfrutes al máximo, entre gente y playas... y la perrita que te acompaña en esos paseos por la arena.

el maquinista ciego dijo...

Esta degeneración social, colectiva e individual, no podría doler más. Como bien dices, irá para largo, y esperemos que no para acabar aún peor... Vivimos siempre cuestionadas por el simple hecho de ser y estar, es como si los verbos se hicieran pecado en nosotras, todos ellos, cualquier acción o movimiento es más que suficiente para ser juzgadas por la más estricta moral. Incluso siendo víctima se es culpable, como si el otro no fuera un agente activo ni siquiera en sus propias acciones.
Un hermoso poema para un terrible mal.
Gracias por ser parte de esos hombres que reconducen la historia cotidiana, que seguro lo haces y pones todo tu empeño ;)
Besos!

Aka dijo...

Y tan terrible mal, Maquinista, se hace lo que se puede, aunque parece ser poquito, es tanto lo que se tiene que cambiar... y como dices, más allá de las críticas y protestas de las mujeres, que bien hacen en defender su causa (por triste que parezca que así tenga que ser a estas alturas de la historia), deben ir seguidas por el apoyo, empatía y la voluntad de cambio de la otra mitad, la de los hombres, que en el fondo es realmente el agente activo de todo el mal por mucho que se intente criminalizar al otro. Sea por lo que sea, como dices a la mujer se la acusa de todo, se la juzga por ausencia de moral en nuestras sociedad y al mismo tiempo a otras se las acusa de exceso de moralidad (por ejemplo en el caso de las musulmanas) por la misma sociedad, la cuestión es poner siempre a la mujer en el punto de mirar y que parezca como un individuo débil sin voluntad propia. Mucha educación hace falta en este aspecto y ojalá lleguemos a ver cambios importantes al respecto...

Besos, Maquinista