Mohsen Namjoo - Cennetin Rengi
Mientras haya movimiento en la mano
la sombra estará constreñida a agitarse.
Si los cinco dedos se abren,
se abre su sombra,
si los dedos giran,
la sombra gira,
y si se extienden se extiende la sombra.
se abre su sombra,
si los dedos giran,
la sombra gira,
y si se extienden se extiende la sombra.
Esta agitación, ya que la sombra toma su forma
por efecto de la mano,
es perecedera como la sombra misma.
Yadal al-Din Rumi
Fihi–ma–fihi (En esto está lo que está en eso)
"No se os ha dado de la ciencia más que un poco"
Corán, XVII, 85.
Cálidas y brillantes de alegría hembra, uterina, se estremecieron a la vez las estrellas. Todas. Se convulsionaron como pájaros de luz heridos a flechazos en pleno vuelo. En pleno goce, rindieron su alma sin un grito. Cayeron vertiginosamente, no en dirección a la tierra, sino hacia arriba. Muy arriba. Más allá de la Vía láctea.
Brotaron nubes de los cuatro horizontes, bajas y palpitantes. Negro opaco. Una única deflagración, fulminante, al límite de lo audible. El relámpago desgarró la bóveda celeste en un parto de fuego blanco, sin principio en la eternidad sin duración y sin fin. Descendiendo en caída libre, tambores de roca atronaron al unisono. Estrellando el presente: ese instante presente en que se encierra la vida animal de la especie humana. Ensancharon el espacio sonoro, en un conjunto de resonancias y ecos, con la fuerza de cientos de caballos galopando en rondas concéntricas. Se levantó viento, que de ninguna parte venía y rugía por todas partes.
Viento.
Trueno.
Relámpago.
[Los cielos se abrieron]
[Los cielos se desplomaron]
Vertical e incesante, se derramó la lluvia en aguaceros. Catarateó en fulgurantes cataratas. La tierra se levantaba al encuentro del agua. Se saciaba de ella y caía al suelo como hierba verde y tupida. El olivo se elevaba a ojos vista, con las ramas cargadas de hojas y olivas. Y allá, a la entrada de los Balcanes, salían de tumbas excavadas en la roca esqueletos de niños, que recogían sus pieles, se vestían con ellas y se iban hacia su casa cantando.
Sonrió la mujer sentada bajó el olivo. Estiró las alas, feliz de vivir. ¿No dejan tras de sí todas las muertes el recuerdo magnificado de la vida? Es entonces cuando los gestos y las palabras de antaño cobran un significado emocional y acosan, atenazan: querríamos oírlos y verlos de nuevo, sacarlos del reino de la memoria, impedirles que envejezcan, que se marchiten, que vuelvan a la nada. Todos son privilegiados. ¡Qué nunca muera nada!
A andar se puso la mujer frágil. Lentamente, se pasó la mano derecha por la cara, con los dedos separados. Por los ojos, los cabellos, la nuca dolorida. Temblaba de pies a cabeza. Tenía la impresión de descender hacia su aldea natal, y a la vez hacia el primer amanecer: la génesis de las palabras. Cerraba los ojos pero seguía viendo danzar delante suyo, cual fragmentos dispersos de un espejismo prolongado a través del espacio, un revoltijo de sonidos confusos del que no podía sacar más que una idea sin forma ni núcleo, únicamente una llamada de la memoria, resonando sin un grito. Sílabas que eran ante todo una música. Girones de frases encadenados los unos a los otros, esfumándose apenas elaborados, volviendo de nuevo a la carga con una vida aguda, cada vocal y cada consonante expresándose con su propia voz.
[Le pregunté a un alma de los niños por qué crimen la mataron]
[No supo responder]
Todo se le mezclaba en la cabeza, en olas arremolinándose allí mismo, inmóviles casi, un remolino en el que el flujo de la vida era el reflujo y en el que el tiempo cabalgaba en el tiempo.
Una vez hechas todas las preguntas y dadas todas las respuestas, acaba la historia de los hombres. Empieza la crecida de los sueños y de dudas al asalto de las certezas. Se abren los cielos al mundo de lo imaginario.
12 degustaciones:
Querido Aka,estos últimos días estuve rodeada de pájaros.Pájaros en vuelo.
Inmóviles.Que no deben morir.
Ahora sé por qué.
Bienvenido a casa.
Lo imaginario y lo real, las preguntas y las respuestas, todo gira vertiginosamente.
Me alegra tu vuelta, Aka.
Un beso
Cuanto tiempo sin leerte, gracias por volver a regalarnos estas palabras tan llenas de vida y de muerte. Besos.
Lo primero, decirte que me alegro de que vuelvas a publicar... He seguido pasando de vez en cuando, porque en cierto modo tenía la certeza de que volverías... Siempre que leo algo tuyo me da por pensar en la pintura, porque pintas con palabras lo que ves o imaginas, con fuerza, con poesía, con golpes de tristeza o alegría... y en este texto uno visualiza contigo a la mujer bajo el olivo, y a esos esqueletos infantiles,vistiendose con sus apergaminadas pieles, muertos sin culpa alguna, victimas inocentes de las guerras de hombres viles, que nunca estan hartos de sangre. Tengo la sensación de conocer un poco a la mujer del olivo, porque si no me equivoco me hablaste hace nada de ella y que sin duda te ha inspirado este texto, ella y su tierra... Un fuerte abrazo compañero y dejaté caer de vez en cuando por estos lares...
Viento.
Trueno.
Relámpago.
[a veces es difícil aferrar el eje de esas salutaciones, la manifestación nos espectra mientras “impedimos que envejezcan las palabras” engendramos la clasificación que nos distrae, abstrae hasta el absurdo, hasta que la guerra ha acabado, vuelto al estado, aunque]
la palabra por esencia polifónica, estalla un poco en esa revelación diáfana
deletrea, translitera, busca sin ser buscada, así devenimos en ficciones
algunas nos envuelven con amor sostenido al último punto y otras
nos tornan engranaje sin credo y sin palabra, huella colocada al azar
/
es un lujo poder volver a escuchar los sonidos de tu colección aka
abrazos sin palabras
Gracias por la bienvenida Etcétera. Cuídame esos pájaros eternamente efímeros. Un abrazo.
Todo. Todo gira y gira, y de tanto en tanto va bien mirar de romper el círculo, deformarlo para que devenga una espiral al menos que lleve a sitios diferentes. Besos Carmela!
Gracias Loba por pasarte por aquí y dejar tu rastro, es agradable volver tras tan largo silencio y reencontrarse con viejos conocidos... pronto aullaré por tus páginas de nuevo :)
besos
Hola Lázaro, siempre me sorprenden las lecturas de otras personas, aprendo tanto de mi mismo con ellas. No me lo había planteado como lo dices, pero quizás si que la anciana sea una figura de quien dices y sus impresiones del regreso a su tierra tras años de exilio. El lugar sin duda es fruto del viaje que relatas. Gracias por este nuevo punto de vista.
un abrazo,
sin duda volveré a navegar por tus mares
Ciertamente Rider las palabras se manifiestan en todos los sonidos y otorgamos a las palabras el valor de una revelación. Bromas de una naturaleza incomprendida que queremos entender con nuestro lenguaje.
Un abrazo polifónico
Tu escritura tiene hondas raíces, tanto en la tierra, como en las personas(que somos en cierto modo una continuidad de esa tierra..)Sabes ver, sabes escuchar, y ese movimiento siempre tiene origen en lo profundo...Ahí es cuando nos gusta leer, cuando alguien tomando un puñado de tierra nos dice "mira, huele, aquí está lo vegetal y lo mineral del hombre. Aquí está su muerte, su nacimiento. Su vivir, su despeñarse...Aquí está su madre, y la madre de su madre. El hombre, todos los hombres, son en realidad un solo gesto, animal..."Por eso, todo parece más en su lugar, cuando nos lo regresas.....Qué decir, que es un placer reencontrarte, y que estoy feliz de regresar a esa rutina de leerte, semana tras semana. Parece que el 2013 nos devuelve cosas...Abrazo, amigo..
Un placer reencontrarse con tus comentarios, con tu visceralidad sensible (así te interpreto). Espero que es te 2013 sea más calmado en algunos aspectos, y pueda centrarme un poco más en la escritura que se va acumulando dentro antes que se disuelva del todo.
Un gran abrazo Vera
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