Llegará el día, llegará



Llegará el día, llegará.

Llegará el día en que nos unamos
a las almas de pies doloridos y bocas secas,
a los que caminan cada noche,
durante horas, días, meses y años,
con pasos lentos siempre hacia delante,
atravesando mares, montañas y desiertos,
sin comer ni beber,
sin porvenir ni presente,
sólo pasado arrastrado en sus cuerpos transparentes,
sólo el pretérito que lleva cada uno de ellos en su memoria.

Llegará el día, llegará.

Llegará el día que chupemos guijarros,
que los chupemos para engañar la sed,
y que soñemos para seguir viviendo,
que veamos relumbrar sus almas desnudas
y la muerte que los empuja hacia la vida,
que sintamos como por aquí y allá,
por todos los rincones del planeta,
ascienden los sueños de los humanos.
Todos diferentes, todos aspirando a lo mismo:
al deseo de la supervivencia y
al deseo del futuro arrebatado,
la obsesiva búsqueda de lo desconocido.

Llegará el día, llegará.

Llegará el día en que nuestros ojos lo verán,
verán con sus párpados fruncidos,
nos veremos con ellos escrutando el horizonte
lo descamaremos de espejismos,
el horizonte retrocederá,
retrocederá hasta el infinito,
y tras el horizonte, se perfilará el sueño,
claro y concreto,
y ese día no retrocederá,
no dejaremos que el sueño, el horizonte,
retroceda para perderse para siempre.
Porque no podemos,
no podemos dejarlo perder, por eso,
por eso…

llegará el día, llegará.

Llegará el día en que salgan del agua,
veremos salir los esqueletos de niños y adultos
que recogerán sus pieles, 
se vestirán con ellas y se irán hacia su casa cantando,
y los abrazaremos
y lloraremos,
lloraremos de vergüenza por verlos de nuevo,
por no haberlos visto,
por no darles un espacio en nuestra memoria,
por negarles el abrazo,
por impedirles que envejezcan,
que se marchiten delicadamente con el tiempo,
por los años, dulcemente, como nosotros,
por no abrirles la puerta de los privilegiados.
Por todo ello lloraremos
nos desesperaremos 
y pediremos perdón
en un gran abrazo que llegará,
que ya debería haber llegado,
que ya tarda,
que debería estar aquí,
donde acaba la historia del hombre
y asalta la crecida de los sueños.

Se abren los cielos
Se abren los brazos
Se abre el mundo
Y ojalá muera el imaginario

Que el llegará sea un llegó,
llegó el día, llegó.







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