Erlebnisse



L'ham de foc - Voldrien




La vida es lo primero y está siempre presente, y las abstracciones del conocimiento son lo segundo y se refieren sólo a la vida. El pensar está en la vida, y no puede, por tanto, ver detrás de ella.
Wilhem Dilthey, 1944, Introducción a las ciencias del espíritu.


Las ciencias del espíritu (Geisteswissenchaften) se diferencian de las ciencias de la naturaleza (Naturwissenschaften), en primer lugar, porque éstas tienen como objeto suyo hechos que se presentan en la conciencia dispersos, procedentes de fuera, como fenómenos, mientras que en las ciencias del espíritu se presentan desde dentro, como realidad, y, originalmente, como una conexión viva. Así resulta que en las ciencias de la naturaleza se nos ofrece la conexión natural sólo a través de conclusiones suplementarias, por medio de un haz de hipótesis. Por el contrario, en las ciencias del espíritu tenemos como base la conexión de la vida anímica como algo originalmente dado. La naturaleza la "explicamos", la vida anímica la "comprendemos".
Wilhelm Dilthey, 1945, Psicolología y teoría del conocimiento.


El perro hizo miau y el gato guau.


Todo va bien, me dije, no voy a dejar que las circunstancias me arruinen el día. Horas antes había amanecido en un día radiante.  Y antes, aquella noche, hicimos el amor durante horas, como si ambos no supiéramos hacer otra cosa que querernos. Con la mañana: el marco de la ventana y una taza, infusión de canela, cobijada entre mis manos. Fuera, al margen de mi existencia, un gorrión joven y un carbonero común comparten las semillas de una piña. Luego, agotada la taza, me calcé los zapatos –el mismo lazo que aprendí treinta años atrás–,  el pañuelo alrededor del cuello y la mochila sobre los hombros. La puerta de casa, los escalones, el portal, y el exterior al otro lado. Revoloteo de pajaritos. Pasos decididos pero dilatados entre las aceras, la biblioteca no abre hasta las nueve. Una vez retornados los libros iré al departamento, como siempre, a trabajar unas horas, pensaba entonces. Lo nuevo sólo puede manifestarse a partir de la tradición, de la historia. Se encuentra en el abismo que se da entre lo que hubo y lo que todavía no ha llegado. Ese abismo, ese "entre" y su percepción es lo que imposibilita, por una parte continuar con la costumbre, por otra parte comenzar con lo nuevo. En ese "entre" creo haber entrado al sentarme en una cafetería tras dejar los libros en la librería en lugar de dirigirme directamente a la oficina. Ese abismo que conduce al futuro todavía incierto, siempre incierto, pero más perceptible que el propio presente. Escribió Ortega y Gasset: "La vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se descubren después, en relación con ese futuro. La vida es futurización, es lo que aún no es". Algo raro respiré en el ambiente de aquella cafetería. No en la cafetería en sí misma (otras veces me he detenido en ella), pero en el ambiente dentro de mí mientras permanecí en ella. La relación entre el yo y las circunstancias ha virado alterando el ámbito en el que se hace presente todo, en la manera de experimentar la realidad, de interpretar las vivencias. Un sendero perdido que ha interrumpido un camino, pero sólo uno entre todos los posibles. En el fondo el destino de todo camino es la interrupción, el destino de todo camino es aproximarse al cruce, en la misma medida que no tiene final, y no tiene final porque no llega, porque no puede llegar. Una senda hasta entonces oculta ha despertado entre desayunos relajados. Un sendero que se detiene en lo no hollado, ante lo no hollado y desaparece. No es que todavía no esté hollado, sino que "es" no hollado, y va a seguir siéndolo, porque ése es su ser. Percepción de camino. Un espejismo teñido de realidad que creo creer que me conduce a lo impenetrable, abriendo una vía suplementaria. He accedido a lo impenetrable, he abierto un acceso al mismo y ahora puedo andar por él, y al hacerlo he perdido el camino mismo, borrando lo impenetrable. Veo con mayor claridad los ayeres por donde paseo. La intrínseca temporalidad de la vida, captada en su marcha en el tiempo. ¿Pensar la vida es pensar el tiempo? Ahora, en lo impenetrable, que ya ha dejado de ser impenetrable, someto la vida a una realidad diferente. Visualizada desde el interior, a impulsos percibidos desde el interior en interacción con la realidad exterior, despliego la dinamicidad y la expresividad de la vida. Hoy el perro hizo miau y el gato guau.




Wilhelm Dilthey (1833-1911) es el pensador más importante del historicismo alemán. 
Su obra más conocida, la Introducción a las ciencias del espíritu (1883), 
da inicio a su proyecto de “crítica de la razón histórica”, 
que tenía como objetivo encontrar 
un fundamento epistemológico sólido 
para las ciencias humanas.

Información obtenida de aquí, consultar para un mayor conocimiento de su obra:

Fernández Labastida, Francisco, Wilhelm Dilthey, en Fernández Labastida, Francisco – Mercado, Juan Andrés (editores), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line, URL: http://www.philosophica.info/archivo/2009/voces/dilthey/Dilthey.html

12 degustaciones:

Kris Diminutayazul dijo...

Solo aproximarse, muy cierto. Y nunca hay un final. Como en los sueños.

el maquinista ciego dijo...

Vengo a tu texto en un momento en que mi cabeza está llena de preguntas y sombras sobre la apariencia de los seres y las cosas; sobre cuáles son los significados de ‘realidad’ y ‘veracidad’, cuáles los de sus opuestos. Y como no puede ser de otro modo, de los pasos que hacen sendero entre un lado y otro del mundo. De lo que acontece a cada lado de esa estancia llamada vida, cuya puerta es la memoria batiéndose al viento, en ocasiones entre la nada y la nada; a veces entre todo y todo…

Leía justo esta mañana un párrafo de Auden que hizo que me vuelva a sorprender con la simultaneidad de las cuitas y tribulaciones de todos nosotros, siempre tan únicos y repetitivos a la vez. Decía él que ‘entre los veinte y cuarenta años estamos comprometidos en el proceso de descubrir quiénes somos, lo cual implica aprender las diferencias que existen entre las limitaciones accidentales que debemos superar, y las limitaciones inherentes a nuestra naturaleza, que no podemos dejar atrás impunemente.’

Supongo que en este momento toca perder el camino de vuelta al pasado para, por fin, poder aprender a caminar…y llegar a comprenderlo. Pero sobre todo, toca amar lo que nos rodea serenamente y ser capaces de compartir la semilla, el alimento, con el que tengamos al lado ;))

(Fantástico el texto, Aka, y la foto de cabecera maravillosa, una luminosa llamada al viaje……..)

Besoss de la tripulación!!

çç dijo...

Me acerco a la pantalla y entrecierro los ojos para afinar el gesto. sé que algo bueno me espera. ese (no) lugar, no hollado, hay una conexión viva que se mantiene con lo que comprendemos y por tanto la mirada se fija, estalla, se relaja y describe un círculo. No parar en pensar lo que dicen las palabras más que en su manera, más directa, y así me leo y recolecto. He leído, gracias por la información, algo de Dilthey y me ha gustado aunque en su crítica del intelectualismo kantiano tengo algo en contra. Bueno, me pasa con muchas cosas que vienen de la ciencia. ¿Pensar la vida es pensar el tiempo?”, y bueno, a veces lo más minúsculo y etéreo se puede convertir en un deseo, pensar el tiempo es pensar el poder, observar
la impertinencia de permanecer indiferente ante lo que se contempla
es dejar que las ramas vociferen inseminando, poco a poco, un tañido
de corruptela / no experiencia
Lo único que nos es dado hacer es ser experiencia y nada, atenuación y sublimación, lo oscuro y lo oscuro-distinto de Leibniz por ejemplo. Ser por exclusión, incompletos siendo. otra vez me vuelvo a extender en tu morada, últimamente también siento un poco extraño, ladro a mi gata y maúllo a los perros, lo único que quiero hacer es experimentarme a mí mismo, prensar el lenguaje, admitir la desobediencia, día y noche

un gran abrazo

Le.chatnoir dijo...

Fantástico!
-como siempre me quedo sin palabras-

Petons!

Ina dijo...

Lo haces muy bien, tienes que escribir más y desaparecer menos :P
Un saludo.

OjosMiel. dijo...

Estupendo blog lleno de cultura. :)

Aka dijo...

Aunque puede llevar a la desesperación, ese solo aproximarse, ese medio camino de medio camino de otro medio camino que conduce a un infinito inalcanzable, imagino que es el motor de la existencia y de todos los actos. El que mantiene viva una curiosidad, un secreto que queremos desvelar y que nos guía hacia ello.
Besos en una mañana azul Diminuta

Aka dijo...

Hola Maquinista,
me gusta mucho la imagen de la memoria como puerta batiente que leo en el comentario y he leído en otro post que has dejado en casa de CC Raider. Me siento muy identificado con el párrafo de Auden que mencionas, ese asentar el pasado y reconocer nuestra propia naturaleza para avanzar con ella. Pero siempre me cabe la duda si tal naturaleza existe, y si esta puede alterarse con el tiempo. Mediante las experiencias. Quizás no simplemente aceptando una naturaleza y actuando en función de la misma, sino forjarla como hace el herrero con el metal e irla moldeando con la vida propia, sin las rigideces de unas naturalezas heredadas. En fin, a uno que le da por pensar muchas cosas, como veo que hacemos todos...., pero en estos momentos como dices lo que más me apetece es andar y amar lo que me rodea, y que la comprensión llegue con el proceso mismo.
Un abrazo grandioso para toda la tripulación

Aka dijo...

Me encanta la idea de la impertinencia de permanecer indiferente ante lo que se contempla. La existencia es lo único que nos define y lo que debemos cuidar. El escritor sueco, Pär Lagerkvist, existencialista como muchos otros pensadores suecos (el invierno, el paisaje y la sociedad nórdica parecen hechos el uno para el otro, y para el pensamiento existencialista, al igual que como me comentabas el lenguaje alemán está fabricado para filosofear), dice "No existes por ti mismo. Es la vida que momentáneamente está en ti de visita", así que aferremos la fugacidad de la vida y experimentemos su esencia y la manera de percibir la vida desde la vida misma que es seguramente la única manera posible de hacerlo. Y si para ello hay que ladrar al gato y maullar a los gatos, hagámoslo, girando los objetos, vaciándolos es como se perciben todas sus aristas y geometrias. Habrá que hacer lo mismo para descubrir algunas de las diferentes caras de la realidad.

un gran abrazo Rider

Aka dijo...

Petons chatnoir, que paciencia la tuya con mis entradas. Se agradece, y mucho. :)

Aka dijo...

¿Tanto desaparezco? Un poco, a temporadas, es cierto. Pero no siempre lo que escribo (cuando escribo) es publicable :P

besos Ina!!

Aka dijo...

gracias Ojosmiel por la estela dejada en esta entrada.
un abrazo