Kid Koala: Basin street blues


EL DESHIELO

Una tarde leyó en la puerta de un lavabo: "Comparte tu sonrisa, anima al triste, apoya al enfermo bajo dieta insípida y cama incómoda con un dulce y con un abrazo, ama a tus semejantes, a tus distintos y tus distantes". Más tarde al llegar a casa se percató que el oso la observaba sentado desde la cama. Mirada diminuta y dulce de iris luminosos y pupilas resplandecientes que transcendían tiempo y lugar en una desproporcionada cabeza de húmedo hocico. El colchón guardaba silencio. Resignado se doblaba sin emitir lamento alguno por la carga que sobre sus espaldas reposaba. Resuelta, buscó entre las estanterías de la cocina el tarro de miel y de un salto se sentó sobre el plantígrado pardo. Abrazó lo que sus pequeños brazos abarcaron del animalote y untando sus dedos en la miel se los ofreció al afligido y adormecido oso para endulzar su día. El tiempo del sueño agonizaba, el invierno se fundía en los claroscuros del bosque y fluía pendiente abajo en forma de pequeños arroyos. Una nueva estación estaba brotando. Dejar atrás la hibernación y volver a la vida de las luces tamizadas por las nubes y las lluvias. Mano untada en dulce jalea la que despertó su sueño aquel mediodía. 


HIJAS Y HERMANAS

Nací un catorce de mayo. Me llamaron "última mujer" pues era la cuarta hija de mis padres. Deseaban un hijo, un varón en la familia, pero me precedieron Najla, Parvin y Aanisa. Luego llegué yo, la cuarta hermana en sucesión: así que para romper aquello que mis padres consideraban una maldición me denominaron como marca la tradición, confiando que llevando aquel nombre realmente me convertiría en la última mujer en nacer de aquel matrimonio. Pero meses más tarde mi hermana Nahid hizo su aparición, y mi padre se negó a seguir intentándolo. Cinco hijas son suficientes, demasiadas, pensaría él más tarde. Crecí con un nombre erróneo, que no se correspondía con la realidad, con el estigma de haber fracasado desde su más prematuro inicio, y quien sabe si ello fue lo que hizo que mi vida se convirtiese en un acumulo de equivocaciones. Leí una vez que el nombre con el cual los padres llaman a sus hijos puede determinar su desarrollo personal, su carácter y su actitud ante la vida. No por el nombre en sí, pero porque el nombre escogido dice mucho de los padres y suele ser un fiel reflejo de lo que los padres esperan del hijo, y en función de aquello lo cuidan y educan. ¿Qué esperaban mis padres con el nombre que me pusieron? Lo único que de mí aguardaban es que fuese la última niña en nacer de la familia y que el siguiente fuese un niño. Eso era todo. Nada más aguardaban ni tenían pensado sobre mi futuro. Y a los meses de vida ya había defraudado sus expectativas fracasando en mi objetivo. Perdieron toda esperanza en mí. Tras una docena de meses de existencia mi nombre ya carecía de valor y funcionalidad, ya nada se esperaba. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo reinventarse una vida? ¿un objetivo? cuando éste cae tan pronto.





23 degustaciones:

vera eikon dijo...

Qué terrible(comienzo por el segundo texto)llevar un nombre que en si mismo constituye una negación, o una frustración. Coincido en esa percepción del texto, un nombre puede llegar a marcar, como si fuera un designio, un don que algún hada(generalmente maligna) nos concede desde la cuna.Recuerdo dos hermanos, uno de ellos tenía un nombre bastante común, pero el otro tenía un nombre particular, de esos que quizás en la infancia fueron objeto de burla. El primer hermano era alto, seguro, conservaba un deje de timidez, pero de esos que las mujeres podemos considerar interesante y atractivo. El segundo era mucho más bajito(más que muchas mujeres, bastante más que yo, por ejemplo), y extremadamente tímido y nervioso. Tanto que se tropezaba al hablar. En mi imaginación las características del segundo habían sido determinadas por su nombre. Quizás porque yo misma inventé para él una infancia de burlas, y mofas. Probablemente esto no fuera así, pero a veces cometo el error de suporponer mi imaginación a la realidad.
Volviendo al texto, la historia es terrible, triste. Ser hija de una esperanza fallida. Inevitablemente ha de dejarte una marca. Defraudar a tu propio nombre....
El segundo me lo tomo como ese oso que lentamente saborea unos dedos untados en miel. Un bico, Aka

Bird dijo...

Me haces soñar.

Aka dijo...

Podría ser posible lo que dices Vera, los nombres en ocasiones pueden ser una gran carga, en el fondo los nombres explican más de los padres que de los propios poseedores de los nombres. La idea de los trabajos que había leído era que los padres suelen seleccionar nombres en consonancia con lo que esperan o aspiran que sea el hijo, y en función de ello nombre y educación, profesión o formación pueden ir correlacionados... todo y así no soy muy amigo de las ciencias sociales y estos tipos de estudios pues simplifican demasiado las cosas y no valoran la complejidad de las circunstancias. También yo superpongo la imaginación a la realidad con demasiada frecuencia :) Una historia triste, pero el nombre realmente existe, me lo comentó un amigo iraní que muchas mujeres llevaban este nombre precisamente por esta razón, confiando que con ello el siguiente bebé fuese un hijo. Me alegra que saborees el segundo lentamente, se escribió solo al ver la foto de la cama con el oso...
Besos

Aka dijo...

Que bonito Bellarte, me encanta soñar y hacer soñar, así que si lo consigo contigo me siento satisfecho... espero que sean buenos los sueños en esta ocasión.
Un abrazo!

Le.chatnoir dijo...

a) Los osos desde siempre me han causado fascinación y miedo a partes iguales. Espero que esta noche no sueñe con ellos...xD
b)Curioso y real. Los nombres marcan y mucho! ;)

Besos.

çç dijo...

Me parecen dos historias hermosas. En la segunda el proceder de los nombres, o conceptos preconcebidos tratando de convertirnos en una especie de bestia de carga, cerrándonos a la experiencia, la de ganarse un nombre. Ganarse un nombre o echar raíces es lo mismo. Me pierdo, no quiero parlotear en vano. Me han gustado ambas historias, tus visitas al vientre de mi espacio, la melodía imborrable de esta ciudad invisible que habitamos.

Un abrazo, tenue, chorreante de mar y estrellas.

carmeloti dijo...

Sorprendente, pero eso de los nombres tiene un valor.

Yo de una saga de bisabuelas, abuelas, madres, tias, primas y hermanas, con el mismo nombre...

Mi familia matriarcado bien fundado y salvaguardado con mujeres fuertes y valientes, que la mayoria son adicctas a hombres de poca valentia. Tenemos todo un inventario de escapistas, magos, villanos y actores de distinta índole.
Quizás ahora pueda entender mi parte destructiva en la busqueda de juglares sin ningún tipo de intención.
Siempre quise tener una hija para llamarla carmen.
¿quizás debería romper esa cadena?

Una dijo...

Esto en psicología tiene un nombre, profecía autoincumplida, dice que uno llega a ser lo que esperan de él que sea. Mal empiezas si hasta no se han preocupado en darte un nombre digno.

Un texto lleno de sensibilidad, como la que muestras en cada uno de tus escritos. Bravo.

el maquinista ciego dijo...

...brillante 'moneda' la que lanzaste al aire, estos dos relatos que son una cara y una cruz; el primero, cara amable del cambio de estación, ese oso en apariencia muchas veces feroz pero que se derrite ante la dulce promesa de un poco de miel, por la sensación del calor de alguien sobre su regazo; el segundo, la cruz del nombre amargo, ése que no significa nada de por sí, porque no es para aquel al que le ha sido dado, sino para hacer un punto y aparte que permita llegar triunfante al que ha de venir...desolador, aunque no determina un futuro inevitable...espero! si no, cuántas mujeres tristes desde la cuna ha de haber en Irán (investigaré, tiene que haber un cuento de una mujer valiente que haya dado la vuelta a ese nombre!...)

...dudo que los nombres marquen por sí solos, pero cuando a uno se lo ponen 'a fuego', y sobre todo si no es por calentar y cobijar, sino por rabia y desesperación, sin duda, tiene que marcar...

(Carmeloti, tu comentario es para otra historia.......qué sincera al confesar tu estirpe y esta parte de su legado -que, doy por hecho que en el fondo, seguro no será más que una anécdota, por suerte los matriarcados no se definen por sus hombres, ni tampoco por los errores de sus mujeres o sus 'pequeños pecados' al elegir a estos ;))

Un abrazo fuerte Aka (que ahora que lo pienso... elegiste para ti en este universo un nombre que en realidad no es ninguno, sólo 'alias'...dejando que naciese poco a poco su significado.....genial en la elección tanto como en la construcción ;))

Aka dijo...

Espero que no te atosigarán los osos en tus sueños Chatnoir, todo y que el del relato es uso dulzón y somnoliento.
Un beso

Aka dijo...

Toda experiencia puede convertirse en carga, supongo que la manera de evitar zozobrar es saber ir administrando el peso de las mismas... los nombres una experiencia más, no solo el propio sino los de las personas con las que interaccionamos, al menos a mi me sucede así y menos con los nombres muy comunes, conocer a una persona con un nombre hace que establezca un puente entre la persona y el nombre, y ese nombre en un futuro me haga pensar en esa persona... te dejo para ir de compras con tu última entrada en la memoria, y esas recetas tan sugerentes... a ver que encuentro.
Un abrazo Rider de chispeante nieve, al final ha hecho aparición junto con una helada y todo ha florecido envuelto en diminutos cristales llenos de reflejos

Aka dijo...

Muchas gracias Carmeloti por tu comentario y la sinceridad de tu saga familiar. Como dice Maquinista, los nombres no son determinantes, la cadena la deberás romper solo si encuentras un nombre mas apropiado o sugerente, pero no por las experiencias previas... la única manera de acabar con las maldiciones es ignorarlas, no creer en ellas... e inmediatamente se retiran :)
Un abrazo, y gracias de nuevo por la historia.

Aka dijo...

¿profecia autoincumplida? Gracias por la información Aina. La psicología no deja nunca de sorprenderme, tiene nombre para todo tipo de sucesos, fenómenos y conductas... demasiada psicología o psicólogos :)
Besos

Aka dijo...

Maquinista si en tus indagaciones descubres relato alguno relacionado con este nombre me encantaría conocerlo (no es por ponerte presión :)), cuando tenga la oportunidad le volveré a preguntar a mi amigo iraní por el nombre y si conoce de donde viene la tradición.
Me encantó la interpretación del relato del oso que se derrite y despierta de su letargo por la cálida promesa del abrazo de la muchacha. ¿Qué calor puede compararse al de un abrazo sincero? Menos frío haría en los países nórdicos si los abrazos fuesen más calurosos y no estuviesen tan ritualizados como lo están.
No había caído en lo del alias del blog, el nombre de Aka lo uso desde hace unos años cuando el hijo de una amiga del que cuidaba a veces me llamaba así al no ser capaz de pronunciar mi nombre correctamente :) Las palabras y sonidos están vivos y todo y ser nuestro producto acaban independizándose y evolucionan y mutan indiferentes a nosotros, convergen y divergen sonidos y letras a partir de diferentes historias.
Un abrazo enorme a toda la tripulación, me deslizo sobre railes helados entre ráfagas de nieve... aguardaré como el oso ese abrazo con dulce incluido para restaurarme del frío :)

Ina dijo...

Reinventarse está en la mano de cada uno, puedes hacerlo cada día. Puedes cambiarte el nombre cada día también.
Un beso Aka, todo genial como siempre.

çç dijo...

Si tienes algún problema con algún ingrediente, o si tienes alguna duda a la hora de cambiar algún aspecto de las recetas sabes donde encontrarme. He llegado a un nivel, que incluso al hacer un simple bocado me exijo las de villadiego. Me voy a cmbiar el nombre, chef cher rider.

Un abrazo, y que tengas suerte en tu círculo polar.

Kris Diminutayazul dijo...

a lo mejor reintentamos el mundo un poco cada día, cada vez que abrimos los ojos
reinventarnos a nosotros mismos cuando ya hemos tocado fondo es lo más difícil..

Aka dijo...

Cierto Ina, hay que encontrar el valor y la fuerza suficiente para hacerlo, pero es posible... cuando nos vemos obligado por fuerzas mayores a hacerlo sucede, cuando se trata de romper una rutina, etc... ya resulta más difícil.
Un abrazo bien fuerte

Aka dijo...

Gracias chef chef Rider lo tendré en cuenta. Siempre es bueno exigirse en todos los aspectos, siempre y cuando se disfrute con ello... aquí el problema está en encontrar muchas veces los ingredientes apropiados, especialmente si se trata de productos frescos... no hay una masa ibérica suficiente como para importar productos del país, no sucede así con iranis, ex-yugoslavos, o chilenos que tienes grandes tiendas con sus productos propios.

Un gran abrazo

Aka dijo...

hola Diminutayazul, cuánto tiempo sin verte por aquí! Si cada día hay que reintentar mejorar el mundo un poco, lo único bueno de tocar fondo es que la mejoría está asegurada, ya todo solo puede ir a mejor...
besos

Anónimo dijo...

Bueno Aka, por fin el dichoso blogger me deja poner algo, debe ser que ha cogido un virus!! Estocolmo una belleza, una ciudad con mucho encanta, nevó un poquito un día y fue mágico. No sé qué tiene ese país que me gusta tanto! tú me entiendes pequeño lapón. Pasea por mi por las calles nevadas de estas ciudades tan chulas, como tu escritos.
un beso fuerte y cuenta más cosas de Suecia.
Miette

Aka dijo...

hola Miette, celebro que disfrutes cada uno de tus viajes por el norte, debo reconocer que Estocolmo también me tiene enamorado y me acerco a ella casi cada fin de semana si puedo para callejear por sus barrios antiguos y entrar en sus diferentes cafeterías a refugiarme del frío y la nieve.
Beso fuerte

kika dijo...

Hermosos relatos. Que peor que sentirse arrastrado por un sino que nos es ajeno. Una historia escrita por otra mano.
Lo que en la literatura es magia en la vida real sería un karma.