Iluina



Puedo ver todo lo que sucede reflejado en sus pupilas. Sus ojos exploran el local, mientras sus manos acogen una cálida taza de chocolate caliente. La felicidad se le escapa por la comisura de los labios. Se vacía con una sonrisa dulce y delicada. Preciosa. Todo lo veo en sus ojos. Por favor no parpadees, quiero seguir viendo el mundo a través de tu mirada. Contagiarme de ella. Enfermar contigo de sonrisas y abrazar tus labios con los míos para saber a que sabe la felicidad. Me miras, y me veo. Me gusta como me ves. Procuraré recordarlo.
Gracias. Gracias, por las palabras cruzadas, las manos amigas…, pero sobre todo, gracias por la mirada. Te deseo lo mejor. Te abrazo como a una conocida de hace mucho tiempo, todo y acabar de conocerte y perderte. Un recuerdo precioso, un guiño de felicidad y humanidad. Ojalá siempre fuese todo tan fácil.
Besos.
Reykjavik  2 de agosto de 2010.


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