tag:blogger.com,1999:blog-82361101599631142362024-02-19T16:22:06.447+01:00colección de vinos conversados...Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.comBlogger229125tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-41453296415043078862019-09-08T09:19:00.002+02:002019-09-08T09:19:45.701+02:00Zorros domesticados (3)<br />
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En la colina, de espaldas al pueblo se ensimismaba con las flores que crecían como fogonazos entre la hierba mojada, así como con las espigas cargadas de cereales que cimbreaban con el viento. También zumbaban los cables de tensión que bajaban de las montañas hasta el pueblo, entre los cuales planeaban unas urracas peripuestas. Ya nunca miraba hacia abajo, a los edificios y la carretera, prefería ignorar esa realidad para centrar su vista en los campos y montes. Miraba las cabras sobre el pasto mascar los tallos tiernos. Las había blancas y las había negras, mientras las primeras desprendían un aire noble al masticar, las segundas deambulaban entre las otras con el aspecto de las viudas. </div>
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Su madre se había vestido con esas pieles sombrías desde la muerte del padre y no acababa de entenderlo. Sentía que las cosas habían vuelto a su cauce natural, que al fin, él y su madre podían recuperar el instinto animal propio de su especie. Que la suya era una naturaleza solitaria. De madre y cachorro. Los dos solos. En su guarida. Bajo tierra. No necesitaban a nadie más, no había espacio para nadie más, la madriguera cuanto más estrecha y angosta mejor. Así era más cálida. No entraba el viento ni su sonido, ni las voces de los otros chicos: «Tu madre es una zorra».</div>
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«Tu madre es una zorra», le gritaban con frecuencia, o le perseguían por el recreo y las calles ladrando. «Guau guau Quimet, guau guau. Vamos. Habla, dinos algo… guau guau, ¿no es así como habláis en casa?» Los zorros no ladran, él lo sabía pero nunca se lo decía a los otros. Callaba. Igual que había dejado de llorar de pequeño cuando su madre no podía darle el pecho. Los que ladran son los perros, se decía, los cuchos, los podencos callejeros, animales que habían dejado de ser animales, animales que habían aceptado la domesticación. Él no. </div>
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Los perros dependían de otros, de una mano que les diese de comer, eran dóciles por necesidad. Él no. Como cachorro de zorro ni lamía manos, no movía la cola, ni mucho menos se mostraba ansioso o deseoso de establecer contacto con los humanos. No los necesitaban. A ninguno de ellos. «Guau guau Quimet, guau guau». Nunca se dejaría domesticar. Los humanos nunca habían conseguido seleccionar zorros dóciles y serviciales, eran cazadores solitarios que se movían en la penumbra. Nunca, se repetía, desconociendo que seis años antes, lejos, muy lejos, en un aislado centro siberiano de Novosibirsk, el genetista soviético Dmitry Konstantinovich Belyaev había empezado el experimento que ocuparía sus próximos y últimos veintiséis años de vida: conseguir domesticar zorros plateados siberianos. «Guau guau Quimet, guau guau».</div>
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«¿No eres muy hablador, verdad?», la voz de la chica era vibrante, revoltosa, del color verde de la hierba con un áurea de amarillo limón. Quim negó con Ia cabeza. En completo silencio. Sólo la naturaleza hablaba. Nunca antes había subido a la colina acompañado. Aquel había sido siempre su sitio. Suyo. Único. Y ahora estaba ella, ese rostro vivaz que albergaba un almendro en sus ojos y dos pequeños limones bajo su camisa. Se tumbaron juntos, de espaldas sobre un terreno pelado color caldera. Quim miraba el cielo, su cabeza estaba llena de mapas de viento, pero ninguno orientado. Otros días se embobaba cazando estelas de aviones pero aquel día toda su atención se apiñaba alrededor de la piel de aquella chica. Era suave, pintada en tiza blanca, como seguro lo eran aquellas dos pequeñas turgencias bajo la ropa que le obsesionaban. «¿Te gustaría tocarlas?» Bajo la camisa aparecieron unos senos lechosos de pezones rosados, como limones de piel tersa, brillante y sedosa. Algo se agitó, tomando forma por debajo de los pantalones de él. Adivinó que dentro suyo vivía una cosa aún más indomesticable. Algo que había despertado. </div>
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«Tengo sed, te dejo tocarlas, si antes me traes algo de beber», la muchacha dirigió la vista hacia las cabras, las blancas y las negras, que mascaban impasibles una hierba cada día más seca. Sin apenas dudarlo, Quim se dirigió hacia los animales. Agarró a una de ellas por sus nalgas, se tumbó bajo ella hasta que sus dos grandes ubres quedaron al alcance de su boca y metió uno de los enormes pezones entre sus labios. Sintió una pequeña descarga eléctrica sobre los mismos e inmediatamente su boca se llenó del sabor de los campos de amapolas y margaritas, dulce y tibio. Se llenó la boca con aquella cosa endurecida entre sus piernas agitándose, cada vez con mayor virulencia, como un pez atrapado en la red, una excitación más allá de su voluntad. Dejó ir a la cabra y miró a la chica con la boca sellada, llena. «¡Lo has hecho, lo has hecho! ¡Qué asco! No me lo puedo creer». Salió corriendo colina abajo, entre risas y gritos de «qué asco». Quim se quedó allí, sólo, con la boca llena de amapolas y margaritas, y la verga rígida. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7YtqogJgqx7cvIucTwCJ4lRBolTx_LiC7RgY_xxpoAK8oFZBT3bTDVSveKOHz-7KwEUjMfxKUthFP9HXl6popGeUS7IDaXiSJl3RrEsU1z9Lzg0cYUYhiAxHzqpEV2gSP9NeOUsiY6ndd/s1600/Imagen+1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="404" data-original-width="1600" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7YtqogJgqx7cvIucTwCJ4lRBolTx_LiC7RgY_xxpoAK8oFZBT3bTDVSveKOHz-7KwEUjMfxKUthFP9HXl6popGeUS7IDaXiSJl3RrEsU1z9Lzg0cYUYhiAxHzqpEV2gSP9NeOUsiY6ndd/s640/Imagen+1.png" width="640" /></a></div>
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-5025525163281783882019-09-07T14:29:00.002+02:002019-09-07T14:29:46.001+02:00Zorros domesticados (2)<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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Una tarde, al salir de la escuela, se acercó hasta la puerta tras la cual trabajaba su madre. «No puedes entrar ahora, precioso», dijo un mujer faro desde el fondo del pasillo. Su figura estaba recortada por diferentes sombras descubriéndose apenas una pierna sobre el pedestal de un tacón alto y un pequeño punto de luz rojo intenso como el pelaje de las zorras en invierno. El punto desapareció. Dio lugar a una espesa fumarada blanca que trazaba diminutas turbulencias. La bocanada ascendía con calma. Pausada, como la voz de la mujer: «Ven para acá precioso, tu madre acabará pronto». Se acercó tímido, como si entrase gateando en una madriguera que no fuese la de su madre. Uno nunca sabe lo que puede encontrarse; todo tipo de bestias hacen de los túneles su guarida. Después de todo, la vida muchas veces es más apacible y llevadera bajo tierra que en la superficie, incluso para las bestias, o mejor dicho, especialmente para las bestias. «Vamos, precioso, no voy a morderte». </div>
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De cerca fue descubriéndose la silueta. Estaba sentada en un silla. A sus ojos los asediaban unas ojeras, los laberintos de piel de una sonámbula, que parecían haber escrito una nota de suicidio. El cigarrillo volvió a los labios excesivamente encerados. Un golpecito sobre las piernas, un «venga, sube», y Quim apareció sobre sus rodillas con su cara junto a los pechos, no especialmente grandes pero firmes, duros, unos que conservaban su forma bajo la blusa, no como los de su madre, caídos, esculpidos en arenisca. Desprendía el mismo olor dulzón mezclado con tabaco de su madre. Mientras una mano sostenía el cigarro, la otra se dejó caer sobre las piernas de Quim. Acariciándolas. Subía y se colaba entre ellas como un animal curioso, husmeando, fisgoneando –«¿Qué tenemos aquí?»–, en aquella cosa flácida que escondía entre ellas. El de Quim era un pene pequeño y blando, nada que ver con aquellos falos grandes y erectos que había visto, años atrás, desfilar por el cuarto de su madre. «¿No te gusta ni un poquito? Vamos, precioso, eso no puede ser, el cuerpo es deseo desde que naces hasta que te mueres». </div>
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Aquella mujer todavía no había entendido que Quim, Joaquim Blanch, había nacido enterrado. Que aquel cuerpo que estaba apunto de escurrirse dentro de sus protuberantes pechos no era un cuerpo para estar vivo, sino uno para esconderse en madrigueras bajo tierra. Que no siempre adoptaba la forma de cachorro de zorra sino que a veces podía ser un conejo asustado, o un jabato aterrado, un cachorro imprevisible. «No pareces hijo de tu padre, a ese, con lo que le gusta colgarse de los pezones ajenos, cualquier día de estos lo van a encontrar ahorcado de uno de ellos. Vamos, baja, vete, que tu madre ya debe estar acabando». </div>
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El padre no acabó ahorcado sino trinchado. Fue el día de Nochebuena, al acabar la plegaria de la Misa de Gallo, aún repicaban las campanas cuando el asesino saltó sobre él. La hoja del cuchillo dejó de lanzar esquirlas al cielo unas horas antes para derramar una mancha carmesí. Fue entre los camiones donde se vació el corazón del padre y su sombra se hizo transparente, mientras el asesino, tenso, se escuchaba a sí mismo. Escuchaba como se reanudaba su respiración. Oía a su cuerpo rehacerse pieza a pieza. Oía calmarse lentamente la sangre de sus venas y calmarse la tormenta. Detuvo los vientos de la duda y el desatino que se habían apoderado de él y desapareció. </div>
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Poco después llegó la policía con sus luces y el alboroto propio de las jaurías de perros, se llevó el cuerpo e hizo preguntas. Los lebreles de la policía buscaron por los alrededores, la gente los oía hablar entre ellos a lo lejos, pero nadie se acercaba a ellos. Nadie vio nada, nadie escuchó nada, nadie se explicaba lo sucedido. Siempre es igual. Hay cosas que no cambian. Tampoco la policía. Archivaron el caso, lo olvidaron. Todo el mundo sabe que se requiere de una jauría grande para dar caza a un zorro. No estaban dispuestos a invertir tanto esfuerzo. Tampoco nadie iba a exigirles nada. Aquellas cosas pasaban en el pueblo fronterizo. Las fronteras tan nítidas desde la distancia allí se hacían difusas. Las fronteras inventadas parecen nítidas, perfectamente delineadas sobre un mapa, aunque las fronteras reales sean difusas, tanto las geográficas como las individuales. Todas ellas inventadas. Como las éticas. La ética no son más que fronteras nítidas de ideales acordadas para acotar las difusas fronteras reales, pero la realidad siempre acaba imponiéndose. En el pueblo todo era difuso, de tan real, el mundo se hacía irreal. Todo era posible. Así lo creyó Quim aquella noche, la de la muerte de su padre, pensó que aunque el sol siempre había salido por el este, al alba podría salir por el oeste, por el sur e incluso por el norte.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgEB0nBADFGGlAdSKKGnPIsKe9sbCtHiNjOVWkBisnATWjc7cgFeWJ0ilg7NcTbw7JeXQhij7isRPWyVMasI8RGEEmYek1XEJ6c4HWvD3yug4cINl0So9_7EgIRd3EgJERXEzbvXDuYbh-/s1600/Zorros2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="454" data-original-width="1600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgEB0nBADFGGlAdSKKGnPIsKe9sbCtHiNjOVWkBisnATWjc7cgFeWJ0ilg7NcTbw7JeXQhij7isRPWyVMasI8RGEEmYek1XEJ6c4HWvD3yug4cINl0So9_7EgIRd3EgJERXEzbvXDuYbh-/s640/Zorros2.png" width="640" /></a></div>
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-67531413885873278842019-08-31T11:30:00.002+02:002019-08-31T11:38:46.843+02:00Zorros domesticados (1)<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ayer murió Joaquim Blanch. Nadie acudió a su entierro porque al igual que muchos de nosotros, Joaquim nació enterrado. Al nacer lloró para hacerse oír, pero pronto dejó de llorar, pues para llorar se necesita tener un cuerpo y los pechos de su madre parecían hechos de arena, secos, como el sexo de su padre cuando llegaba tarde a casa. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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Al padre le gustaba ser acunado por otras rodillas que no fuesen las de su mujer. Habitar otros pechos hasta secarlos. Como había hecho con los de la madre, un alma de pies doloridos y boca harinosa, que caminaba cada noche con pasos lentos. Años atrás la tiranía de su belleza la había convertido en un utensilio para su marido. Un instrumento que había puesto al alcance de otros por un módico precio. Con el tiempo y el uso el aparato pasó a ser un bártulo. Un chisme de andar silencioso que paseaba su cuerpo transparente por las calles sin porvenir ni presente. Era un pretérito desvaneciéndose.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Joaquín, al que redujeron inmediatamente a Quim, aprendió el mutismo de su madre y a chupar guijarros para engañar la sed y el hambre, sólo la muerte lo empujaba hacia la vida. ¿Conocéis alguna otra razón para vivir? ¿Un deseo mayor que el de supervivencia? Lejos. O cerca. En cualquier lugar donde busquéis escucharéis siempre las mismas preguntas y las mismas plegarias. Los sueños de los humanos que ascienden por aquí y allá, por todas partes, son todos diferentes, pero luchando entre sí todos aspiran a lo mismo: al futuro, a la obsesiva búsqueda de lo desconocido.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En aquel pueblo de fronteras, las aspiraciones eran las mismas, pero las caravanas de camioneros que lo cruzaban determinaban el futuro de parte de sus habitantes.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Con los años a Quim le gustaba pasear lejos del pueblo al salir de la escuela, subir a la colina para evitar el relumbrar desnudo del alma de su madre. La villa estaba llena de mujeres de luz como ella, todas ellas dispuestas en esquinas y calles que, como lámparas de harina, dibujaban el vecindario con una constelación. Eran contornos de luz ínfimos agazapados en las sombras. Sus ojos eran vistos porque miraban, porque llevaban a puertas que se abrían para cerrarse. Guiaban a los hombres hacia sus vidas de cristal sucio entre sábanas supuestamente limpias. Habían hecho de sus cuerpos frutos suicidas. Antes de aprender a andar Quim había acompañado las noches de su madre en las que ella ofrecía la flor descompuesta de su pubis. Había presenciado en su habitación un desfile de falos, con glandes de diferentes formas y colores, con y sin prepucio. El espacio olía a los besos de la madre, a labios encerados, a mejillas sonrojadas, a vientos estáticos, a canciones en el tocadiscos, a diales de radio, a lenguas que se lamían las cicatrices, a veces a café, a café sin azúcar y a la mentira que decía que todo iba a cambiar. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Pero nunca cambiaba. Nada cambiaba allí. Algo mayor, desde la colina circundante, Quim observaba la horda de camiones que asaltaba el pueblo cada día. Veía todos esos enormes vehículos detenidos, ballenas varadas en la playa, e imaginaba. Imaginaba a esos hombres llegados del norte, del sur, del este y del oeste garbeando sus ahorros ante las mujeres faro del pueblo. Y como el cuerpo, la carne, se fraccionaba en tiempos: una hora, media hora, un cuarto de hora. Más dinero más minutos. Y el intercambio de mano a mano tantas veces presenciado, de la de un hombre desconocido a la de su madre, de la de su madre a la de su padre, de la de su padre a otra mujer que no era su madre.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
«Tu madre es una zorra», le gritaban otros niños, y él pensaba que sí, que era verdad, y caminando hacia el bosque se metía gateando en una madriguera excavada, arrastrándose hasta el fondo, recostaba la cabeza sobre la cola encendida de su madre y se quedaba dormido. Acurrucado. Sosegado. Acunado por el leve balanceo del pecho de ella que se hinchaba y se desinflaba. Él recogía hierba para hacer un lecho para ella, ella iba enterrando bayas y otros alimentos. Los proveía con insectos, ratoncitos de campo, pajaritos con el pescuezo retorcido y algún que otro topo despistado que se colaba en su guarida subterránea. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
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<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;">Desde la colina contemplaba los dos mundos: el bosque que se desplegaba en las montañas, más allá de los campos de trigo entre cables de cobre, y el pueblo desparramado por el valle. El primero generaba penumbras, el segundo había sido creado para originar contrastes. Espacios urbanos de blanco y negro, de sol y sombra, sin lugares intermedios. Todo trazado con líneas. La mayor de ellas: la carretera. Siempre la carretera. Esa vena y artería que conducía los camiones hasta el pueblo y de allí al resto del mundo. Desde esa posición privilegiada le invadía la incertidumbre sobre su naturaleza. Él sentía que era algo, una cosa, pero su estatus andaba indefinido, se debatía entre el compromiso de ser vivo en la naturaleza, lejos del pueblo, o ser cadáver. Al final siempre volvía al origen, y bajaba a enterrarse al pueblo.</span><br />
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;"><br /></span>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie86IGg9ObjgPuG5_e7fNMjV7_yai6fQ4mE4ORMwaAvdoGGoKqKCn7l6BPYTIIyV8EyAedQNO08hihCVy1aa-IU34RtOLfY2_z4KI9vvMRXcpk14TRNEq2q1Ha10HGKj6f0tIOl81M6cW1/s1600/Zorros1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="517" data-original-width="1600" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie86IGg9ObjgPuG5_e7fNMjV7_yai6fQ4mE4ORMwaAvdoGGoKqKCn7l6BPYTIIyV8EyAedQNO08hihCVy1aa-IU34RtOLfY2_z4KI9vvMRXcpk14TRNEq2q1Ha10HGKj6f0tIOl81M6cW1/s640/Zorros1.png" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-76283088490856035332018-02-10T13:09:00.002+01:002018-02-10T13:09:28.364+01:00Historías de un país que ya no existe (2)<br />
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<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
La abuela plantó su mano frente a la boca de Jasmina. Observó todas aquellas líneas y surcos de su palma. Eran tan diferentes de las suyas. Tan viejas. Estaban arrugadas como las de Salma, pero secas. Parecía uno de aquellos higos que dejaban secar sobre la mesa a finales de verano. Alzó la vista. Más arrugas, pensó detenida en el rostro de su abuela. Los ojos parecían tan pequeñitos tras tantas láminas de piel. <i>Vamos, escúpelo</i>, reiteró la abuela manteniendo la mano, pero el hueso no abandonó su boca. Estaba tan rico. Tan dulce. Su sabor todavía no estaba agotado. Algo más se podía extraerse de él. Aquella mano tan de final de verano podía esperar. Cansada la abuela retiró su mano. Ella siguió haciendo girar el hueso entre sus dientes, bailar sobre su lengua, exprimiendo todas las sensaciones que fuese posible obtener del él. El sabor empezó a menguar y al final lo sacó, sujetando aquel extraño objeto en su mano.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Curioso lo que hay dentro de los frutos, ¿no? –comentó la abuela–. Ven, ¿sabes qué vamos a hacer?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Jasmina negó con la cabeza.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Vamos a plantar tu hueso de albaricoque. Vamos a plantarlo para que así tengas un árbol lleno de albaricoques como éste. Aprovecharemos que tu hermanita duerme para hacer algo diferente, ¿eh?.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
La abuela cogió la pala recostada junto a la valla. Caminaron ambas en silencio por el jardín, bordeando el risco que se precipitaba sobre una leámina de azul intenso. Ella apenas prestaba atención a la abuela que iba tanteando el suelo con la pala, sus ojos se perdían en la pequeña nube gris-plateada de gaviotas que subía, bajaba, se desplazaba y se formaba sobre ellas. ¡Quién pudiese volar! </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Aquí –dijo satisfecha la abuela clavando la pala en la tierra–. Aquí plantaremos tu albaricoquero. La tierra es buena, húmeda y llena de sol. Aquí la semilla crecerá sin limitaciones para ser todo lo que lleva dentro. Al principio tendremos que ayudarla un poco. Regarla. Como cuando mamá le da la teta a Salma, pero luego el tiempo hará el resto. Crecerá y crecerá, crecerá hasta que llegue el verano en que te ofrecerá los mejores albaricoques. Serán tuyos. Tú árbol. Tus frutos.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Y Selma?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Selma? –La abuela dejó de cavar el pequeño hoyo–. Si quieres podrás repartirte los frutos con ella, claro.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–No. ¿Qué hará Selma cuando mamá deje de darle leche?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Pues comerá, andará, hablará… lo normal. Lo mismo que haces tú.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Dejará de llorar?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Eso espero, pequeña –Volvió a su tarea de horadar el suelo–. Hala, creo que así ya vale. Echa el hueso dentro. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Jasmina dejó caer el hueso en el agujero. <i>Crece fuerte</i>, dijo la abuela arrojando tierra al hoyo. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Tardará mucho en crecer? –preguntó Jasmina.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Unos años.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
¡Unos años!, Selma tiene que crecer más rápido, pensó Jasmina. Entre ambas cubrieron el hueso de tierra enseguida. Siguiendo las instrucciones de la abuela, golpeó con la palma de su mano el suelo suavemente. Espero que mamá se quedé sin leche pronto, pensaba mientras presionaba el terreno. La abuela miró a su alrededor, se alejó unos pasos y cogió una rama pequeña que yacía en el suelo. Volvió junto a ella y clavó la rama donde el hueso había desaparecido, allí donde sus manos acababan de compactar la tierra removida.</div>
<br />
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Durante días siguió acudiendo por las tardes, para regar la semilla y para ver el mar de gaviotas. Descasaba su vista en sus giros, en la naturalidad de sus deslizamientos. Sus ojos perseguían los movimientos de las aves, vaciándose en ello, lejos de los berridos y pataletas de Salma. Observaba sus piruetas hasta que el sol se perdía a su derecha, por detrás de la sierra que custodiaba el casco antiguo de la ciudad.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Tito había muerto. Los hombres ya no hablaban de él. Dejaron de hacerlo poco después de que su tren azul alcanzase Belgrado desde Liubliana. A los muertos se les entierra y se les olvida rápido, incluso a los inmortales. El camarada Tito, <i>druzek</i> Tito, se había ido y su vacío quedó suplido por una inflación económica cada vez más grande y voluminosa. El precio de la electricidad subió, como lo hizo el de la harina, la mantequilla, la sal, el pan, el azúcar, la leche, las patatas, las remolachas, las judías, las zanahorias, las espinacas e incluso las cebollas, todo subió. Los estantes de los colmados unos días estaban vacíos y otros llenos. El país se movía como las bandadas de gaviotas que Jasmina observaba sobre el acantilado: subían, daban vueltas, vueltas y más vueltas en ascensión, hasta que llegado un punto caían, se deslizaban por el cielo cuesta abajo y justo antes de llegar a la superficie del mar se elevaban de nuevo. La secuencia volvía a empezar. Los vaivenes de la economía centraron en aquella época todas las conversaciones. Siempre había gente entrando y saliendo de la casa. No había día de verano que no trajese consigo una visita. Siempre había que añadir unos platos de más en la mesa bajo la parra que ya entonces proporcionaba una agradable sombra. Los hombres, recostados en sus sillas, siempre con un vaso de vino en mano, mostraban cierta preocupación por la aparente inestabilidad de lo que llamaban <i>el mercado</i>. El abuelo, sin embargo, era ajeno a esas inquietudes masculinas. <i>Cuanto peor les vaya a los otros mejor me va a mí,</i> le oía decir Jasmina. Aunque ella no entendía nada de todo aquello, prefería sentarse allí, en el porche, cerca de su padre y su aureola de humo, observando a los hombres apurar los cigarrillos y los vasos de vino, o las tazas de café que parecían interminables, a estar dentro, donde su madre y el resto de las mujeres. Tan siquiera recuerda las conversaciones de ellas, pero no eran ellas el problema, sino que con ellas estaba siempre ella: Selma. Selma era todo necesidades. Selma era todo atención. Estar cerca de ella implicaba obligaciones: vigilancia, custodia, tareas, encargos y exigencias. Era como si aquel bebé morado que llegó al mundo berreando, no hubiese dejado de hacerlo desde entonces. No callaba nunca. <i>Ven, acércate, dile hola a tu nueva hermanita</i>, fue lo primero que le dijo su madre cuando vio a su hermana emerger de entre sus piernas. Jasmina no había hecho más que alejarse. Supo que sería así desde aquel momento. Algo que saliese así, con aquellas formas, de dentro de su madre no podía traer buenas intenciones.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
¿Cuándo se te secarán las tetas, mamá?, se preguntaba, pero nunca se atrevía a formularla en voz alta. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
El lloriqueo constante de Selma habían forzado el exilio de su lugar más preciado: la cocina, para buscar refugio junto a su padre y sus amigos. A fin de cuentas era donde acababan siempre yendo a parar los alimentos. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
El mundo masculino se había vuelto repentinamente más atractivo, aún cuando no entendía nada de lo que decían. Sobre todo la intrigaban aquellos momentos en los que su padre le tapaba los oídos con las manos. Esos momentos de censura, esas medias palabras, interrumpidas tan violentamente por las grandes manos paternas, quedaban retumbando en su cabeza. Sílabas cortadas que miraba de reproducir y que se quedaban allí, tintineando, enmarañadas en su lengua, sin llegar a completarse. ¿Qué dirían esas palabras?<br />
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipaGOYSSr_RyV7qKrX7-SwHanKbaWYqkfFSLZWa9BxDg59WObC7dnP6oYN_4h2RqWyeRjKgV8DLnJijZ0C9Qu4n62EdfGv7FAh9hwr3BprnQAa2RP_gNZFzTdKE9liIzk0F5VMcO2LNpy2/s1600/yugoslavia.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="352" data-original-width="1484" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipaGOYSSr_RyV7qKrX7-SwHanKbaWYqkfFSLZWa9BxDg59WObC7dnP6oYN_4h2RqWyeRjKgV8DLnJijZ0C9Qu4n62EdfGv7FAh9hwr3BprnQAa2RP_gNZFzTdKE9liIzk0F5VMcO2LNpy2/s640/yugoslavia.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<iframe allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/CfI3eGXkZH8" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-23450231241848749332018-02-09T13:52:00.000+01:002018-02-09T13:52:00.123+01:00Mirar con delicadeza el relámpago<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hay días que se abren y</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
despierto como pájaro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
abierto que vuela,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con pies de viento</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
hecho de hueso ligero.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Miro entonces el relámpago</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con delicadeza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
cuando me detengo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
frente al espejo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Lo imposible se escapa</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por algún punto</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de los que revela</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
la soledad callada.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Por la boca el pájaro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
asoma alucinado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
enfundado en plumón pardo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
piando al imposible</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
gesto de amar en soledad.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y verme cayendo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
cayendo de mi propia boca,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
boca que alberga el paisaje</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del agua batiéndose</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en un sueño de remolinos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en posición fetal</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
hasta escapar por la ventana</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
avergonzado y sin lágrimas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que confunden a la inercia</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del aire que empuja</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que cede, que corre,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que el viento no </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
se equivoca de destino,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que el día se abre</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
el pájaro se abre</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y vuela.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y vuelo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
o quiero.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
deseo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
nunca.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
siempre.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
caigo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
c </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
i</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
g</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
o</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
vuelo. e o</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
v l</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
u</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
vivo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyOLAEQnwZwy32vlMTQ7ZDROBnrBkXOpjZo5gR6U34971oPASXZkmN2NjSfNBEdcjY6PfYqzyU2qT65Le9GViZ3ZMbr1a_VHwTQmfYB4dDcoBv0RpZmPr05chmhyphenhyphenJN2QtKpQ-6b546bGaV/s1600/relampago.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="1146" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyOLAEQnwZwy32vlMTQ7ZDROBnrBkXOpjZo5gR6U34971oPASXZkmN2NjSfNBEdcjY6PfYqzyU2qT65Le9GViZ3ZMbr1a_VHwTQmfYB4dDcoBv0RpZmPr05chmhyphenhyphenJN2QtKpQ-6b546bGaV/s640/relampago.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<iframe allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/T24OXwxm-rc" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
</div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-78604786560498486312018-01-26T12:34:00.003+01:002018-01-26T12:56:34.942+01:00Llegará el día, llegará<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>Llegará el día, llegará.</i></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llegará el día en que nos unamos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a las almas de pies doloridos y bocas secas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a los que caminan cada noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
durante horas, días, meses y años,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con pasos lentos siempre hacia delante,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
atravesando mares, montañas y desiertos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sin comer ni beber,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sin porvenir ni presente,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sólo pasado arrastrado en sus cuerpos transparentes,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sólo el pretérito que lleva cada uno de ellos en su memoria.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>Llegará el día, llegará.</i></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llegará el día que chupemos guijarros,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que los chupemos para engañar la sed,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y que soñemos para seguir viviendo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que veamos relumbrar sus almas desnudas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y la muerte que los empuja hacia la vida,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que sintamos como por aquí y allá,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por todos los rincones del planeta,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ascienden los sueños de los humanos.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Todos diferentes, todos aspirando a lo mismo:</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
al deseo de la supervivencia y</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
al deseo del futuro arrebatado,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
la obsesiva búsqueda de lo desconocido.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>Llegará el día, llegará.</i></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llegará el día en que nuestros ojos lo verán,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
verán con sus párpados fruncidos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
nos veremos con ellos escrutando el horizonte</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
lo descamaremos de espejismos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
el horizonte retrocederá,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
retrocederá hasta el infinito,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y tras el horizonte, se perfilará el sueño,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
claro y concreto,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y ese día no retrocederá,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
no dejaremos que el sueño, el horizonte,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
retroceda para perderse para siempre.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Porque no podemos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
no podemos dejarlo perder, por eso,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por eso…</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>llegará el día, llegará.</i></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llegará el día en que salgan del agua,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
veremos salir los esqueletos de niños y adultos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que recogerán sus pieles, </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
se vestirán con ellas y se irán hacia su casa cantando,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y los abrazaremos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y lloraremos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
lloraremos de vergüenza por verlos de nuevo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por no haberlos visto,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por no darles un espacio en nuestra memoria,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por negarles el abrazo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por impedirles que envejezcan,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que se marchiten delicadamente con el tiempo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por los años, dulcemente, como nosotros,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por no abrirles la puerta de los privilegiados.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Por todo ello lloraremos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
nos desesperaremos </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y pediremos perdón</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en un gran abrazo que llegará,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que ya debería haber llegado,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que ya tarda,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que debería estar aquí,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
donde acaba la historia del hombre</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y asalta la crecida de los sueños.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se abren los cielos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se abren los brazos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se abre el mundo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y ojalá muera el imaginario</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Que el llegará sea un llegó,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>llegó el día, llegó.</i><br />
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPO_paYhzRY5mFp6V2L2ZiI67c8Dzw3hKYYOm5mIkfb8xBf5NmL5_MDhsg7LpVj_sYML6ae48ZnAj4PZsU8WD15c8j8qR2HadTbDk2U-9z4HqChanGzGkZchHGyrAcitLcChFvL-ZHhwOI/s1600/refugiados.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="599" data-original-width="1476" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPO_paYhzRY5mFp6V2L2ZiI67c8Dzw3hKYYOm5mIkfb8xBf5NmL5_MDhsg7LpVj_sYML6ae48ZnAj4PZsU8WD15c8j8qR2HadTbDk2U-9z4HqChanGzGkZchHGyrAcitLcChFvL-ZHhwOI/s640/refugiados.png" width="640" /></a></div>
<i><br /></i>
<iframe allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/jZ72Fv9eleI" width="560"></iframe>
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<i><br /></i></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-90923730251499733992018-01-20T16:56:00.001+01:002018-01-20T16:56:39.981+01:00Ser sardina porque no alcanzo a ser salmón<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Flotar como si viviese,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
lejos de la costa,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del otro y del que quiero,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
lejos de sus contornos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
escoltado por gaviotas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
reidoras como hienas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que dan vueltas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y vueltas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y más vueltas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
invocando a un tornado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que se me lleve</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
flotando,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por liviano,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
porque no peso</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
porque no vivo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
porque si no arriesgo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
no vivo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
si no vivo </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
no escribo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y me lio</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y me piso</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
se me enredan los pasos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y se me cruzan las piernas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y sin querer me caigo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y distraído,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ignorante,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
me dejo arrastrar,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
donde me lleven</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
las lluvias que paseando</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sobre mis mañanas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
acarreen mi ligereza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de cántaro hueco y distraído</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y me arrojen al mar</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que no quiero misericordia</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ni quiero milagro.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
No quiero regresar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Flotar </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sólo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por no vivir,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ser sardina porque no alcanzo a ser salmón</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ser improvisada isla de cangrejos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y hundirme mientras contengo el bostezo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por la que se escapa una vida madura que atrae moscas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y ser tragado por la claridad</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
adentrándome</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en el azul</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en su complejidad móvil</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y lenguaje insonoro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que el mar parece</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que acariciando hable.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Es tiempo de agua,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de agua </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que limpie</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que aclare</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
la vida tatuada</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
bajo la luna de mis pestañas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMwUjRZ6YpeepRJn8lMAASyjCM0Nw6em_m9FU8CPP9JWsIoEujcMq70-o8xxRDgpM0UY0J1BrnPGjTHphjmepn2D2cKZx-nNv8_SQpJO7z9YB1cdnCz_s3jwScgpV4XRFqFDC4tMaGqbAi/s1600/media_thumb-link-21019.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="159" data-original-width="540" height="188" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMwUjRZ6YpeepRJn8lMAASyjCM0Nw6em_m9FU8CPP9JWsIoEujcMq70-o8xxRDgpM0UY0J1BrnPGjTHphjmepn2D2cKZx-nNv8_SQpJO7z9YB1cdnCz_s3jwScgpV4XRFqFDC4tMaGqbAi/s640/media_thumb-link-21019.png" width="640" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #1d2731; font-family: "alegreya"; font-size: 16.799999237060547px;"><br /></span>
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<span style="background-color: white; color: #1d2731; font-family: "alegreya"; font-size: 16.799999237060547px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1d2731; font-family: "alegreya"; font-size: 16.799999237060547px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1d2731; font-family: "alegreya"; font-size: 16.799999237060547px;"><br /></span>Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-31682111696674729842018-01-17T17:17:00.001+01:002018-01-17T17:23:09.576+01:00Historias de un país que ya no existe<br />
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
De todos los lugares posibles, la historia se gestó precisamente allí. En ese momento, cuando la cala, esa puerta a los Balcanes, se adentraba lentamente en el sueño. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Era el momento del <i>suyud</i>. Un sonido grave y apagado, único y coordinado escapó de los muros de la mezquita. Era la resonancia de las rodillas apoyándose al unísono para postrar la frente sobre el entarimado de madera. Duró uno instante. Uno que nacía con cada postración a pesar de las alfombras. Se elevaba hasta escapar por la claraboya de la bóveda. Una mujer, vestida toda de tela blanca como vestían las abuelas de sus abuelas, no participaba del rezo. Se dejaba llevar por sus pasos, enfilando las escaleras hasta la casa blanca que cabalgaba sobre el risco.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
En el porche la recibió una mujer que acunaba a su hijo en las rodillas, le daba el pecho seco. <i>La partera está aquí</i>, gritó a través de la puerta, invitándola a entrar. Fuera, más allá, en el jardín, evitando la visión de la madre y su pecho descubierto, cinco hombres fumaban y hablaban formando un corro. Entre calada y calada se mencionaba a Tito. El humo flotaba con parsimonia a su alrededor. Perezoso y cansado. Se hablaba de su posible ingreso en un centro médico de Liubliana. Eran hombres sordos, sordos a los gritos de dolor que llegaban desde el interior de la casa, donde a una mujer se le desencajaba el rostro cada vez que una contracción asaltaba su cuerpo. Se originaba en la espalda y asaltaba el área abdominal hasta desbordarse. La cadera parecía romperse. Toda ella parecía estar hecha de dolor. La partera le palpó el vientre, comprobando que el niño estaba en la posición correcta. Lo estaba. Todo estaba listo cuando entró el médico. La llegada de Selma fue sencilla, antes de que acabase el <i>suyud</i> ya estaba al regazo de su madre. <i>Ven, acércate, dile hola a tu nueva hermanita</i>, le dijo ésta a Jasmina. La niña de cinco años miró al bebé: estaba morado, no paraba de berrear, su cabecita de ojos velados emitía un sonido que le resultaba espeluznante. Insoportable. <i>Vamos, Jasmina, no tengas miedo, acércate</i>.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 17px; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Pasadas unas horas asomó el sol vertiendo su luz sobre los lirios, rosas, jazmines, claveles y nardos que crecían junto a las murallas de Ulcinj. Y así, un día tras otro, hasta sumar meses en una ciudad que desconocía invierno alguno. Sus años solo tenían tres estaciones: la primavera, el verano y de estas dos se formaban el otoño, que encerraba en el cuerpo de sus frutos el espíritu de la primavera y el alma del verano. Granadas, higos, melocotones y albaricoques, que Jasmina ayudaba a recoger del jardín de la abuela. Con ellos las mujeres elaboraban diferentes compotas. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
La cocina era el meollo del hogar, el espacio donde sucedía lo realmente relevante, donde se cocían poco a poco las vidas de sus habitantes. Todo gravitaba alrededor de la gran mesa de madera, un viejo mueble orgulloso que permitía que sobre sus espaldas se preparasen todo tipo de platos, conservas, pasteles e incluso panes. ¿Cuántas horas había visto allí a la abuela tratando el agua, la sal, la harina de trigo y la levadura? Sus ancianas manos, pero incansables, amasaron allí muchos panes, y sus brazos contribuyeron a estirar, a base de rodillo para adelante y rodillo para atrás, la masa hasta conseguir láminas de pasta tan finas como el papel de fumar con el que elaborar deliciosos <i>buraks</i>. Jasmina amaba la comida. Creía que había nacido con la única finalidad de comer. No podía existir cosa más placentera en el mundo que una buena cena, un almuerzo, un desayuno o un simple tentempié. O, porqué no, un simplón mendrugo de pan. Nada como una yesca de pan y un vaso de leche fresca para que el día se presentase radiante. La cocina había sido su estancia predilecta, ayudando o simplemente viendo cocinar a la abuela, a su madre y las mujeres que venían de visita, hasta la llegada de Selma. Eso lo cambió todo. El habitáculo se llenó entonces con su llanto. Era constante. Ininterrumpido. No entendía como algo tan pequeño podía emitir un sonido tan horrendo como aquel. Debía ser todo pulmones. Bebe. Mama, pensaba cada vez que la madre le ofrecía el pecho. Chupa y calla. Pero eso no hacía más que silenciarla por un breve momento. Al poco se cansaba y volvía a estallar. <i>Cuando tú eras pequeña</i>, le contó la abuela a Jasmina, <i>no soltabas sus tetas ni aunque te pellizcasen. Te gustaba tanto mamar que eras capaz de dejarle secos los dos pechos de una tirada sin tan siquiera cambiarte de pezón.</i> </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 17px; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Una de esas tardes plácidas y soleadas de la decadencia del invierno, la madre dormía rendida con Selma a sus pies. En el patio, bajo la parra deshojada, el padre seguía liando y consumiendo tabaco en compañía de dos hombres. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Habéis oído los rumores sobre el búnker? –El padre vació la botella de vino en su vaso y la dejó junto a dos más. La mesa era la exhibición de una comida agotada: platos, cubiertos, ensaladeras, plateles y vasos ejerciendo de ceniceros.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Qué búnker?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–El que mandó construir Tito.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–No sabía nada.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Yo he oído algo. Se trata de uno nuclear, ¿no?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Eso dicen. Para el día del Gran Pedo. Para sobrevivir al holocausto nuclear<i>.</i></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Eso, si primero sobrevive a lo que tenga.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Qué era, bloqueo renal? ¿Flebitis? ¿Quizás problemas digestivos?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Insuficiencia cardiaca, ¿no?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Eso no lo tenía controlado.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Nuestro pobre Tito está roto. Cualquier día de estos se apea del mundo de los vivos.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Pero tiene un búnker atómico.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Pero, ¿dónde, en Liubliana?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–No, hombre no. ¿Qué se le ha perdido allí? </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–De momento una pierna, ya veremos que más.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Cerca de Sarajevo. Eso dicen al menos.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Anda, me queda cerca de casa. Habrá sitio para otros digo yo.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Seguro, somos socialistas…</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Titoistas, somos titoistas.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Nos caerán de todos lados, de los americanos, los soviéticos, los franceses e incluso puede que algún que otro cubano despistado. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–El mundo entero nos observa.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Nos apunta. No nos observa: nos apunta.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Envidia. El mundo envidia nuestro titoismo.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Pero, no les caíamos bien a todos? ¿Cómo era ese chiste sobre Tito tocando el piano para el Este y el Oeste?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Eso no quita que nos envidien.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Yo te quiero y aún así envidio tu puesto y tu mujer.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Y la suegra? Quizás podemos llegar a un acuerdo.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Nos van a matar a besos atómicos.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Ahora tenemos un búnker para resistirles.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Tenemos?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿No cabemos todo?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Seguro. Seguro que hay espacio para todos.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Si nos apretamos un poquito, como buenos camaradas.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Pero sin mariconadas.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Lo suficiente para brindar un poquito de calor a esta guerra tan fría.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Y si tenemos en cuenta que nuestro gran camarada Tito cada día que pasa es más pequeño, más espacio que habrá para nosotros. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Seguro que nuestro <i>druzek</i> Tito se hace cortar la pierna que le queda para hacerte un hueco en su búnker.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Qué será de nosotros el día que ya no esté? He sido toda mi vida un titoista. No he conocido otra cosa que el titoismo.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–¿Dejaremos de ser titoistas cuando Tito muera?</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Yo nací titoista. Lo pone en mi carnet. Y en mi pasaporte. Hasta mi sangre es titoista. Mamé de la leche de los primeros titoistas, eso no abandona el cuerpo. No desaparece. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Tú también has mamado leche titoista –dijo el padre alborotando los cabellos de Jasmina. </div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
Sentada junto a su padre, ajena al humo de su cigarro y al de sus compañeros de tertulia, Jasmina devoraba un albaricoque. Su piel, su jugo, su carne, lo saboreó todo, hasta que agotado el mismo, se metió el hueso rugoso en la boca. Había que exprimirle todo el gusto. La abuela, de vuelta de la cocina, limpió su mentón con la falda de su vestido y la obligó a levantarse de la silla.</div>
<br />
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
–Ven pequeña, deja que los hombres hablen de sus cosas.</div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<iframe allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/_XwHk1Tzz9c" width="560"></iframe>
<br />
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Cochin; font-size: 14px; font-stretch: normal; line-height: normal; text-indent: 18px;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-67770594869393054722018-01-07T13:02:00.002+01:002018-01-07T13:02:48.062+01:00Rabdomantes (once)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Cuando llegó a la urbanización corrió cuesta abajo por las calles hasta su casa. En la puerta había un policía que la invitó a pasar. El hombre con quien había hablado un par de horas salió a su encuentro y la acompañó hasta la cocina. ¿Dónde está mi madre? El detective le pidió que tomase asiento. Evren no volvió a preguntar nada, entró en la cocina y se dejó caer sobre una de las sillas. Miró la otra silla, aquella que solía ocupar su madre cuando cenaban juntas. Allí estaban los cojínes perfectamente colocados sobre el asiento y el respaldo, se los había colocado ella porque mamá se quejaba que se le clavaban los huesos: Mis huesos ya no engordan mi pellejo, solía decirle. Estaba muda, contemplando la silla vacía, como si entendiese lo que aquel mueble desocupado significaba. No necesitaba escuchar lo que el detective tenía que decirle. A pesar del trasiego de gente que había en la casa, le parecía que de repente reinaba en ella una tranquilidad y un vacío como no había experimentado nunca, como si hubiese sido despojada de toda la complejidad que tenía cuando la abandonó aquella misma mañana. Todo estaba en su lugar, parecía un día como cualquier otro, incluso sobre los fogones había una sartén y una olla con agua para hervir algo. Otra vez algas, Evren no pudo contener el pensamiento al ver el cubo rojo lleno de algas en el suelo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Señora Evren Dedeyan –dijo el detective.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ella pareció no escuchar su voz, seguía mirando aquellos utensilios de cocina. La sartén, la olla, un cuchillo sobre la tabla de cortar, pieles de cebolla, un ajo, la aceitera junto al fogón. Pronto sería la hora de cenar. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Señora Evren Dedeyan –repitió el detective.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren se giró hacia el hombre que ocupaba el marco de la puerta.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Cómo ha sido?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El detective se aclaró la garganta.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Todo indica que ha caído de la escalera. Creemos que estaba recogiendo higos cuando tuvo lugar el accidente.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–La escalera, claro –el yermo de los planos parecía haberla seguido hasta casa. Volvió a mirar a su alrededor y su hogar parecía ahora una de las casas abandonadas que había visitado horas antes.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Señora Evren Dedeyan.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Evren, llámeme Evren.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–De acuerdo. Evren, ¿era normal que se subiese a la escalera?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí. Supongo que sí. Le gustaba hacer sus cosas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya –el detective dio unos pasos por la cocina–. Me resulta molesto hacer esto, pero tengo que hacerle algunas preguntas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren seguía mirando los objetos cotidianos dispuestos sobre la cocina.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Había sufrido su madre algún trastorno depresivo últimamente?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren negó con la cabeza.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Sabe si usaba alguna droga del tipo inyecciones de proteínas PAK1 o cualquier otro tipo de terapias para restaurar la memoria? Se han detectado casos en los que el uso de las mismas ha llevado a casos de depresión o ansiedad.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No. Quiero decir, que no tengo constancia de ello.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Y desrealizaciones? ¿Era aficionada a conectarse a la red? También puede generar problemas de personalidad y depresiones en según que personas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Creo que no. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Está segura de ello? Tenemos constancia de conexiones de desrealización desde esta dirección.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Yo me conecto ocasionalmente. Cuando me apetece desconectar un rato de mi realidad y relajarme de mis propios problemas. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya. Me lo imaginaba. Tenemos que descartar todas las posibilidades, ¿sabe? He visto que tiene una unidad robótica domestica. ¿Nos permitiría hablar con ella? </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Köle? Si claro, ¿creen que sabe algo?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Es pura rutina, señora Evren, ya sabe, protocolos. Ha sido su unidad doméstica la que nos ha avisado. Al parecer ha intentado contactar con usted un par de veces al encontrar a su madre en el patio, pero al ver que estaba fuera de cobertura ha optado por llamarnos. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿No estaba en casa en el momento del accidente?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Parece ser que no, dice que estaba en la playa recogiendo algas tal y como su madre le había ordenado.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ah, claro, buscando algas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Confía en ella?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿En quién?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–En su unidad doméstica.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Köle?, sí claro…, bueno, imagino, no tengo razón alguna para desconfiar de ella, ¿no?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No, no debería haber ningún problema, pero como cada día estos artilugios son más complejos al final uno ya no sabe si está tratando con una simple maquina o con cualquier otra cosa. Debemos comprobar su versión, entrevistarlo y, con su permiso, analizar su memoria de registros, para corroborar su explicación con sus datos de actividad.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, hagan lo que exige sus protocolos. ¿Dónde está ella? ¿Puedo verla?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Está atrás, tendrá que esperar un poco más para verla, sigue con el equipo de la Unidad Nacional Bennu. Protocolo, ya sabe. Cuando finalicen con el proceso de migración de su memoria le avisaré. Puesto que parece que no hay razones para sospechar que se trate de otra cosa que no fuese un accidente, se le hará entrega directa de la memoria de su madre –Evren asintió sin escuchar lo que le estaba contando el detective–. Ahora, si me lo permite, voy a hablar un momento con su unidad doméstica, ¿Köl?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Köle.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Eso, Köle.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Así que mamá se ha ido, dijo para sí misma con la mirada fija en la comida a medio preparar sobre el mueble de la cocina. Pasado un rato se levantó y se dirigió a los fogones. Aske observó atenta los movimientos de Evren desde su posición tumbada frente a la puerta, como si protegiese la entrada a aquel recinto. Así que otra vez algas, mamá. Algas con tu sofrito de cebollas, ajo y tomate. Pero si comimos ayer. ¿Para que querías los higos? Miró a su alrededor. En la sartén descansaba la cebolla frita, ya transparente, cortada en juliana. Rebuscó en sus bolsillos y extrajo la cuchara encontrada en el pueblo abandonado. Pensé que te gustaría, dijo dejándola junto a las pieles de cebolla. De espaldas al mueble de la cocina dejó resbalar su cuerpo poco a poco hasta sentarse en el suelo, su pecho se hinchaba y deshinchaba. Había cierto dolor en ese acto, uno agudo, como una fina aguja clavada en la parte alta del pecho. Una punzada. Aske abandonó la puerta y se tumbó apoyando su voluminosa cabeza sobre sus piernas calmando la molestia imprecisa que se extendía desde el pecho al resto del cuerpo. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Allí las encontró, fundidas en un abrazo, cuando volvió el detective Binici. Le acompañaba un hombre pequeño que se presentó como técnico de la Unidad Nacional Bennu. Vino a hacerle entrega de la memoria de su madre, un objeto de forma ovalada que anidaba cuidadosamente en sus dos manos. Le explicó que eso contenía toda la información necesaria para reconstruir digitalmente la estructura cerebral de su madre y todas sus memorias hasta el momento del accidente. Que la caída no había dañado el órgano y que la migración se había llevado a cabo sin dificultades. Empezó a hablarle de aspectos técnicos y de los posibles problemas para recuperar parte de los recuerdos y como visualizarlos o experimentarlos. De los diferentes programas que podía usar para acceder a ellos. Hablaba y hablaba pero Evren sólo veía unos labios finos rosados que gesticulaban un lenguaje mudo indescifrable. El pez que había sentido antes revolverse en su cabeza volvía a estar allí, ocupándolo todo, nadando en círculos dentro de su cráneo, desbordándola, hasta que ella se hizo agua y vio la aleta del enorme animal adentrarse entre las verdes columnas de algas que la rodeaban. La rodeaba el bosque de algas con sus cintas oscilantes elevándose hacia la fulgente superficie. Empezó entonces a sumergirse siguiendo uno de los haces de luz que atravesaban el mar, hacia dentro, hacia un azul cada vez más oscuro, donde la luz quedaba tan dispersada que su claridad desaparecía, y todo viraba a negro, un negro impenetrable que ya no la dejaba y la arrastraba aún más abajo, donde las dimensiones perdían todo sentido, donde nada y todo era posible.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Señora Evren? –preguntó el detective acuclillándose frente a ella y sacudiendo ligeramente sus hombros–. ¿Se encuentra usted bien?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, sí.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Está segura?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, sí. Sólo un poco agotada, ¿sabe? He tenido un día difícil.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sin duda, señora. Venga, permítame que le ayude a ponerse en pie. Siéntese en la silla. ¿Quiere un vaso de agua? –preguntó mientras buscaba en el armario un vaso–. Ah, aquí están. Yo voy a tomarme uno, si me lo permite.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren asintió con la cabeza.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Y usted, doctor Elbasan, quiere un vaso de agua?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No. Estoy bien –contestó el hombre que sostenía el objeto ovalado.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Sabe que vamos a hacer? –dijo el detective Binici mientras llenaba los dos vasos de agua– Vamos a informar ahora mismo a la Oficina para que sepan que usted necesita unos días de descanso, porqué usted es una rabdomante, ¿no?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pues eso, avisaré ahora mismo a la Oficina para que le confieran unos días de descanso. Usted no se preocupe, no debe hacer nada, nosotros nos encargaremos de todo. Todo lo que debe hacer usted es guardar reposo. Tome.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se sentó frente a ella, en la silla acolchada de su madre, dejando su vaso de agua en medio de la mesa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¡Ah!, mucho mejor ahora –dijo expirando, acomodándose en el asiento, tras beberse el vaso de un sólo trago–. Beba. Verá como le sienta bien.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Era obvio que aquel hombre no iba a dejar de insistir hasta que hiciese lo que le decía. ¿Cuándo se irá?, esa era la duda que más rondaba a Evren mientras se llevaba el vaso hacia los labios.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Una cosa más, antes de que me olvide señora Evren –esperó a que ella le diese paso a seguir–. He visto que en nuestros datos consta que su madre estaba casada con Lleshanaku Dedeyan. ¿Supongo que es su padre? </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Bien, su padre nos consta que marchó a la colonia de Marte para trabajar en las minas como parte del Cuerpo de Perforaciones y Extracciones. También nos consta que sigue vivo, aunque ya no activo, pero sigue allí.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Supongo. Hace mucho que no tenemos contacto.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya. Lo imaginaba, no tenemos registros recientes de comunicación desde aquí con la colonia. Supongo que su padre es uno más de los muchos desarraigados que no vuelven. Lo que quiero decirle, es que no hemos contactado con él, precisamente por esta incertidumbre que tenía sobre la relación que mantenía con usted y su madre. Se lo digo para que lo sepa. Usted decide si le informa o no. Eso lo dejo en sus manos.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Gracias –se limitó a responder Evren. No había pensado en su padre hasta ese momento ni tenía intención de hacerlo entonces. Tragó lo que quedaba de agua en el vaso confiando que con aquella acción el nombre e imagen de su padre volviesen a ser engullidas por el olvido.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Bien –dijo el detective irguiéndose pesadamente–. Pues si no tiene más cuestiones ni desea nada más, creo que nosotros hemos acabado aquí, por ahora. Doctor, ¿nos vamos?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, detective. Le dejo aquí la memoria Bennu. Si en cualquier momento tiene algún problema o cuestión sobre su funcionamiento, no dude en contactar conmigo. He añadido mis datos a su comunicador, llámeme cuando quiera y resolveré cualquier duda que tenga.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Gracias.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No son “memorias” lo que podrá visualizar, a pesar del nombre “memoria Bennu”. El cerebro humano no es una computadora, supongo que es consciente de ello, eso es un simple símil práctico, nada más, muy lejos de la realidad. Si quiere aprender algo de su madre acuda a nuestro centro y le ayudaremos a interpretar lo que hemos podido salvar de su cerebro en la memoria. Estaré encantado de ayudarle.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Gracias doctor.</div>
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;">–Nos vamos entonces. Hágame caso y descanse unos días, sé lo que le digo –se despidió el detective.</span><br />
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;"><br /></span>
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;">La silla muda. </span><br />
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;">Los cojines ahuecados dibujando el vacío. </span><br />
<span style="font-family: helvetica; font-size: 12px;">El peso de la ausencia, pensó Evren, ningún ley física habla de ello. </span><br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj26UBYD1DCfzlDA3Rpp19KCK4Ge41mPYFCitFNd-IbERvqIUra9oDVO8DOpnOVckj1kCG8XSGBBMe4cA72-iDZnkLtSNJTU4K7cEnuahgIuudX5uDh0KAbOddugNsDw041HSjPZwtFZ2Ww/s1600/rabdomantes11.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="442" data-original-width="1261" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj26UBYD1DCfzlDA3Rpp19KCK4Ge41mPYFCitFNd-IbERvqIUra9oDVO8DOpnOVckj1kCG8XSGBBMe4cA72-iDZnkLtSNJTU4K7cEnuahgIuudX5uDh0KAbOddugNsDw041HSjPZwtFZ2Ww/s640/rabdomantes11.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<iframe allow="encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" gesture="media" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/TC5WTwwrPmI" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-67795132141366495642018-01-03T19:11:00.001+01:002018-01-03T19:14:28.470+01:00Me dormí esperando<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sentarse bajo una envejecida encina </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a masticar la raíz tierna y jugosa,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
masticarla ceremoniosamente,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
como lluvia fina de invierno,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
chispeado por la memoria,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
por su bruma confusa,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de la sed del verano,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de los dientes del recuerdo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
atravesando la piel jugosa</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del que aguarda sin saber</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ante platos vacíos y el triste rostro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del pan enfriándose</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que a veces huele a flores,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a veces a humillación.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Esperando,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
esperando enterrando los ojos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
para no ensuciar con ellos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
el agua, el aire, los espejos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que reflejan mi espina,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
los huesos que se excitan</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
palpando el pasado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del sofocante verano</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de cuando vencí la gravedad</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de los cuerpos desnudos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y los pies descalzos </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que no llevaban a mar ninguno</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sino a una orilla de vientos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
desatados en mis ojos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
entre la carne de un cuerpo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
nunca mío, </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
esperando,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
aguantando</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
paciente sus pasos de agua</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
y asfixiarme en los recuerdos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del verano rendido</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de una vida que no rima</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ni sabe de melodías.</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Me dormí esperando</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu1hYWKGZQGFLjVKdOTnWvVnDMRLQEPzAlgd_Ell-ZvbOIsFzwSUy6k0a9aGqSzBQtkdVoA6A80w8DgsAJJ-j5FksFF0xnH4wL7q4ar66hyphenhyphenfwpzyE12u6y3ZXBwr4Air9tNqsGmRW9SvHq/s1600/tejo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="1399" height="184" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu1hYWKGZQGFLjVKdOTnWvVnDMRLQEPzAlgd_Ell-ZvbOIsFzwSUy6k0a9aGqSzBQtkdVoA6A80w8DgsAJJ-j5FksFF0xnH4wL7q4ar66hyphenhyphenfwpzyE12u6y3ZXBwr4Air9tNqsGmRW9SvHq/s640/tejo.png" width="640" /></a></div>
<iframe allow="encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" gesture="media" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/HhbzPJOKR24" width="560"></iframe>
<span style="background-color: white; color: #1d2731; font-family: "alegreya"; font-size: 16.799999237060547px;"><br /></span>Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-80359292891244683992017-12-23T21:42:00.002+01:002017-12-23T21:42:25.421+01:00Girasoles heridos de luz<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Mira la flor</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Es toda seda a la mirada</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su levedad,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
un gusto a los dedos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sensación</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sapidez</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La tersura de los pétalos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
una exquisitez inacabable</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La lindeza de sus pistilos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
maná para la boca,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Labios</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Lengua</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Cavidad </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Humedad sin fin </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El goce cabalgado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Coces de delirio</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Fogosidad abriendo el pecho</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El fuego del enfermo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La fiebre del hambriento</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La flor,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¡Mírala!</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Enfermedad y cura</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ardo por su belleza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Me ha prendido</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Me he encendido</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
su hermosura</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
su exquisita finura.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿La ves?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Está allí?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sus formas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sus colores</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su aroma</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su estar</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Diseñada para seducir</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Encandila todo en ella</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hipnotiza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ofusca</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Absorbe</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Incendia</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Conquista</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<i>¿Qué hiciste?</i></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La pisé</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Una vez</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y otra</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y otra</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Y otra vez</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Reiteradamente</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Salté sobre ella</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Con toda la brutalidad de mi peso</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La reventé</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Humillé su belleza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La deformé</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La hundí en la tierra</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Estrujándola</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Moliéndola con mi suela</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Quedó una arruga sedosa en el suelo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un algo avergonzado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Anonadado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Arrasado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Derrotado</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Bajó mi fiebre</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pero la lumbre quemaba</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Quebré otras</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las que me asaltaban con su belleza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las que se me insinuaban</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las que andaban provocando</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las rompí una a una</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las hice estallar</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las hice abrirse</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Para rajarlas desde dentro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Estropeándolas </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A base de fracturas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Que toda su estructura quebrase</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Romperlas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Deshacerlas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Destruirlas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Aniquilarlas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
No hay más</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sólo eso</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Vencer mi impotencia</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con su derrota.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Son buenos hijos, nos dicen</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Algunos trabajan,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
están muy unidos a sus familias y amigos, insisten</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Pero violan</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Los quieren disfrazar de patanes</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
De simples</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
De imbéciles</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
De primarios en sus pensamientos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Pero violan</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Pero la culpa es de la flor, dicen</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La sociedad no acepta su belleza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su luz y entereza</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La sociedad no quiere flores hermosas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Erectas y orgullosas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Libres y apasionadas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Voluptuosas y hedonistas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La sociedad las acusa </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de su perversidad</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de su atractivo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
porque las quiere castas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ascéticas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Grises</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Sumisas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Quiere girasoles heridos de sol</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Que las que brillen se quemen</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las quiere marchitas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Por eso libera manadas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Engendra bestias que las contenga</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Que someta su revuelta</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La rotación que la sociedad merece</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La sedición debe castigarse</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su conducta cuestionarse </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Por qué sonríe?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Por qué baila?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Y esos vestidos?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Y ese perfume?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Por qué le hablas?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Aceptas una copa?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¿Aceptas su compañía?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A quién se le ocurre</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A quién se le ocurre ser flor</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A quién se le ocurre ser mujer</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig3C3-6d9g7nUGytj3s5p_cOpIF6Fiemk3H2PHh5MvDwDFBv_h4sk5gx9pBJFpZ7L2kos-qlyQrM-OzITiK5bImSbSKQ8QjWWEp_c3FPMQiN9iB4Yp2FkZ_z0C2z7dDK27epUGlMrMJ7nH/s1600/media_thumb-link-19604.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="178" data-original-width="540" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEig3C3-6d9g7nUGytj3s5p_cOpIF6Fiemk3H2PHh5MvDwDFBv_h4sk5gx9pBJFpZ7L2kos-qlyQrM-OzITiK5bImSbSKQ8QjWWEp_c3FPMQiN9iB4Yp2FkZ_z0C2z7dDK27epUGlMrMJ7nH/s640/media_thumb-link-19604.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-26029289475284579332017-12-20T15:17:00.002+01:002017-12-20T15:57:16.727+01:00Rabdomantes (diez)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Cuando llegó abajo se encontró a Aske, agazapada, aguardándola doblada sobre sus cuatro patas. Corrió hacia ella y antes de poder abrazarla, la perra se puso en pie de un salto y se abrazaron la una a la otra. Lengüeteó la cara de Evren. Un rostro salado, asaltado por un repentino sollozo de debilidad e impotencia. Manoseó la cabeza y musculoso cuello de Aske, sintiendo como sus dedos se hundían en el denso mar de pelaje recio y negro. En aquella soledad tan vasta palpar aquel cuerpo era salvamento, amparo, protección; lo era todo. No existía nada más allá de aquel abrazo. El vacío exterior dejó de existir por un momento. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Una vez apaciguada, pensó en lo que había pasado. En los sensores perdidos y si sería posible recuperarlos. Para ello se dirigió guiada por Aske más allá de la cañada del río seco, al cuadrante asignado a monitorear y donde se había perdido la señal de “las pulgas”. Cerca de donde seguían aguardando las otras. Encontrar las que seguían funcionando fue fácil, seguían siendo funcionales, emitiendo señal. Una sola orden y el enjambre mecánico conformó una nube para refugiarse en el cuerpo de Aske. Las otras, las desaparecidas, no podían estar muy lejos, nunca se alejaban mucho las unas de las otras en sus movimientos aleatorios, así que buscaron en la dirección en la que todas ellas habían dejado de emitir señales. Algo debía haber allí, todas habían cesado de transmitir señal cuando se movían azarosamente en la misma dirección. Busca. Busca, busca, repetía constantemente Evren confiando en que el olfato de Aske le resolviera la situación. Sus ojos no eran muy útiles, los robots eran demasiado minúsculos para que pudiese encontrarlos en aquella marea de hierbas resecas. Ella no los encontraría nunca, pero el olfato de Aske podía ir más allá, se movía bajo otros parámetros, en un mundo muy diferente al de su mirada. Estaba entregada a ese otro universo, el de los olores, encomendándose a la nariz de Aske para encontrar algo, algún indicio que le indicase que era lo qué había ocurrido allí. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El aire era tan seco y caliente que abrasaba, un azote para los pulmones que se esforzaban por funcionar en aquellas condiciones. Aske buscaba intensamente, dando giros bruscos de un lado para otro, siguiendo un rastro invisible para Evren. Se detuvo con las manos sosteniéndose sobre las rodillas. Resultaba difícil respirar bajo aquel sol, la nariz la tenía tan seca que le parecía obturada y la garganta le ardía al tomar aire. Se maldijo por haber dejado la cantimplora en el vehículo, se planteó la posibilidad de irla a buscar, de hacer una pausa para descansar, pero luego, el calor aún sería peor. La temperatura no podía más que ascender. También podía irse. Dar los sensores por perdidos, pero, ¿qué podría entonces decir a la Oficina? ¿Qué desaparecieron, así, sin más? No le parecía opción satisfactoria. Sin la prueba, nunca llegarían, ni ella ni los de la Oficina a llegar a conocer las razones de aquella anomalía. El agua era una de las prioridades del Gobierno, para ello habían creado una Oficina dedicada únicamente a su búsqueda, extracción y gestión, cualquier error o problemas con las herramientas o procedimientos de búsqueda podía por tanto ser un trascendental para el gobierno, más allá de la Oficina. Los métodos eran estrictos, habían sido desarrollados y evaluados por el propio centro de investigación de la Oficina, invirtiendo para ello en una plantilla permanente de científicos evaluando e investigando como perfeccionar las herramientas de búsqueda. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La simple idea de contribuir con la detección de un error o fallo del sistema la llenaba de satisfacción, no podía rendirse al sol. Aske encontraría algo, confiaba en ella. Tenía que hacerlo, porque sus pulmones andaban exhaustos. Calcinados por las bocanadas de aire caliente que se infiltraban en su cuerpo. ¡Cómo podía haber sido tan inconsciente de dejar el agua y el equipo de supervivencia en el vehículo! El protocolo especifica llevar siempre la mochila de supervivencia al alejarse del vehículo, y ahí estaba ella, fatigada en un inmenso campo seco y allí, a una distancia considerable el vehículo, con el agua y los productos anti-insolación. Olvídate del agua, se decía, entregándose ciegamente a la fe en el olfato de Aske, encontrará “las pulgas”, y con ello soñaba que su informe dejaría de ser uno más aquel día, para ser algo excepcional. Y resoplaba aferrándose a sus rodillas imaginando la reacción del investigador alertado por el defecto de los sensores. La alerta iría asociada a su nombre, su número de rabdomante y el cuadrante en el cual había tenido lugar el fallo. Quizás aquello haría que se revisasen todos los protocolos, una verificación del buen funcionamiento de “las pulgas” y de los análisis de sus sensores. Quizás su nombre apareciese en las noticias. Un destello fugaz para volver a dejarse llevar luego por la vida, pero un destello al fin y al cabo. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Tras minutos de intensa búsqueda, de giros bruscos de un lado para otro, al final la perra se detuvo en un punto y ladró. ¡Lo sabía, lo sabía! Se incorporó y caminó lo más rápido que pudo hacia Aske. Las piernas temblequeaban, como si los huesos se estuviesen fundiendo, todo el cuerpo parecía haber ganado en densidad menos las extremidades, estas parecían blandas, deshuesadas. Cada paso era un gran esfuerzo. Al llegar donde Aske aguardaba, se dejó caer agotada de rodillas. Tenía la nuca empapada y el sudor resbalaba a lo largo de su rostro. Aske la miraba jadeando, con su enorme lengua colgando entre sus colmillos. Ladró, un sólo sonido seco para despertar a Evren de su enflaquecimiento.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya voy, ya voy, Aske. Un momento, dame un momento para recuperarme.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Finalmente prestó atención a la perra.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–A ver, dime, ¿dónde está?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Aske agachó la cabeza, poniendo una vez más su nariz a trabajar y se detuvo en un punto concreto. Volvió a ladrar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Buena chica, guapa. A ver, déjame mirar. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren apartó cuidadosamente los tallos secos y quebrados de hierbas doblegadas unas sobre las otras de la zona. Primero unas y luego otras, hasta que apareció el sustrato, con su suelo terroso y sus secretos: conchas vacías de caracoles pequeños y restos refulgentes de queratina, el exoesqueleto de algún insecto, y en medio de todo aquello un minúsculo cuerpo metálico. Una pulga. Allí estaba. Había conseguido recuperar uno de los robots extraviados. Al menos podría hacerlo analizar y saber lo que había pasado con él. Gracias a aquel esfuerzo, sabría por qué había dejado de funcionar súbitamente. Podría dar una explicación a la Oficina. O al menos, dotarles con una prueba, una muestra sobre la que trabajar. La guardó cuidadosamente en uno de sus bolsillos y tras acariciar enérgicamente a Aske hizo un esfuerzo por ponerse en pie. Oteó en dirección a la cañada, tras sus muertos tallos despuntaba el minarete ruinoso. Ahí estaba el vehículo. Ahí estaba la salida de ese espacio.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Vamos, Aske, es hora de volver a casa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
***********</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Cuando el vehículo alcanzó la carretera principal, volvió a conectar con el resto del mundo y le aparecieron una serie de mensajes enviados desde casa. Llamadas que no habían dejado mensaje alguno. Se sorprendió por su silencio, su madre, cuando no conseguía localizarla siempre dejaba algún mensaje, así que escamada por el silencio, llamó al comunicador de casa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Residencia 87-3478 –respondió una voz masculina.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se quedó muda, confundida por un momento, sorprendida por aquella voz masculina y por la respuesta obtenida: “residencia 87-3478”. Su memoria buscó inmediatamente sonidos de referencia, voces masculinas que conociese que pudiesen estar en su casa. Algún familiar lejano de su madre o de su padre, de esos que no había vuelto a ver en años, de los que guardaba algún vago recuerdo de su niñez. No le encajaba ninguna de esas voces. Tampoco la de ningún vecino, alguno de esos que raramente se detenían a hablar con ella o con su madre. Con ella, eran pocos, apenas mantenía contacto con la gente de la urbanización, el único hombre con el que hablaba asiduamente, cuando coincidían en la playa o en el mercado, era el Elend, el hombre que salía en barca y le había hablado de las islas de algas que había encontrado mar adentro, pero no tenía constancia de que hubiese estado nunca en casa, ni que tuviese una especial relación con su madre. Aunque, a decir verdad, no sabía nada de lo que hacía su madre durante el día. Ni si recibía visitas o con quien se relacionaba si salía fuera. Pero aquella voz no le sonaba a la de Elend. Igualmente, aunque hubiese sido la suya, le sorprendería que estuviese en casa, y más que fuese él quien respondiese al teléfono. ¿Papá? ¿Podría ser su padre? Rechazó inmediatamente la idea, no por poco verosímil, pero por no querer ni dar cabida a esa posibilidad. ¿Podría haber vuelto su padre sin previo aviso? Llevaba tiempo sin escuchar su voz, muchísimo tiempo, pero no la recordaba como aquella que había contestado al otro lado del comunicador. Estaba desconcertada, de repente la rutina de los días se había visto rota por aquella voz desconocida que vaticinaba una alteración de su realidad para la que no parecía estar preparada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Con quién hablo? –dijo finalmente– ¿Puedo hablar con Yady?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Es usted Evren Dedeyan? ¿La hija de Yady Dedeyan?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, la misma.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Señora Evren, le habla el detective Iskander Binici. He intentado contactar con usted varias veces, pero estaba fuera de cobertura. He de pedirle que venga a su casa inmediatamente. Ha ocurrido un accidente.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Dónde está Yady? ¿Puedo hablar con mi madre?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Mejor venga a casa en cuanto pueda señora Evren.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se zanjó la conversación.</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Venga a casa en cuanto pueda. En cuanto pueda. Venga a casa. Esa frase no dejaba la conciencia de Evren, rondaba de un lado para otro, como si fuese un pez demasiado grande atrapado en un acuario demasiado pequeño. Apenas giraba, no había espacio, todo estaba contenido en aquellas palabras: ha ocurrido un accidente. Venga a casa en cuanto pueda. Y golpeaban una y otra vez en cada uno de sus arrebatos, y el acuario que era su cabeza quería romperse para liberar aquel animal demasiado grande, aquel ictioforme nervioso y alterado que no cejaba de atizar sus pensamientos, y quería ahogarlo, fracturar el contenedor si era necesario para extirpar aquella cosa y dejar de padecer sus sacudidas, pero no sabía cómo. ¡Cómo! La incertidumbre, la sospecha de aquellas palabras habían criado una angustia dolorosa. El dolor era físico. Y al final buscó el cordón neuronal entre sus cabellos y lo conectó para desvanecerse. Para liberarse de aquellas palabras. Se desrealizó para dejar de ser ella misma.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-62276031471031524262017-12-17T19:04:00.001+01:002017-12-17T19:04:46.010+01:00Rabdomantes (nueve)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Allí descubrieron lo que fue un antiguo río, uno de los que alimentaba la depresión y evitaba su desecación, hasta que llegó la gran sequía. Entonces incluso el río se secó. Su lecho estaba igualmente agrietado. Uno de los márgenes lo constituía una densa mata de cañas agostadas, entre ellas, reposaban un sinfín de esqueletos, cabezas y espinas de carpas resecas, enquistadas en lo que un día fueron lodos. Aske olfateó los cadáveres con sumo interés colándose entre las cañas. Evren prefirió volverse al pueblo, adentrarse en las casas que quedaban en pie.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Eran construcciones viejas, tradicionales, levantadas con piedras y adobe. Apartó la puerta, medio caída y accedió al interior de una de ellas. Una que conservaba su techo cónico de ladrillos de barro. Desde fuera parecía un termitero, dentro una agradable temperatura sorprendió a Evren. Pasó la mano sobre las paredes alzadas con aquella mezcla de arcilla, arena y paja. Estaban frescas. Acercó todo su cuerpo hacia ellas. Reposó sus mejillas para que se refrescaran. El encarnizado calor de los llanos quedaba fuera de la construcción. Al otro lado de la puerta. Se perdía en la altura de la cúpula cónica del edificio, hasta escapar por su orificio central. Era un espacio sencillo. Apenas quedaba nada. Marcas fantasmagóricas en las paredes donde se podía adivinar que había existido una estantería, o sobre las que se apoyaba una cama. Manchas claras que revelaban que algo las había cubierto antes. Pero nada más. El mismo vacío que se respiraba en todos los pueblos abandonados de la zona.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Entró en otra tan hueca como la anterior. En un rincón descubrió un elemento brillante. Una cucharita metálica cubierta de polvo. Bufó y descubrió un mango grabado. Frotó con los dedos. Escupió en ella y volvió a frotar hasta que apareció el total del dibujo decorativo. Formas florales se enlazaban a lo largo del mango, en el extremo oval cóncavo la figura de un animal conformada por lo que parecía ser caligrafía árabe. Contempló un rato el objeto, por arriba y abajo, haciéndolo girar ante sus ojos, hasta guardarlo en un pequeño bolso que colgaba de su cinto. A mamá le gustará, pensó. Ya no existían objetos como aquellos. O bien se heredaban o se debía acudir a los mercados de anticuarios de las grandes ciudades. En ellos todavía era posible adquirir objetos artesanales del pasado. Pensó en su madre. En lo poco que sabía de ella. ¿Dónde había nacido? No podía responderse, porque no lo sabía. Apenas sabía nada de su infancia. Ni de su juventud, ni de nada que no hubiese sido una historia compartida. No hablaban de eso. El pasado de su madre era un gran vacío. Sabía que sus abuelos habitaron una de las numerosas villas que se fueron abandonando a medida que la aridez se extendía por la región, pero no en cual de ellas. Se podían contar a miles. Casi nadie hablaba de ese tema: del éxodo. De cómo tuvo lugar. De la huida masiva de la gente hacia las ciudades. Ya nadie habitaban las tierras del interior, eran un erial en todo su sentido. La vida las había abandonado. Todo el mundo buscó refugio en las grandes ciudades o en la costa. Sólo sabía que su madre, con apenas trece años, siguió a sus padres en su migración del páramo hasta la costa. Allí, junto al mar encontraron refugio. No muy lejos de donde ella vivía ahora, dejando estos paisajes y unas formas de vivir atrás. Llevándoselo todo con en su marcha. Dejando una casa vacía. Como aquellas. Poco más que cuatro paredes y un techo. Paredes con memorias capturadas en ellas. Memorias inasequibles pero que podían percibirse. Estaban allí. Por todas partes. Las sombras, las luces, los tonos en las paredes, todos eran testimonios de algo que había existido. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Tuvo que cerrar los ojos al salir, cegada por la intensidad de la luz. Otra vez el calor. La incandescencia del sol proyectándose con virulencia sobre la tierra. Trepó sobre los escombros que bloqueaban la entrada a la mezquita, esperando encontrar en ella sombra, el frescor experimentado en las casas, pero parte de la bóveda había cedido. En su caída, el techo había arrastrado a gran parte de la estructura central, el edificio era un gran agujero con una serie de arcadas que no sostenían nada. El cielo. Y con él el sol. El calor.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El alminar seguía en pie entre los escombros. Una torre circular coronada por una caperuza cónica y un pequeño mirador exterior abalconado en la altura. Había una puerta pequeña para acceder a la torre, dentro una escalera de caracol para acceder al balcón. Evren se lo pensó un momento, dudó sobre el estado de los escalones, pero al final la curiosidad la empujó a ascender por ellos. Unos giros sobre el mismo eje y apareció en el balcón. El suelo estaba deteriorado, pisó con cuidado, asegurando cada paso. Había allí dos grandes altavoces que en otros tiempos se habían usado para difundir la llamada a la oración. Una llamada cantada que Evren desconocía completamente. Un sonido reliquia, como las palabras reliquias para describir campos fértiles que sólo los ancianos guardaban en su vocabulario, un mero registro auditivo que había escuchado en algún que otro documental. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su llamada pasó a formar parte de los paisajes sonoros desaparecidos, cuando se aprobó la Ley de Actos de Culto Públicos que prohibió la celebración y exhibición de todo tipo de culto religioso más allá de los templos con el fin de preservar la tranquilidad, la seguridad y la privacidad de todos los ciudadanos. Se le exigía neutralidad a todo. Nada ni nadie podía ser o sentirse agredido u ofendido. Cualquier diferencia debía quedar enclaustrada en el ámbito doméstico e individual, sin exhibirse. La tolerancia consistía en eso, en hacer a los diferentes en invisibles. En desconocerlo todo. En generar distancias entre los individuos. Lo que no se conoce no se puede odiar, alegaban los juristas que elaboraron la ley. La única manera de convivir es desconocernos, ignorar nuestras diferencias, argumentaron los que la apoyaron, los que consiguieron que se aceptase la naturalidad del “encerramiento”. Así fue como se denominó a ese experimento social que obligaba la neutralidad externa en el ámbito público. Con el tiempo lo externo conquistó lo interno. Lo que no se pudo mostrar acabó cayendo también en el olvido interno. Existían grabaciones previas al “encerramiento” en las cuales entre el sonido propio de las ciudades de antaño, con el ruido de los motores, los paso de los peatones, voces sueltas de palabras aireadas en tránsito, sonidos de cafés, de sillas, las ruedecitas de unas maletas arrastrándose, de vendedores anunciando sus ofertas, un perro ladrando en la distancia, el pitido rítmico de un semáforo o la llamada de algún teléfono móvil, entre todo eso, se oía la voz amplificada de algún imán llamando a la oración desde un minarete. En otras se oía en tañer de unas campanas. A estas grabaciones acudían principalmente historiadores y antropólogos. Las había a miles, se guardaban en ficheros digitales, en colecciones de museos y centros académicos, todos ellos bajo la categoría técnica de “Resonancias del pasado: paisajes sonoros”. Evren nunca había sentido curiosidad por esas cosas del pasado. Nacida tras el “encerramiento” era, como la mayoría de la gente de su generación, una despegada a la historia, la familiar y la social. Un ser tibio e indiferente a lo externo, pues todo parecía redundante. Una repetición constante. Una secuencia infinita de sucesos similares, cuya máxima distracción eran las sesiones de desrealización que le permitían adentrarse en la mente de desconocidos y experimentar así las diferencias que el “encerramiento” habían limado externamente. La historia hacía años que carecía de todo prestigio social, era vista como una ciencia que tendía al conservadurismo, a adormecer la vitalidad de las sociedades, un conocimiento negativo que tendía a generar resentimiento y mala conciencia. Un refugio para los débiles. Es el arte de petrificar la vitalidad de las almas, llegó a clamar un ministro del parlamento de la Oficina. “La historia”, dijo en el mismo discurso, “es una ciencia cuya única función es pasiva, sólo se contenta con conservar el pasado, vivir de ello, sin producir nada nuevo. No queremos, ni vamos a promover algo así desde nuestro gobierno, no nos interesa como sociedad. No queremos vivir anquilosados en el pasado sino proyectarnos hacia el futuro. No vamos a subvencionar su estudio para que el pasado de los objetos nos robe el alma. La necesitamos para seguir adelante, para seguir progresando como llevamos años haciendo, desde los tiempos incluso anteriores a los del Éxodo. Siempre adelante nunca atrás”. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Desde el balcón la vista era impresionante. El plano, el embudo del lago, los barcos oxidados, las casas derruidas: la nada. Las tierras yermas parecían más grandes, habían ganado en dimensión. El horizonte quedaba más lejos, pero invariable. El mismo color. Las mismas texturas. Todo lo otro se veía reducido. Pequeños detalles depositados aquí y allí para romper la monotonía del paisaje. Allí, acariciada por la brisa, se vio por un momento junto al mar. Respira. Respira. Llenó los pulmones cerrando los ojos, y allí en la altura del minarete, experimentó como si una gran túnica la envolviese. Como si un tejido suave y liviano cubriese su cuerpo, y su campo de visión se viese reducido, enmarcado por el paño que arropaba su cabeza y rostro. Así es como debe ver el mundo, se dijo entrecerrando los párpados. Sujetó con la mano derecha una túnica inexistente a la altura de los labios, cerrando el velo. Quizás así resulte más fácil, sin una visión ancha. Quizás el camino sea más obvio. Más marcado. Sin distracciones alrededor, sólo mirando adelante. No hay más que agachar la cabeza y seguir los pies: primero uno y luego el otro. Imaginó sus botas andando por las calles de su urbanización, descendiendo los peldaños que llevaban a la cala y hundirse ligeramente en la arena. Se sintió abrigada, vestida, enfundada en aquella gran tela blanca de la figura que tanto la inquietaba cuando se cruzaba con ella. Y creyó oír un canto, una oración casi imperceptible, en una lengua incomprensible. Canturreó en un idioma que no existía, en lo que en su imaginario sonaba a árabe y de repente distinguió a un grupo de mujeres, de figuras enfundadas en blanco caminando por el pueblo. Hablaban entre ellas, cargaban bolsas de plástico en sus manos, venían por la calle que llevaba al mercado. Un niño las seguía un par de pasos por detrás, primero saltando sobre un pie y luego cambiando al otro pie. Poco a poco fueron apareciendo más personas, hombres, vestidos de una manera indefinida, borrosa, como sus rostros, en su invención de aquel mundo, la imaginación no sabía que rasgos asignarles. Eran abstractos. Humanos abstractos de movimientos inciertos, tan siquiera sabía en aquella ficción que tareas atribuirles. ¿Qué hacía la gente entonces? ¿Qué consumían? Simplemente se movían, eran figurantes pequeños que observaba desde lo alto del minarete que iban de un lado a otro, como un reducido grupo de hormigas exploradoras. Y poco más allá, el azul del lago y los barcos pesqueros llegando arrastrando con ellos un reguero de aves que aprovechaba sus descartes. Cuando volvió a contemplar lo que pasaba abajo, al poblado, se sorprendió con una niña que la miraba fijamente. ¿Qué hace? ¿Qué mira? Entre el grupo desdibujado y ambiguo de su ficción, aquellos ojos estaban perfectamente definidos. Eran grandes y oscuros, rozando el negro. Le sostenían la mirada. ¿Qué quiere? Inspeccionándola. Examinándola. Interpelándola. ¿Qué quieres? ¿Qué miras? No me mires. Deja de mirarme. Vamos, vete. Déjalo ya. ¡Quieres dejarlo! ¡Qué lo dejes! ¡Déjalo ya! ¡Vete! Venga. Que te vayas. ¡Vete, vete, vete! </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¡Vete,vete,vete! se escuchó en el páramo. El grito se extravió enseguida en aquel vasto espacio tan vació, sólo Aske se volvió sorprendida al escuchar la voz de Evren y corrió hacia ella de vuelta al poblado ladrando. Fue entonces cuando la ficción se disipó, incluidos aquellos ojos. La mirada tan real hasta entonces se había esfumado. No quedaba nada a sus pies, el conjunto de casas derruidas y Aske ladrando. ¿Qué ha sido eso? se preguntó mientras se fregaba los ojos. Y entonces, un sobresalto inesperado: sonó la alarma del seguidor de “las pulgas”. La pantalla parpadeaba informando de un error: una pulga había dejado de emitir señal. Volvió a pitar el aparato. Otra señal se había apagado. Se extinguió una tercera y una cuarta. Oteó en dirección a la localización de las pulgas. Nada. Lo mismo de siempre, campos secos, pero de repente un minúsculo fulgor y una pulga menos en el monitor. Aske seguía ladrando al aire, instando a Evren a bajar del minarete. Dos nuevos chispazos, casi simultáneos y dos señales menos. Los sensores iban expirando, desapareciendo del monitor. ¡Mierda! La voz inquieta de Aske golpeaba los oídos. Eran ladridos intranquilos, nervudos y fibrosos. ¡Calla! gritó Evren sin dejar de observar el monitor. Un nuevo pitido entre los sonidos tendinosos de la perra. ¡Joder, joder! Instintivamente presionó la orden que detenía el rastreo, forzando a los pequeños sensores a detenerse allí donde estuviesen. Aske seguía histérica.</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¡Cállate! –Evren sonó crispada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJg_zsyNqXO0ZAuHxIgOVvvjiMk77TkhK7taMj-hO09yPygCEAmfnKo5VGqoO0BP4crG5ruVJ7_-4aFkO8X1NBDd0vsvR7IBHZUcOSxNT3sMf7t6NsUDbT52owno8mG61KVbBYVQyli_Xx/s1600/ruinas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="718" data-original-width="1371" height="334" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJg_zsyNqXO0ZAuHxIgOVvvjiMk77TkhK7taMj-hO09yPygCEAmfnKo5VGqoO0BP4crG5ruVJ7_-4aFkO8X1NBDd0vsvR7IBHZUcOSxNT3sMf7t6NsUDbT52owno8mG61KVbBYVQyli_Xx/s640/ruinas.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<iframe allow="encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" gesture="media" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/shlxqhN3LS0" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-35250889460368434722017-12-11T13:43:00.001+01:002017-12-11T13:43:14.903+01:00Hasta aquí, la noche<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aquí, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus amapolas y fiebres cantadas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus pieles conmovidas, </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
entretejiéndose,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
ribeteando el tapiz urbano.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aquí, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus veredas de anhelos pisadas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus tumefactas miradas, </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
encuadernándose, </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
mecanografiando el deseo urbano. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aquí, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus espinas de pescado pintadas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus hambrunas expuestas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
atiborrándose,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
lamiendo el infortunio urbano.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aquí, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus camadas mal amamantadas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
con sus ubres agostadas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
acartonándose,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
deleitando el calvario urbano.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aqui, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de cuerpo delgado y débil,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
corre hacia alguna parte,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
a lomos de un burro,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en busca de algo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–un currusco de pan–</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
en graneros vacíos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
demasiada lluvia</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
devastadora sequía</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
estropeada la simiente</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
espigas podridas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
el hambre siempre vaga en desiertos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sean montañas, llanuras o ciudades,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sea un camino o sea otro,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sea en mares o en ríos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
la necesidad viaja dentro,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sorda a profetas, predicadores o poetas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
su madre no halló consuelo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
vistió el velo negro del luto,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
encendió la tea de la protesta,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
despertó la lava del Etna,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
vagó en busca de su hija,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
amante de los trigales,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
impidió que las semillas medraran,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que brotaran las espigas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que el trigo germinara.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Nació el pan de la esclavitud</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
¡La mies, la siega y los graneros!</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Vosotros que soñáis, ¡no los olvidéis!</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El pobre sueña un pan de ricos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
más sólo tiene bueyes flacos y famélicos,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que guardan el sembrado en sus voraces vientres.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Envueltos en paños azul o rojo,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
segadores y sembradores miran al cielo estrellado,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
sueñan:</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pan blanco de flor de harina</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pan de harina fina</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pan de harina sin tamizar</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pan con sésamo</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de lemna</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de amapola</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de bellotas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de habas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de algarrobas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de garbanzos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de higos secos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de dátiles molidos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de comino</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de cilantro y anís,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de mendigos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de vagabundos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de pesadez y delirio</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de arena, tierra y serrín</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
pan de fiebres y pesadillas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de mareos e insomnios</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de alucinaciones</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de toses secas,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
diarreas y bubas rojas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
escrófulas y epilepsias</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de moscas y piojos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
chinches y ratas</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de ofuscación</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de caminos perdidos</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del andar parasítico de un lugar a otro</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
panes de miseria.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Hasta aquí, la noche,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
de cuerpo delgado y débil,</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
del sueño del pobre</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
que no amanece.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEBWEwme2MfOgPl8I-UcmWOO5bNOhkZx_W_3fgRqj-b1Z0G5eSOzrbFynhBBwQaeIkd5IkVc7PVVlct7cQbUuKejw-D2d63ydkkpMKTvGfYBTW9bK9klk247clTpiGN4i5Fhgc91S9DbE8/s1600/pandepobres.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="382" data-original-width="1486" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEBWEwme2MfOgPl8I-UcmWOO5bNOhkZx_W_3fgRqj-b1Z0G5eSOzrbFynhBBwQaeIkd5IkVc7PVVlct7cQbUuKejw-D2d63ydkkpMKTvGfYBTW9bK9klk247clTpiGN4i5Fhgc91S9DbE8/s640/pandepobres.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<iframe allow="encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" gesture="media" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Ww2UzDDlpnI" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-90333970298610205932017-11-27T18:21:00.003+01:002017-11-27T18:21:50.240+01:00Rabdomantes (ocho) <br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Despertó Evren al día siguiente con la misma sensación de vacío de los últimos meses, que ya sumaban años. Como si acabase de llegar al mundo. Pero lejos de ser un mundo excitante que requiriese ser explorado y experimentado, como el de la infancia, ese nuevo mundo, el nuevo mundo del adulto, era un mundo yermo. Carecía de estímulos. Lejos de ser un vacío liviano, su deshabitado cuerpo parecía constituido de una densidad tan alta, que hasta en la desnudez resultaba cargante y fatigoso. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se vistió con las ropas cómodas de trabajo. Se miró en el espejo, para confirmar que la camiseta rojo oscuro del departamento de los rabdomantes no le sentaba bien. Su ánimo no casaba con la vitalidad y ambición que ostentaba esa prenda. La actitud optimista que aspiraba transmitir a aquellos que debían adentrarse en tierras desérticas en busca de agua, no funcionaba con ella. Lejos de no ejercer el efecto deseado, añadía peso, al su ya de por sí insoportable cuerpo. Generalmente se levantaba con la cara hinchada y los ojos congestionados, pero esa mañana su rostro parecía más descansado. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En el patio, alumbrado por el cálido sol de la mañana, encontró a su madre sentada en la mesita. Desayunaba, acompañando la comida con un pequeño vaso de cristal. Un pequeño recipiente de vidrio en forma de tulipán lleno de un líquido rojizo. Un té de aroma y sabor intenso. La esencia de las mañanas. A pocos metros, en un fogón construido en el patio, una doble tetera seguía calentándose. Había cosas que parecían estar por encima del tiempo y el progreso. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Buenos días, mama.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Besó, asomándose desde su espalda, la frente de la anciana.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Buenos días, hija. ¿Has dormido bien?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí –respondió tomando asiento al otro lado de la mesa–, bastante bien. Estaba agotada anoche. ¿Cómo ha sido tu sueño?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Mi sueño es frágil, como mi cuerpo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿No te ayudan las pastillas?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mujer se llevó una cucharada de yogur a la boca.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Mama, ¿no te tomaste las pastillas?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mujer siguió callada.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya veo, ¿cuánto hace que no te las tomas?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ay hija, déjalo. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Déjalo? Pero, te aconsejaron su consumo para poder conciliar mejor el sueño. Es por tu bien, mama. Para que no andes tan cansada durante el día.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No es el sueño interrumpido lo que me cansa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿A no, qué es entonces?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La madre volvió a callar. Cogió yogur de nuevo con la cuchara.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Dime, mama, ¿qué es lo que te agota?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mano con la cuchara se había detenido a medio camino, entre la boca y el bol. Suspendida en el aire.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Dime, mama.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El silencio de nuevo. Un instante de espera hasta que emerge la respuesta:</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–La espera, hija.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿La espera? </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Sí, la espera.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Qué espera?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Tu qué crees? Espera, sólo hay una.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No entiendo nada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pues está bien claro.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Si tú lo dices, pero yo, últimamente no te entiendo. No dices más que vaguedades.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No entiendes, porque no quieres entender, hija.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No, no entiendo, porque no te quieres hacer entender mama. Y porque no tengo, ni tiempo, ni ganas para adivinanzas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren se levantó de la mesa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¡Aske! –gritó buscándola en el patio. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Está fuera, en la playa con Köle. Lo he mandado allí para ver si conseguía algunas coquinas antes de que suba la marea.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Vale. Me voy, mama.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿No comes nada?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No, tengo que trabajar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Tan siquiera un poco de té?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No, no me apetece. Nos vemos luego. Cuídate.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un nuevo beso en la arrugada frente y abandonó el patio.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<span style="color: orange;">******</span> </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un nuevo día. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un nuevo cuadrante. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un nuevo paisaje. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Misma aridez. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Un campo de girasoles heridos por exceso de sol junto a la carretera. Evren apenas miraba. Dormitaba en su asiento, le gustaba la sensación fronteriza de la ensoñación, en la que la conciencia tenía constancia de los suspiros de su subconsciente. De niña, y más tarde de adolescente también, programaba el despertador para que sonase temprano, mucho antes de la hora a la que se la requería despierta, para poder así disfrutar de un tiempo de reposo en la cama. Un tiempo soñoliento para disfrutarlo a conciencia. No durmiendo sino estando allí, tumbada, entre las sábanas, con los ojos pesados, necesitados de más horas de sueño, debatiéndose entre el sueño y el desvelo. Miraba entonces de recuperar imágenes y escenas recreadas por su cerebro a lo largo de la noche, traerlas a la conciencia para poder recrearse en ellas como si conformasen parte de la realidad. No quería relegarlas al mundo orínico sino transferirlas al mundo real. Creía entonces que lo que consiguiese retener en su memoria algún día constituiría la realidad. Su realidad. ¿Acaso existía alguna otra?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Tras un par de horas por una de las carreteras que se dirigía al Este, hacia el gran barranco, el vehículo se desvió por un sendero terroso que se adentraba zigzagueando en el un paisaje sembrado con piedras. Circular por aquella pista no era un deslizamiento suave, todo vibraba. La cabina sufría las sacudidas de las ruedas al rodar sobre una roca o caer en un pequeño hoyo. Aske, hasta entonces tumbada en la parte posterior se sentó sobre sus posaderas, y en más de una ocasión una pequeña nube de pulgas se desprendió temporalmente de su lomo para inmediatamente volver a desaparecer en su denso pelaje negro. Evren se ajustó el cinturón de seguridad para evitar golpearse inmersa en ese zarandeo continuo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Al fondo, en el horizonte, se iba dibujando el destino. Sobresalían en el paisaje plano un conjunto de pequeñas edificaciones, un minarete erguido como una aguja y un conglomerado de troncos secos y retorcidos, todos ellos reverenciando a un cielo diáfano. Un azul que se intensificaba a medida que subía por la cúpula, con un sol banco amarillento enceguecedor cerca de su punto más álgido. Parecía una bola de fuego capaz de hacer arder como la yesca las construcciones a las que se dirigía Evren. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se detuvo el coche a la sombra de una de las edificaciones. Eran ruinas, lo que quedaba de un antiguo poblado levantado a orillas de un gran lago. Del lago quedaba su hondonada, una enorme depresión que se hundía suavemente hasta donde alcanzaba la vista. Un embudo monumental de piel cuarteada. El terreno parecía un mosaico monocromo, un puzzle de arcilla con enormes quebrados. Aquí y allá se veían barcazas y algún que otro barco de pesca volcados. Ladeados sobre sus carcasas oxidadas como peces muertos, con redes y otros utensilios esparcidos a sus alrededor, como si de sus tripas se tratase. Algunas embarcaciones reposaban próximas a lo que en otros tiempos constituyó la orilla. Otras se perdían en el horizonte. Un par de pasarelas de madera se adentraban en unas aguas ilusorias, constituyendo un embarcadero irreal del cual pendían ahorcadas dos barcas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren contempló el lugar. No había estado nunca antes en aquella zona. No era el primer lago expirado que veía, pero sí de unas dimensiones tan grandes como aquellas. Era un pequeño mar interior. Apenas podía percibir la otra orilla, ni adivinar donde quedaba el núcleo del lago. El lugar donde se hundía hasta alcanzar su mayor profundidad: poco más de treinta metros según los datos de los que disponía. En algunos lugares quedaban manchas harinosas, brillos albinos de sales incrustadas en las arcillas. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Buscó en la Red de Nubes información sobre el lugar, pero no consiguió conexión. Su señal no cubría aquella parte del mundo, sólo le llegaba información a través de los sistemas de posicionamiento de la Oficina. Para todo lo otro, aquella zona no estaba conectada. No existía. Lo mejor sería acabar el trabajo cuanto antes y abandonar ese no-lugar. Transmitió las coordenadas del cuadrante a cubrir a las pulgas. Estas abandonaron inmediatamente el cuerpo de Aske en un revuelo y se dirigieron al este del poblado. La perra las siguió tras lanzar una mirada a Evren. Ves, le animó ésta con un gesto de brazo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhj8jkFOrhyv66xdPDAnMNLVkqc9l3gVkRRkmHJ2sH6g7E8E9tdvUDrW-5uKAZcBL2J8HhMj7ug0bvVZvIzfzbiDoDzyoECJORO94XU3GSEOe4t2JHYX4HwRhERmYbkQSE7ScfJGTg-gxaa/s1600/desiertolago.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="673" data-original-width="1489" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhj8jkFOrhyv66xdPDAnMNLVkqc9l3gVkRRkmHJ2sH6g7E8E9tdvUDrW-5uKAZcBL2J8HhMj7ug0bvVZvIzfzbiDoDzyoECJORO94XU3GSEOe4t2JHYX4HwRhERmYbkQSE7ScfJGTg-gxaa/s640/desiertolago.png" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/5DBc5NpyEoo" width="560"></iframe>
<br />
<br />
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-447517503050652972017-11-04T12:23:00.000+01:002017-11-04T12:23:00.919+01:00Rabdomantes (siete)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Fuera Evren vio un sol que andaba bajo, volando caliente y frío, apunto de evaporarse en el mar. Las gaviotas andaban en retirada. Unas pocas siluetas surcaban los peñascos en busca de sus nidos. El viento avanzaba lentamente desde el horizonte, como si empujase piedras frente a sí, como si hubiese tirado las grandes rocas que se asomaban sobre la superficie del mar. Entre ellas descubrió a Köle, con el agua por encima de las rodillas y a Aske ladrando un poco más allá, cerca de la orilla, donde morían agotadas las olas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El robot se giró hacia la perra y con un golpe de mano le arrojó un mechón de agua que ella intentó capturar con la boca. Luego volvió a ladrar a Köle, quien siguió adentrándose un poco en el agua. Se dobló introduciendo sus brazos bajo la lámina azul para robarle de su intimidad un fajo de algas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Cerca de la costa no eran tan abundantes, debía caminarse la bahía entera para reunir un buen puñado de las mismas, pero un poco más adentro, traspasada la barrera de las rocas, tras las cuales el suelo marino caía unos cuantos metros, se alzaban verdaderas columnas de algas, más altas que cualquier árbol de los que Evren había visto nunca, con hojas verdes y moradas que ondeaban, mecidas por las corrientes, como si fueran cintas de colores. Conformaban un bosque de algas subacuático. Un bosque en el cual le gustaba a Evren sumergirse. Dejarse tocar. Sentir las largas hojas de las algas golpear suavemente su piel y enredarse en su cuerpo desnudo. Desconocía lo que había más allá de aquel bosque. Este se extendía hasta allí donde alcanzaba su vista. Los rayos de luz penetraban individualizados entre las columnas que servían de refugio y alimento a un gran número de peces.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En ocasiones Evren había visto focas jugando con las cintas, envolviéndose con las algas tal y como hacía ella. Un hombre del pueblo, al que gustaba adentrarse en el mar en un pequeño bote, le explicó que la extensión del bosque era enorme. Que nunca había llegado a sus límites, que la altura de las algas podía alcanzar los doscientos metros, y que más adentro se acumulaban y enroscaban entre ellas hasta formar enormes islas flotantes de algas. Evren soñaba con ver esas islas, pero nunca se había atrevido a embarcarse tan adentro. Prefería la firmeza del desierto bajo sus pies. Adentrarse en ese vacío seco no le asustaba tanto.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Köle siguió un rato rastreando el fondo entre las rocas, colgaba en su espalda el cubo rojo donde iba depositando las cintas de algas que iba recolectando. Evren contemplaba desde los escalones que bajaban a la playa la escena, dejando que la cálida y lenta brisa acabasen de secar su pelo. Había pensado en gritarlos para que volviesen a casa, pero aquella presencia la inhibió.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En el otro extremo de la bahía estaba sentada la figura blanca. Había abandonado su sombra en el callejón para pasear por la arena de la playa. Había allí, sobre la cabeza de la sombra blanca, unas antiguas estructuras talladas en la roca del acantilado. Unas formas milenarias que parecían casas, fachadas cinceladas que recreaban columnas, techos, puertas y ventanas. Eran el domicilio de los muertos. Los antiguos habían recreado sus casas para acoger a los muertos. Para dotarles de un hogar donde reposar. Casas esculpidas unas encima de las otras, cubriendo gran parte de la pared rocosa. Se desconocía como aquellos antiguos, los llamados lícios, los habitantes de “la tierra de las luces”, habían podido tallar las tumbas a tanta altura en aquella época. Las tumbas iban desde bajo el mar, pues algunas habían quedado sumergidas con el tiempo, hasta lo más alto del risco. Como fuese, aquella ciudad esculpida habitada por muertos, había formado desde tiempos inmemorables parte del paisaje de la zona. Otras ciudades como aquella se apreciaban a lo largo de la costa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Para Evren, la mujer envuelta en blanco formaba tanta parte del paisaje como aquellas reliquias arqueológicas. Una antigualla de otros tiempos. Creía incluso que de alguna manera existía conexión alguna entre ella y aquel antiguo y extraño culto. Atribuía la serenidad de su mirada y sus movimientos al misterio de esa pared de roca. Cuando se lo había sugerido a su madre, esta siempre se lo había desmentido. Le había intentado explicar que el culto de aquella mujer nada tenía que ver con el de los antiguos talladores de rocas, que el de ella no se perdía tan atrás en el tiempo. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
“Mi abuela”, le había dicho, “vestía igual que esta mujer. No sólo ella, sino muchas de las de su edad que vivían en la villa lo hacían. A medida que fueron muriendo, sus creencias y con ellas sus vestimentas fueron desapareciendo. No creo que queden muchas personas que hoy en día crean en esas cosas”.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Aún así, viéndola sentada junto a las tumbas antiguas no podía dejar de establecer un vínculo entre ambas. Las dos eran parte de un pretérito misterioso y desconocido para Evren. Unos mundos tan extintos, como las praderas verdes de los llanos de las que hablaba su madre. Un ayer desvanecido, del cual aquella mujer resurgía como una singularidad. Una presencia fuera de lugar. Algo que la intimidaba.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se limitó a llamar a Köle a través de su dispositivo y volvió a casa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<span style="color: #f6b26b;">**** **** ****</span> </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Has hablado con tu padre últimamente?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No. ¿Tu?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Tampoco, ¿por qué debería hacerlo?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Yady tan siquiera levantó la vista del plato. Siguió comiendo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No sé, ¿por qué debería hacerlo yo entonces?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Porque eres su hija. Pensé que quizás te habría llamado. Debería mostrar más interés por ti.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pues ya ves que no.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El silencio se extendió entre las dos mujeres. La mesa que las separaba, más que un espacio común parecía una zanja. Tan profunda como el gran barranco que había engullido las aguas de los páramos llevándolas hasta niveles freáticos inalcanzables.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–De todas maneras, no importa mucho –añadió Evren.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No deberías decir eso.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pero es cierto, mama. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Una nueva pausa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Sabes?, de vez en cuando me pregunto para qué sirve un padre.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Evren… algún día deberías llamarlo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Para qué? </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Para hablar. Sólo para eso.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No necesito hablar, mama.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Todos necesitamos hablar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No. No todos.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren se levantó de la mesa y dejó el plato en el fregadero.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Gracias por la cena, mama. Estaba muy rica. Me voy a dormir –depositó un ingrávido beso sobre la frente de la anciana que seguía sentada–. No limpies los platos. Lo hará Köle.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren entró en el dormitorio y se encontró con Aske durmiendo al pie de la cama. Decidió no echarla. Miró el monitor de su ordenador en negro. Bajó con la yema de los dedos por el cordón neuronal amagado entre su cabello. Lo tuvo un rato entre sus dedos. Entre la oscuridad de la habitación y el negro mudo de la pantalla. Al final se sumergió en las sábanas, en posición fetal para no darle con los pies a Aske y se durmió casi en el acto.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Yady fregó los platos. Los secó uno a uno con un trapo y los devolvió a la estantería. Siguió luego frotando la olla que dejó bocabajo sobre el fregadero. Pausadamente caminó hacia el dormitorio. Las luces se fueron extinguiendo a su paso, introduciendo la noche en la casa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
En el patio Köle observaba el firmamento. El cielo, un desierto de día, tan despoblado, revelaba en la noche el universo y su vastedad. La oscuridad era el vestido del mundo. La bóveda celeste había sido empapelada con postales de otros tiempos. El androide identificó un nuevo punto de luz, un destello que tuvo lugar hace miles, quizás millones de años y que llegaba hasta él haciendo presente el pasado. Nada de esto debería existir, reflexionó en silencio, no era una deducción suya, lo argumentaban los científicos, lo había leído en alguna parte, la Física no había encontrado la asimetría que debía existir entre materia y antimateria para evitar que ambas se destruyesen. Son imagen y reflejo, opuestos idénticos. ¿Qué asimetría salvó en el principio de los tiempos al Universo a no ser engullido por sí mismo? ¿Cómo pudo la materia imponerse sobre a antimateria? ¿Como pudo dar forma a todo lo que lo rodeaba, incluso a sí mismo? Köle se hacía muchas preguntas, aunque desconocía la razón de las mismas. Desconocía la fuente de su curiosidad. Era un impulso. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivEZPMEnR-qhrtZGEI-VQdB4006tjtnrzVOc-RjLyZxqkzTzcErf3KdbokoUSwhKiQ0gtDvzCRHODu9ghvS9Glgc2_DPBaBULxrJhARfzPaQf-vkmD7Vstt3DXPA_h1xZAXzKdtVqENJI4/s1600/rabdomante.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="746" data-original-width="1332" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivEZPMEnR-qhrtZGEI-VQdB4006tjtnrzVOc-RjLyZxqkzTzcErf3KdbokoUSwhKiQ0gtDvzCRHODu9ghvS9Glgc2_DPBaBULxrJhARfzPaQf-vkmD7Vstt3DXPA_h1xZAXzKdtVqENJI4/s640/rabdomante.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/_fF8mrmnM1c" width="560"></iframe>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-87680261178997850672017-11-01T13:26:00.001+01:002017-11-01T13:26:13.549+01:00Rabdomantes (seis)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A Aske le encantaba ser cepillada. Tumbada en el patio, junto al pequeño huerto con los dos árboles, en una mancha luminosa producida por el sol del atardecer, exponía su lomo arqueado, levantando el trasero, para que Evren centrase en esa zona el paso de las púas. Cuando había quedado satisfecha con el raspado en esa zona se giraba sobre su espalda, rindiéndose con las cuatro patas en alto, ofreciendo su fornido pecho al cepillo. El millar de micro-robots yacían en la parcela de luz, atrapando energía solar en una de sus alas que llevaban instaladas a modo de paneles solares. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren se aplicaba en la limpieza de Aske. Deshacía los nudos de su pelaje y retiraba los restos de espigas. Examinaba minuciosamente entre los dedos que no tuviese ninguna herida, que se le hubiese clavado alguna estructura vegetal que pudiese causar una nueva infección. La perra se dejaba hacer pacientemente. No había palabras entre ellas. Evren no las necesitaba. El contacto, la presencia de una y otra lo abarcaba todo. Era el mejor y el único de los posibles lenguajes entre ellas. El rascado en la parte posterior de las orejas era la señal de que la sesión se daba por finalizada. Entonces Aske se levantó, se sacudió, emitió un estornudo de lo más humano y salió corriendo en busca de Yady, la madre de Evren, de quien esperaba que le hiciese entrega de una buena porción de comida. Evren se dirigió a su habitación a finalizar su informe del día para la Oficina.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Espera Aske, ahora no puedo –Yady andaba ocupada removiendo las cebollas y las guindillas que se freían en la olla–. ¡Köle! –aguardó un momento– ¡Köle! ¿Puedes venir un momento?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Al poco apareció Köle. Era un androide asistente, un modelo sencillo, lejos de la sofisticación y apariencia humana que se le había concedido a los primeros autómatas. La creación de robots con aspecto de hombre o mujer, había sido debatida por teólogos y sociólogos durante años con opiniones contradictorias, unos a favor, otros en contra. Los diseñadores, al margen de los conflictos éticos y morales, optaron por la similitud, por el afán de copiar, bien por falta de poder imaginar nuevas formas o por el antropocentrismo reinante que consideraba a los humanos la forma triunfante de la naturaleza. La que la selección natural había llevado hasta su perfección. Sin embargo pronto descubrieron que el aspecto físico limitaba las posibilidades de los propios autómatas. Que un robot humaniforme sólo podía hacer las mismas cosas que un humano. Mejor, más deprisa, con menos fallos, pero lo mismo en el fondo. Aún así, como sucede siempre, no fueron ni los teólogos, ni los sociólogos, ni los psicólogos, ni los diseñadores, quienes marcaron las pautas, sino esa entidad imprecisa que desde hace años se denominaba, “el mercado”. La demanda. El dinero. Las ventas. Los beneficios acabaron moldeando el aspecto de los robots que convivían con las personas. Los más antropomorfos habían generado cierta repudia entre la población, una reacción negativa que había forzado a los fabricantes a prescindir en la mayoría de los casos de los rasgos humanoides. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A Köle lo componía un esqueleto y músculos artificiales azulados, sin artificios ni pieles sintéticas que escondiesen su naturaleza mecánica. Su anatomía se había inspirado en la de los grandes primates, con capacidad para desplazarse tanto sobre sus cuatro extremidades, gozando así de una mayor estabilidad, como para erguirse sobre dos patas cuando las tareas lo requerían, liberando así sus manos para desarrollar todo tipo de tareas domésticas. Su cabeza era cónica, un enorme ojo-cámara central azulado, que monopolizaba todo su rostro. Carecía de expresión alguna y de lenguaje corporal. Su voz, era de un timbre metálico cálido. Inalterable, siempre apacible.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En cuanto Aske lo vio entrar por la puerta se lanzó a dar vueltas a su alrededor, a cuatro patas era casi tan alto como ella. Köle miró, analizó la escena y, sin esperar orden alguna, se dirigió a la alacena donde guardaban el pienso de Aske, llenando con ello su plato. La perra olisqueó el cuenco. Miró al androide y meneó, casi imperceptiblemente, la cola. Finalmente se abalanzó sobre la comida. Köle, viendo que el cuenco del agua andaba casi vacío lo rellenó bajo el grifo y lo dispuso junto al de la comida. Aske levantó el morro de la comida y miro brevemente a Köle. Los ojos claros de la perra se cruzaron con el azul fulgente de la lente del androide. Fue un momento, un acto fugaz de comunicación entre ambos. Luego, pasó la lengua sobre sus bigotes y volvió al pienso. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Puedo ayudar en algo? –preguntó dirigiéndose hacia Yady, quien seguía pendiente del sofrito.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Primero, la anciana despachó al robot con un gesto pausado de mano, un par de golpecitos al aire como quien espanta a una mosca, pero cuando éste se disponía a retirarse, lo detuvo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¡Espera! Podrías acercarte un momento a la playa y, si encuentras, traer algunas algas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Cuántas necesita?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Cuántas? No sé cuántas. Las que puedas. Trae un buen puñado. Al freírse quedan en nada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Entendido.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Köle salió al patio. En el rincón donde la madre de Evren guardaba los utensilios para cuidar el huerto encontró un cubo de plástico rojo. Se lo enganchó en la espalda y caminando a cuatro patas salió a la calle. Aske lo vio pasar, dejó de prestar atención a la comida y miró con sus ojos bien abiertos a Yady. La mujer seguía de espaldas, removiendo las cebollas para evitar que estas se quemasen, las cocía poco a poco para que caramelizasen. Aske lanzó un ladrido. Cuando consiguió que la mirase, movió el rabo enérgicamente y dio un giro sobre sí misma. “Ves si quieres”. Antes de acabar la frase Aske corría tras Köle.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<span style="color: #f6b26b;">**********</span></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<span style="color: #f6b26b;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Evren escribió la conclusión del informe: “No hay agua en el cuadrante 37.206101:32.573999”. La sentencia iba precedida de otra donde se especificaba en función de los datos recopilados por las pulgas, la probabilidad de encontrar agua. La conclusión debía ser binaria: “Si hay” o “No hay”, siendo la misma la mayor responsabilidad del agente rabdomante enviado a la sección, al cual sin embargo se le exigía adjuntar todos los datos en bruto para ser incluidos en la base de datos. Releyó la decisión tomada y presionó la tecla de “expedir”. Tanto el informe como los parámetros recogidos en el campo fueron remitidos a la Oficina. Se echó atrás, acomodándose sobre el respaldo de la silla. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
“Recibido” decía el monitor.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Le llegó el aroma dulzón de la cebolla caramelizada desde la cocina y cayó en la cuenta que apenas había comido en todo el día. La tripa se hizo saber. Más allá de su conciencia, el sistema digestivo se había activado, transmitiendo señales, puras sensaciones. Recorrió el pasillo guiada por el olor. Se detuvo junto al marco de la puerta.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Su anciana madre seguía de espaldas concentrada en el sofrito. Al verla, le vino a la cabeza la imagen de un cardo seco. Un cuerpo áspero y agreste, al mismo tiempo que delicadamente quebradizo. Espinoso y delicado, capaz de ser doblegado por un golpe de viento. Permaneció allí un rato, mirándola cocinar. De pequeña había pasado horas sentada en un taburete apreciando la espalda de su madre, mientras aguardaba la cena entretenida con su consola. La estampa difería poco de la de su memoria. La luz, los olores, esas cosas no habían cambiado, pero las sensaciones no eran las mismas. El tiempo confería a un escenario idéntico una perspectiva diferente.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Miró el cuenco de Aske. Quedaba comida. Dirigió una mirada a lo largo del pasillo que llevaba al patio. No vio nada, ningún movimiento. Se aclaró la garganta y entró en la cocina.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Y Aske?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ah, ¿ya estás aquí? –preguntó Yady volviéndose momentáneamente–. Ha bajado a la playa con Köle hace un rato. Lo he mandado a buscar unas algas para la cena. Será muy inteligente, pero eficiente, recolectando algas, no mucho…</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Le falta práctica mama, eso es todo. Lleva su tiempo aprender donde crecen. En cuanto tenga más datos y experiencia ya verás como gana en eficacia.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Si tu lo dices. ¿Me acercas un bote de tomate?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Dónde los guardas, aquí?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La madre miró el armario que Evren estaba apunto de abrir.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No, en el otro.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La estantería superior estaba atestada de tarros de cristal, muchos de ellos con tomate, triturado y preservado en aceite aromatizado con diferentes hierbas. Otros contenían pimientos rojos laminados, otros berenjenas, otros corazones de alcachofas y otros tipos de cardos, todos ellos debidamente etiquetados con su contenido y fecha de elaboración. Las mismas etiquetas y la misma letra meticulosa que su madre empleaba en esos casos desde que tenía memoria. La grafía algo trémula, pero la misma. Los mismos detalles al cerrar las letras, en sus uniones y en los números arábigos que los databan. Cogió uno y lo dejó sobre la cocina. Al alcance de su madre.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Me lo abres?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Lo abrió y lo dejó en el mismo sitio. La anciana vertió su contenido en la olla. Su contenido se revolvió ante la intromisión de aquel nuevo elemento. Fue un quejido instantáneo. Algo breve. Un burbujeo que liberó un nuevo aroma, uno ligeramente ácido combinado con la intensidad del laurel. La esencia de un hogar. La madre siguió dando vueltas al contenido con el cucharón.</div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Puedes salir fuera y decirle a Köle que traiga lo que tenga?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibTsotZIFbZSAHipcRKo74xe1is1wg4Q1EVWmSKGbzQM1UDFdisDME9pQjL-p2NLjw3E9LCTppm-Z0OEiasG4cCExlqhOLMQN6qsmIo7UGxqjzhrWKaEFCuq0rMPhRyagEDBiHZp_myq1G/s1600/Aske.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="703" data-original-width="1361" height="330" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibTsotZIFbZSAHipcRKo74xe1is1wg4Q1EVWmSKGbzQM1UDFdisDME9pQjL-p2NLjw3E9LCTppm-Z0OEiasG4cCExlqhOLMQN6qsmIo7UGxqjzhrWKaEFCuq0rMPhRyagEDBiHZp_myq1G/s640/Aske.png" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/g6PQO8MKb3Y" width="560"></iframe>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-91813622296359061452017-10-31T18:50:00.001+01:002017-10-31T18:52:13.292+01:00Memorias que no historia<div class="MsoNormal" style="text-indent: -63.8pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">"<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una de las primeras obligaciones que
cualquier ciudadano tenía que cumplir, era la de tapar cuidadosamente todas las
ventanas de las fachadas. De esta manera, ningún destello de luz podía orientar
a los aviones enemigos. Las ciudades quedaban completamente a oscuras, con los
vigilantes nocturnos de la defensa antiaérea encargándose de que se cumplieran
las normas. Cada casa tenía que preparar un refugio antiaéreo en el sótano, con
catres para descansar, cajas y sacos de arena, extintores y algo de comer. Los ingleses
bombardeaban las ciudades alemanas de día, mientras los americanos lo hacían de
noche. Nos movíamos como autómatas, nos acostábamos con la mayor cantidad de
ropa posible: camisas, pantalones, botas forradas, chaquetas, pañuelos y
gorras. En el bolso guardábamos todos nuestros documentos y las pocas joyas que
teníamos. La rutina se repetía día tras día. La alarma sonaba hasta dos veces
por noche. Vivíamos como topos</i>". Alicia era una adolescente, todavía
no tenía catorce años, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, al acabar, era
madre de una niña y aguardaba a su marido que había caído prisionero en el
frente. De aquel período de su vida dice que apenas habla, como si aquel pasado
hubiese quedado sepultado en la profundidad del refugio, atrapado en las
ventanas tapiadas que evitaban que escapase la luz. Es común entre aquellos que
han experimentado los miedos y terrores de la guerra que los recuerdos de esos
tiempos se muevan como topos por la memoria, asomándose pocas veces al
exterior, y cuando lo hacen, suele ser a través del mismo resquicio, repitiendo
una y otra vez el mismo recuerdo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En el colegio se nos explica, en una
serie de lecciones escolares, las distintas guerras: sus causas políticas, las
económicas, los agentes implicados y las batallas y hechos que decidieron la
contienda, pero el pasado es mucho más vasto que la visión histórica de los
libros de texto. Es un conjunto inmenso de hechos que pueden ser conservados sólo
si desde el presente estamos dispuestos a adoptarlos, a insertarlos en nuestra
propia memoria. Para que el pasado perdure, hay que hacerse cargo desde el
presente de que esos vestigios no van a desaparecer, de que esa lección sí que
la vamos a aprender; no sólo las explicaciones <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ad hoc</i> de las causas de la guerra, sino los sentimientos, penurias
y traumas que estas despiertan en el grueso de la población: los civiles. Pero
pocas veces se escuchan las voces del pasado porque impera el olvido. Nadie
quiere heredar el dolor, ni las incertidumbres, ni mucho menos las manos
manchadas de sangre. Así la vida presente resulta más sencilla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 36.0pt; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">También para los que vivieron el pasado, pues los caminos de la
memoria nunca son fáciles. No son pocos los psicólogos, psiquiatras y
sociólogos modernos que usan la metáfora de “fantasmas” para referirse a los
recuerdos traumáticos que quedan atrapados, tanto a nivel individual como a
nivel social, por un pasado violento sin resolver. De lo que no se habla
perdura como un espectro que no sólo afecta la psicosis individual sino que
puede convertirse en un fenómeno social generalizado, creando confusión,
tensión e incertidumbre en las comunidades. Escuchar, recordar es el primer
paso, pero no suficiente. Los relatos individuales del pasado, al igual que las
fotografías de guerra, son muestras crudas de los hechos que por si mismo no
representan argumentos, hay que escuchar atentamente y pensar largamente sobre
ello, en un acto ético, que permita exorcitar los fantasmas del pasado evitando
que vuelvan a manifestarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Antonia, como Alicia, era una niña
de doce años cuando empezó la Guerra Civil española, sus voz pierde firmeza
cuando habla de ello, como si el miedo intenso que experimentó entonces
siguiese vigente. "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una de las
hermanas de madre era monja, </i>me explica<i style="mso-bidi-font-style: normal;">,
mi padre fue a buscarla al monasterio de Granollers y la trajo a casa. Cada vez
que oíamos alboroto alrededor de casa sufríamos, enseguida pensábamos: a ver si
la han cogido… En el pueblo mataron a dos curas, los del POUM</i> (Partido
Obrero de Unificación Marxista). <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al padre
Eduardo y al otro…, ahora no me acuerdo como se llamaba, los tuvimos para
doctrina, para poder hacer la comunión, era una persona de allí mismo, conocido
por todos</i>…" En este punto de la narración guarda silencio. Uno largo,
la memoria va cerrando puertas para evitar que el dolor se exprese. El relato
finaliza súbitamente: "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se hizo mucho
daño. Se mató a mucha gente y a otros se les hizo sufrir sin necesidad alguna…
¡bah! una merda</i>". Como en el caso de Alicia, la luz del rostro de
Antonia mengua al hablar de esa época. Las palabras caen de los labios como
hojas secas, recuerdos marchitos que se alejan de la boca con un rumbo
resentido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Conversando con gente que ha sufrido
estas experiencias, a veces se tiene la impresión que las palabras más que
tender puentes, construyen profundidad. Este fue mi impresión cuando conocí a Elisa.
La primera impresión es la de una mujer de mediana edad alegre y optimista, de
sonrisa fácil, que gusta disfrutar de los pequeños placeres de la vida y reírse
de las cosas, pero todo eso cambia cuando su memoria viaja a 1992. Entonces
tenía dieciséis años y su pueblo, Rizvanovici, en Bosnia, fue bombardeado por
la artillería de los chetniks (tropas paramilitares serbias). "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuando las granadas dejaron de caer salí del
refugio en el cual mi hermana había dado a luz. La mezquita estaba en ruinas, y
a pocos pasos de nuestra casa vi unos niños, de tres y ocho años muertos. El
pánico y la muerte estaba por todas partes. Los soldados llegaron y ocuparon el
pueblo. Hablaban un serbio lleno de coloquialismos, casi incomprensible, y en
sus uniformes llevaban como insignias unas águilas blancas</i> (Las Águilas
Blancas eran una de las tropas paramilitares ultranacionalistas que se
autodenominaban </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "¡" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">‘</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">chetniks</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "¡" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">’</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">, caracterizadas por el odio a la población bosnia, a los que
denominaban </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "¡" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">‘</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">turcos</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "¡" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD;">’</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">. Su principal reclamo era llevar a cabo una limpieza étnica en Bosnia
para reconstruir una Gran Serbia pura). <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nos
prohibieron salir de casa. Los no serbios no podíamos andar por la calle.
Tampoco comprar nada en las tiendas, teníamos que sobrevivir de las reservas
que teníamos en casa. Los que se aventuraron a salir no volvieron nunca. Un día
los soldados capturaron a todos los hombres del pueblo. Se los llevaron. A mi
abuelo de setenta y ocho años le acusaron de matar a un serbio. Lo ejecutaron
con un tiro en la cabeza enfrente de mis primos</i>". <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A día de hoy sigue sin poder
visualizar escenas de violencia por inverosímiles y ficticias que éstas sean
explica. Es algo que no puedo controlar, especifica. La conversación liguera y
distendida hasta el momento quedó reducida a un nervudo pintarrajo de
carboncillo que se extendió entre nosotros hasta agotar el espacio. La
eternidad ha seguido su camino, pero de alguna manera, ella seguía allí, en un
pueblo violado. Hay cosas que no pueden olvidarse. La humanidad tampoco debería
olvidar. Su amiga Mirsada, a la que conoció un año más tarde en un campo de
refugiados en Suecia, confirma el pánico heredado: "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es como si el pasado, el presente y el futuro sangrasen juntos.
Rescatar esos recuerdos es vivir por momentos en un estado de inexistencia, es
como estar en ningún sitio y en todos los sitios al mismo tiempo. Las imágenes
de esos días son las grandes penas y dolores que nos acompañarán siempre. Soy
consciente de ello</i>".</span></div>
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<!--EndFragment--><br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Para muchas de estas mujeres, que
entonces fueron niñas, el pasado muchas veces se les presenta escurridizo. Como
si no tuvieran pasado, ni control por tanto sobre sus vidas. Los recuerdos son
imágenes rápidas y huidizas. Los relatos que conforman su memoria no radican en
la Historia, se pierden en otros mares de mareas y oleajes inciertos. Tienen su
pasado, pero éste se revuelve silencioso en su interior. Nezira a los nueve
años tuvo que abandonar Tuzla en compañía de sus padres, y tras una larga
travesía por el corazón de Europa encontraron asilo en Suecia. "<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los serbios quemaron nuestra casa</i>",
me explica<i style="mso-bidi-font-style: normal;">. "Entonces no entendí
porque lo hicieron ni lo que estaba sucediendo, sólo recuerdo la sensación de
pérdida. De irme, dejando atrás todos mis juguetes y libros. No pude salvar
nada. Más tarde supe que tampoco se salvó la abuela. Estaba dentro de la casa
cuando la prendieron. En aquel momento pensé que ella estaría fuera, como
nosotros, en otro lugar… con el tiempo comprendí que nunca salió de casa. A
menudo sueño con ella. Con su idea, porque apenas recuerdo su aspecto, pero si
recuerdo bien las llamas</i>".<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-9026463714342419612017-10-27T12:16:00.003+02:002017-10-27T12:16:54.329+02:00Rabdomantes (cinco)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La casa le abrió la puerta al verla llegar. Dentro el aire era fresco, un espacio umbroso de luces tenues, con numerosas estructuras arquitectónicas que esparcían la luminosidad impidiendo la entrada directa del sol. Evren se desprendió del calzado, dejándolo donde cayó de sus pies. Allí había otros zapatos y sandalias de diferentes tamaños pisándose entre ellos. Aske había desaparecido por una de las dos oberturas que ofrecía el recibidor, la que llevaba al patio interior. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Hola? –preguntó siguiendo a Aske.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llegó través de un pasillo blanco hasta otra puerta que al abrirse dio paso a una intensa luminosidad. En medio de aquel baño de luz vio la silueta negra de la perra moviéndose frenéticamente entre el algarrobo y el limonero, alrededor de una mujer mayor. Aske se detenía un instante ante la mujer hasta que esta daba una palmada, entonces la perra ladraba con su grave y fornida voz para volver a lanzarse a otra de sus exaltadas carreras. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¡Mama! ¿Qué haces aquí fuera con este calor? –preguntó sin dejar el umbral.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pimientos –se limitó a decir la mujer levantando una mano llena de guindillas verde amarillentas con un ligero brillo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Con unos pasos cansados, Yady, se alejó del diminuto huerto hacia su hija. Aske la siguió trotando.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Iba a preparar la cena –dijo antes de darle dos besos de bienvenida.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No entiendo porqué sigues haciendo esto.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿El qué?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Cocinar. No lo entiendo. Deberías dejar que Köle se encargase de estas cosas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Köle ya se encarga de muchas cosas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Las dos mujeres entraron de nuevo en casa. Se dirigieron hacia el espacio que acogía la cocina.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Köle puede ayudarte. Puedes dejar que cocine, sólo dile lo que quieres.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Y a mi?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿A ti qué, mama?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿A mi, qué me queda a mi?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mujer había dejado las guindillas sobre la mesa, mientras abría un cajón tras otro buscando algo. Sacó una pequeña olla y siguió indagando en otros compartimentos del mobiliario de la cocina. Abriendo y cerrando portezuelas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Mama, qué buscas?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–La tapa, hija, la tapa de la olla. A saber dónde la guardó Köle la última vez.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pregúntaselo. Por cierto, ¿dónde está? No lo he visto.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Le he pedido que fuese a buscar unas verduras al Almudí. ¿Dónde la habrá dejado? –la mujer seguía explorando las alacenas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Quieres parar. Llámalo. Llámalo y pregúntale dónde está la tapa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mujer se detuvo, manteniendo una mano sujeta a una puerta abierta y dirigió su mirada a Evren.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Quieres parar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Parar, el qué?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pues eso, de hacer lo que haces.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Pero, ¿qué hago?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Decirme todo el rato lo que tengo que hacer –volvió a rebuscar entre los objetos de la alacena.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Es que no entiendo porqué te complicas la vida. Podrías llamar a Köle y …</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Köle, Köle, Köle. ¿No sabes decir otra cosa? Deja de mencionarlo todo el rato.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Como quieras…, pero no te entiendo. Köle está para eso, para ayudar.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La madre volvió a suspender su búsqueda. Sus ojos empequeñecidos, hundidos en un mar de arrugas, contemplaron a Evren plantada en medio de la habitación.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Hija, ¿por qué vas cada día a los páramos?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿A qué viene esta pregunta ahora?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Dime, ¿por qué?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya sabes porqué. Hay que buscar agua. Alguien tiene que hacerlo.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ya.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–¿Ya? ¿Qué insinuas con “ya”?</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Nada. No insinúo nada.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La mirada menguada de la madre retornó a los objetos almacenados en las estanterías. Evren negó con la cabeza.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–Ven Aske, vamos a ducharnos.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En el vapor de la ducha Evren creyó atisbar la silueta difusa de una ballena elevándose para inmediatamente colapsar. Entre el ruido constante del chorro de agua que masajeaba su espalda empezaron a colarse unos sonidos secos. Empezaron unos pocos, como oquedades que se filtraban en el oído, pero su frecuencia fue en aumento, hasta confundirse con el del agua. Cerró los ojos, pero el golpeteo no cesó. De nada sirvió que presionase sus oídos. No era externo. Los golpes venían de dentro. Y una vez más estaba allí el cuerpo inmenso del cetáceo suspendido entre vaho. El sol se colaba por la claraboya del techo y su luz se difuminaba entre la humedad en suspensión, el contorno del animal iba perdiendo nitidez e intensidad. El ruido cesó en cuanto apagó el grifo. Se sobresaltó cuando una gota condensada cayó a sus espaldas. Un sonido sordo como el que la había atosigado. Una segunda gota se desprendió de la alcachofa de la ducha. Cogió el mango de la misma y lo bajó, depositándolo en el suelo para evitar que otras gotas se precipitasen.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
El lavabo seguía sumergido en una espesa nube de vapor, abrió la puerta para que se ventilase la habitación. Pasó el dorso del puño sobre el espejo y despejó un óvalo en el vapor condensado. El agua, el calor, habían alterado el color de sus mejillas. “Los gigantes no existen”, le dijo a su reflejo a medida que éste se enturbiaba de nuevo. “No existen”, insistió volviendo a esclarecer el espejo empañado. Volvió con nitidez su rostro con el pelo pegado a la cabeza. Lo contempló. En el labio inferior destacaba una mancha rojiza tirando a púrpura. Dobló con sus dedos delicadamente el labio para explorar su cara interna y descubrió una pequeña herida sangrante. Todo el interior estaba lleno de diminutas cicatrices. El reverso mostraba un mosaico de enrojecimientos sanguinolentos y porciones de piel despigmentadas por el reiterativo mordisqueo de la zona. El vaho volvió a borrar su imagen del espejo. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
–No existen.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Caminó desnuda hasta al dormitorio y se sentó en el borde de la cama. Aske, tumbada en el suelo, ni se inmutó. El hambre y la obligación de acabar el informe se debatían en su interior. Optó por dejarse caer de espaldas sobre la sábana inmaculada. Estaba perfumada. Permanecería así sólo el tiempo necesario hasta que estuviese seca, pensó cerrando los ojos. No vio nada. Los gigantes habían desaparecido. Abandonó la comodidad de la cama para tumbarse junto a Aske con la mano sobre su barriga, percibiendo el aletargado sube y baja de su respiración. No deseaba otra cosa que cerrar los ojos y no ver nada. Hallarse en un refugio vacío todavía no colonizado por sus sueños o los de otros. Con una conciencia yerma. Con una memoria que no hubiese sido nunca sembrada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCZ1Ev-oIU71NRIkJ_HnmpBJNCIekhgkXkcLt2-5lFTrIIzHZ5GCEBjmhu8g3YdEutIt-Q4Od88XBDHpmkDTJdjvCdBWHyNTmVd-5QsKI23OymX4gKkJcrVJOO5-SOborcgf_rt9-YXNmY/s1600/casasblancas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="388" data-original-width="1573" height="156" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCZ1Ev-oIU71NRIkJ_HnmpBJNCIekhgkXkcLt2-5lFTrIIzHZ5GCEBjmhu8g3YdEutIt-Q4Od88XBDHpmkDTJdjvCdBWHyNTmVd-5QsKI23OymX4gKkJcrVJOO5-SOborcgf_rt9-YXNmY/s640/casasblancas.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/OQIYEPe6DWY" width="560"></iframe>
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
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<br /></div>
Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-75186056062544856712017-10-24T12:15:00.003+02:002017-10-24T12:15:37.711+02:00El sueño de un zapatero<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Aquella mañana tu abuelo despertó quejándose de la mala noche pasada. Tu madre, sentada en la cocina, relata la visión de las aves negras que tuvo tu abuelo aquella noche acunado por el peso de los párpados. Tres cuervos, recuerda bien el número que mencionó a tu abuela, le habían atosigado. Caminaba cuesta abajo por la calle adoquinada de su casa en Croacia, dirección al mar, con el trio de córvidos a sus espaldas. Sombras indefinidas que revoloteaban arriba y abajo, sin alejarse, cerca de sus hombros, al ritmo de sus lentos y cautelosos pasos por la pendiente. El mar estaba allí, ante sus ojos, aguardándole, azul, intenso, bajo la luz del sol mediterráneo, con la brisa salitre acariciándole las mejillas, pero no lo alcanzaba. La calle se dilataba estirándose bajo sus pies exhaustos. Los pájaros, sus sombras, le gritaban a la altura de la oreja. Primero a un lado, luego al otro. Cuando abrió los párpados estaba agotado y los oídos le pitaban, albergaba un enjambre de insectos en sus cavidades más internas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Ella no prestó mucha atención a sus quejas, no era la primera, ni la segunda, eran muchos años de quejas, muchas las veces en las que los sueños perturbaban su descanso, pero aquella sería la última vez que lo escucharía. Aquella tarde, tras el almuerzo se tumbaría a descansar y no volvería a levantarse. Cuando la abuela lo descubrió, no supo que hacer. Fuera, en la calle, nadie se fiaba de nadie. Los croatas católicos buscaban a los serbios ortodoxos para, en el mejor de los casos, expulsarlos de la ciudad. Los bosnios allí eran una entidad difusa, ni amigos ni enemigos de nadie, una minoría despreciada e ignorada. Ella estaba sola, con el abuelo en la habitación, y allí lo dejó todo el día, hasta que llegó la noche y se deslizo en la cama junto a él. Allí todos vivían alucinados, descarnados, como embadurnados en cal, hablando y pensando sin carácter alguno, actuando como un sólo ente, un sólo hombre, con una voz inmunda. La voz de una muerte viva que caminaba por los Balcanes de la costa a las montañas.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
A la mañana siguiente la abuela descubrió que el cuerpo de él seguía allí. Que no era una ilusión. Que era una realidad. Que de noche los cuervos se habían llevado lo que lo constituía, dejando allí sólo la vasija del cuerpo. Unas manos pesadas llenas de callos de zurcir zapatos viejos junto al paseo de la playa. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1vebNKSLwzg0w3_SR5Q9vLdHKvucvKXLnYRLwKDrCKKqxiI4kbnBg3dIXjT22JbHlvaBMxe_8s0wLj-tMCh-gkdZ9YLnd5iGkij0hyWevwEzj20FPgflFYujMJv8LF_CGeyDKQt7o0xny/s1600/Bosnia.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="757" data-original-width="1545" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1vebNKSLwzg0w3_SR5Q9vLdHKvucvKXLnYRLwKDrCKKqxiI4kbnBg3dIXjT22JbHlvaBMxe_8s0wLj-tMCh-gkdZ9YLnd5iGkij0hyWevwEzj20FPgflFYujMJv8LF_CGeyDKQt7o0xny/s640/Bosnia.png" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/T1HrC1fO45E" width="560"></iframe>
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<br /></div>Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-76201783311648008552017-10-20T19:20:00.001+02:002017-10-21T11:13:10.350+02:00Rabdomantes (cuatro)<br />
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Al aproximarse a la zona urbana lo primero que se divisaba eran los altos brazos mecánicos de las perforadoras. Como alfileres metálicos se hendían en la superficie hasta hacer brotar el agua. Sobre ellas volaban congregaciones caóticas y ruidosas de pájaros, bandadas de diferentes especies que se graznaban y picoteaban las unas a las otras, mientras aguardaban la emergencia del fluido. Evren mandó bajar la ventanilla del vehículo, le gustaba escuchar el bullicio de las aves concentradas a las afueras de la urbe. Junto a las enormes máquinas, a una distancia prudencial de las brocas, corrían jaurías de perros y otros animales salvajes llegados desde los llanos. Se movían en círculos, se asociaban algunos de ellos para protegerse de otros, todos atraídos por la ansiada humedad. Algunas especies habían aprendido a sobrevivir en el páramo siguiendo a las perforadoras. Allí donde se desplazaba uno de los aparatos automatizados, le iba detrás una horda de animales. Viendo aquel tumulto de animales, Evren, pensaba que sus prospecciones eran en parte aprovechadas por las bestias esquivas de la zona.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Poco antes de alcanzar la vía principal que fluía hacia el interior de la ciudad, el vehículo se desvió por una pequeña carretera, que lejos de la linealidad que atravesaba la yerma planicie, bajaba sinuosa hacia la costa. A los pocos minutos el mundo ocre se precipitaba sobre una lámina de azul intenso, y allí donde ambos confluían se levantaba un pequeño conjunto de construcciones blancas. Aske, hasta entonces adormecida, se enderezó. La brisa que entraba a través de la ventanilla le traía el aroma del mar, el del hogar. Apoyó su hocico sobre el hombro de Evren para saborear mejor el viento. Colgaba su rosada lengua a pocos centímetros de la cara de ella, arrojándole su cálido aliento. Evren rascó su coronilla, le despojó de una espiga que encontró enredada entre su pelaje y luego frotó sus dedos delicadamente bajo una de sus orejas caídas. Aske respondió a eso acercando su rostro aún más, buscando restregarse en el de Evren, hasta que esta lo apartó y dio por acabadas las caricias.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Allí no habían perforadoras a la vista, ni grandes construcciones, el poblado consistía en un conglomerado reducido de edificaciones. Casas geométricas blancas, de una o dos plantas, que parecían encajar unas en las otras como piezas de un gran juego sobre la pendiente que acababa tragada por el mar, un lienzo de azul intenso que se fusionaba con el de la bóveda celeste. El mar echaba espuma al colisionar al pie de las casas y centelleaba. Agachándose sobre el asiento y girando la cabeza Evren imaginó que el mar era el cielo y que el cielo brillante era el mar. No entendía como habiendo crecido allí, con unos ojos alimentados por el mar y la sal permanentemente sobre los labios, siempre había sentido el impulso de adentrarse en los llanos, renunciando al azul. El agua había colmado su visión desde que tenía memoria y sin embargo iba cada día allí donde esta parecía una entelequia. Su vida la conformaban dos vastos desiertos: uno azul y otro marrón. No había nada entre ambos. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Al pasar junto a un pequeño acantilado se levantaron de golpe miles de gaviotas con gritos penetrantes. Aske ladró a la pequeña nube gris-plateada que subía, bajaba, se desplazaba y se formaba sobre sus cabezas con estrépito. Con la cabeza totalmente fuera del vehículo respondió la perra a la ruidosa nube demencial e indignada. El nuevo y ruidoso cielo de aleteos y plumones las siguió un rato por la carretera hasta que estuvieron suficientemente lejos de los nidos. El cielo volvió a ser azul y el grito de las aves fue callándose poco a poco. Ya casi habían llegado a casa.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Aske corría por delante de Evren entre los estrechos espacios que existían entre unos edificios y otros. Sobre las callejas se extendía un mar de telas extendidas de banda a banda, protegiendo del sol un suelo cubierto de cañas, sujetas entre ellas por cuerdas. A pesar de los ángulos rectos de las construcciones, las calles se retorcían como entrañas sobre si mismas, las casas estaban ensamblandas entre ellas para optimizar la relación sol y sombra, con espacios y estrecheces. Existían numerosas pendientes, algunas salvadas con escalones. Era un mundo pequeño, un núcleo de poco más de una cincuentena de casas, con sus callejones de luz y sombra, por los que bajaba Aske siempre acelerada. Pendiente abajo, hacia el mar, allí, donde rompían las olas, en primera línea, estaba su hogar. Se dejaba llevar, con su carrera ladeada y un enérgico movimiento de cola. Había días en los que le gustaba ir más allá de su casa, seguir hasta donde una rampa descendía hasta la pequeña cala y chapotear en la orilla. Se dejaba zarandear por alguna ola para finalmente tenderse junto a la puerta, en una porción de sol, a secarse. Aquel día no llegó a la playa, Evren vio desde atrás como Aske reducía su desenfrenada carrera. Dejó de batir la cola y agachó la cabeza. Evren sabía lo que aquello significaba. La perra pasó de puntillas, encogida, acongojada, ante una forma blanca que permanecía inmóvil en la penumbra. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
<br /></div>
<br />
<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Unos ojos negros bordeados de hollín observaron acercarse a Evren. La brisa marina arrojaba algunos mechones de pelo contra su cara. Deshaciéndose de ellos con la mano pasó ante la figura silente sin decir nada. Acelerando el paso. Tomó conciencia de la actividad del corazón bajo su pecho. Golpeaba con más fuerza. Iba en incremento. ¿Por qué está siempre ahí? Nadie sabía mucho de aquella persona que pasaba largas horas sentada frente a su casa. Las mañanas las pasaba en un callejón y las tardes en otro, allí donde el desplazamiento del disco solar proyectaba sombras. Desde ese punto apenas podía ver nada, las fachadas blancas que constituían el callejón y al final del mismo una porción de mar con sus crestas blancas al romperse con lo que debía ser una roca sumergida. A veces se le podía ver, una vez caída la tarde, acercarse hasta la cala y pasear por la arena envuelta en el manto blanco de la cabeza a los pies. Era una prenda sencilla, carente de cosidos, una sola pieza que cerraba delante de la cara por medio de dos broches plateados, entre cuyos pliegues sólo se dejaban ver los dos ojos. Una sombra blanca que tras dejar sus huellas en la playa desaparecía hasta volver al día siguiente a ocupar su lugar en el callejón. Había algo en ella que inquietaba a Evren. Tenía que ser la mirada, sólo podía ser eso, el resto del cuerpo, invisible, se escondía en la mirada. Pero sus ojos tenían una luz, un mirar especial que no había visto en ninguna otra persona. Una luz oscura pero transparente. Parecían condensar toda la luz del mar, el cielo y el desierto juntos. Unos ojos de una belleza y una intensidad que se atrevían a repeler el sol y sus reflejos. Era una mirada que no soñaba con llegar a ser, porque ya era. Era serena. Plácida.</div>
</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_Q_tieQBjxYVAoHdUhoya7EzJ4R43O5-UxUy0LAas4ZTZVqruolj7qW3CDqXZ4t1XL5bfGUZ82Y6Pr1bg_o6NCQKPL3Zij-zToXIlJxZr2HSnuCX279bepZo_Y1sJhoaJp97zvjbKV9FP/s1600/gaviotas.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="1503" height="274" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_Q_tieQBjxYVAoHdUhoya7EzJ4R43O5-UxUy0LAas4ZTZVqruolj7qW3CDqXZ4t1XL5bfGUZ82Y6Pr1bg_o6NCQKPL3Zij-zToXIlJxZr2HSnuCX279bepZo_Y1sJhoaJp97zvjbKV9FP/s640/gaviotas.png" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
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<br />Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-42769244535054394022017-10-16T13:39:00.000+02:002017-10-16T15:47:45.619+02:00Rabdomantes (tres)<br />
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Llamó a Aske para que volviese. La subió a la parte de atrás del coche y volvieron a la carretera. Tenían camino por delante hasta llegar al punto de prospección designado aquel día. Evren observaba como el globo del sol ganaba altura, sabía que no era así, que el astro en realidad no se alzaba sobre el horizonte, sino que era más bien ella, el horizonte, la tierra entera, que girando en la vacuidad del espacio, se inclinaba lentamente como un navío zozobrante. Aún así, los ojos, la experiencia, la invitaba a describir la realidad con ese lenguaje aunque el conocimiento le advirtiese de que su percepción no era correcta. No podía dejar de verbalizar en sus pensamientos que era el sol el que ascendía y que con ello también lo hacía la temperatura. Evren quería evitar estar allí en el punto álgido. Esperaba acabar el trabajo de campo antes de que eso sucediese y volver a casa a completar el informe. La vegetación reseca era una constante, había momentos en los que uno podría pensar que estaba detenido. Que no avanzaba. Evren desconectaba, miraba sin ver por la ventanilla mientras sus pensamientos volvían esporádicamente a la escena experimentada en su última desrealización. No recordaba haber escuchado ninguna voz interna, como si la conciencia que compartía aquella visión careciese de lenguaje o de pensamiento basado en el lenguaje. Tampoco había pensamientos musicales. No había oído nada más allá de los sonidos externos, el temblor del suelo y la caída de los cuerpos. El interior había sido un silencio absoluto, cuando por regla general las mentes conectadas solían estar llenas de ruido. Ella misma se sabía llena de ruido. Incapaz de silenciarla, su cabeza era un avispero. Debía ser un sueño, pensó, me habré colado en el sueño de alguien. </div>
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Vio de repente una hembra de gamo, con grandes e inocentes ojos, que estaba parada junto a una vieja señal de tráfico oxidada donde se se mostraba un gamo macho saltando. El animal permaneció inmóvil observando el vehículo deslizarse por la carretera. Al instante Evren mandó al coche que frenase. Pocos metros separaban el vehículo de la hembra que seguía inmóvil, con la cabeza vuelta hacia aquel objeto que acababa de atravesar su campo de visión y ahora se había detenido. Evren miró a través del retrovisor si el animal seguía allí. Cuidadosamente se giró, poniéndose de rodillas sobre el asiento. Quería contemplar con calma a esa criatura. Casi nunca se dejaban ver tan dentro de los llanos. La hembra estaba delgada, su pelaje pardo-rojizo tirando a ocre con numerosas motas blancas en el torso, parecía un traje holgado mal dispuesto sobre su esqueleto, con pliegues del manto de pelo colgando por todas partes.</div>
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Aske, se había incorporado y miraba en la misma dirección que su compañera de trabajo. En medio de la nada se observaban los tres sujetos, todos ellos sorprendidos por la presencia del otro. Se interrogan entre ellos trasasándose con las miradas. En las enormes pupilas del gamo Evren descubría la naturaleza arisca de esas tierras. Eran unos ojos cándidos, cordiales, enmarcados por unas largas pestañas. Su color era el del suelo. Los expertos seguían sin explicarse como habían conseguido sobrevivir a las severas condiciones de la zona. En otros tiempos abundantes, sus manadas habían desaparecido, sólo se veían individuos sueltos de vez en cuando deambulando por el polvorosos paisaje. Se tenían observaciones de animales mordisqueando el tallo de las graminias de las cuales parecían extraer algún nutriente, pero nadie sabía de donde obtenían el agua suficiente para vivir.</div>
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Pasados unos segundos el animal huyó, acelerando el paso entre la vegetación moribunda hasta hacerse pequeño. Con la distancia sus colores fueron fundiéndose con los de la tierra hasta volverse invisible. La naturaleza siempre evadía al humano. Rehuía y evitaba su contacto. ¿Qué explicarán mis ojos? se preguntó Evren cuando dejó de ver al gamo. Volvió a sentarse correctamente y ordenó seguir. Aske permaneció sentada de espaldas viendo como la antigua señal del gamo saltando se precipitaba hacia el punto de fuga. La tierra seguía hundiéndose en su giro y el sol, a cada minuto que pasaba, quedaba más por encima de sus cabezas.<br />
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<div style="font-family: Helvetica; font-stretch: normal; line-height: normal; min-height: 14px;">
“Las pulgas” llevaban un rato explorando el terreno. De vez en cuando Evren veía un pequeño destello metálico elevarse sobre las matas secas para volver a caer un poco más allá. Tomaban parámetros del suelo y cuando no encontraban lo que buscaban saltaban de aquí para allá, dibujando sobre el monitor de Evren que seguía sus movimientos una línea recta que sube, un giro repentino a la derecha corto, vuelta a la izquierda, un poco más a la izquierda, un ángulo recto que se aleja en dirección opuesta, moviéndose arriba y abajo sobre el dibujo bidimensional que Evren tenía de sus desplazamientos. Danzaban las pulgas unas alrededor de la otra, en comunicación constante entre ellas, tejiendo entre todas una interminable figura sobre las arenas que parecían carecer de sentido alguno. Se alejaban por momentos para luego frenarse y volver sobre sus pasos. Sus trayectorias se entrecruzaban continuamente, sin embargo lo que empezaba pareciendo un movimiento al azar acababa descubriendo como una distribución estable que cubría eficazmente el terreno asignado. Habían sido programados para simular la estrategia pseudoaleatoria que practicaban los animales cuando buscaban alimento, esa mezcla de movimiento browniano con patrones propios de los vuelos de Lévy. Esas caminatas aleatorias aparecían por todas partes, desde la difusión a un nivel microscópico cuando se observaba cómo una proteína encontraba un sitio funcional dentro de la célula, hasta el uso del espacio por los animales, e incluso en la patente incertidumbre de la evolución de los precios en los mercados bursátiles o las opiniones de la gente en una conversación. Evren viendo aquel ajetreo errático no podía dejar de pensar en sus propia actividad. No le costaba imaginarse como un depredador hambriento y agotado, como la hembra de gamo que poco antes se había cruzado con ella, deambulando por la vida, conectando con la mente de otros de manera azarosa esperando encontrar algo. No sabía muy bien el qué. Quizás en realidad tan siquiera quisiera descubrir ese algo que desconocía. Pero veía en la danza dibujada de sus pulgas un reflejo de su vida. Una caminata sin rumbo que daba vueltas sobre si misma.</div>
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Era el mismo movimiento que Aske efectuaba cuando buscaba un rastro. Iba de un lado para otro, pero a diferencia de ella, la perra, una vez localizaba un indicio de algo, tiraba del mismo. Seguía su olfato persiguiendo una esencia hasta donde esta la llevase. Evren nunca había actuado así. Nunca había dado el paso de profundizar en nada. No se había aventurado por nuevos senderos. Vibraba siempre alrededor del mismo, lo dejaba brevemente para volver al mismo, desbordarlo por otro lado y acabar de nuevo en su senda. Ese era su territorio. No osaba alejarse del mismo. </div>
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Miró a Aske tumbada bajo el vehículo. El paisaje carecía de sombras, Evren buscó la suya, pero la verticalidad del sol había casi borrado temporalmente su silueta del suelo. Soledad absoluta. No podía disfrutar ni de la compañía de su propia sombra. ¿Dónde se habría refugiado el gamo para evitar el embate del sol a esas horas? Se sentó junto al coche, a la poca umbría que este ofrecía mientras las pulgas seguían haciendo su trabajo. Saboreó con la yema de los dedos el polvo del suelo. Era de textura fina, una tierra limosa constituida de partículas compuestas de fragmentos diminutos de roca y minerales de arcilla. Era el mismo suelo en casi todas partes de ese vasto páramo. Le hubiese sorprendido percibir algo diferente entre sus dedos. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieVgjqq2vx-8_UxyUWdjULm2N3EjBNrvCwleU4BeJOY67x7-ePspYtFHodMSbC_JRLx9EyrKt_WC3EpemwdveMtT6e-JyPwKhMZMdHwW586pROQFVqdpUXEMtYD7YuwzEiUMMYJ_FbVB8f/s1600/gamo.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="721" data-original-width="1367" height="337" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieVgjqq2vx-8_UxyUWdjULm2N3EjBNrvCwleU4BeJOY67x7-ePspYtFHodMSbC_JRLx9EyrKt_WC3EpemwdveMtT6e-JyPwKhMZMdHwW586pROQFVqdpUXEMtYD7YuwzEiUMMYJ_FbVB8f/s640/gamo.png" width="640" /></a></div>
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-78126635039857078932017-10-12T12:06:00.003+02:002017-10-12T18:36:40.346+02:00Rabdomantes (dos)<br />
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
La tierra despedía vapor. Los campos habían quedado borrados. Velados tras nubes de vaho ancladas a la superficie. Serpenteaban, tiradas por gigantes perezosos e invisibles. Se intuía su presencia. Estaban allí. Tenían que estar allí. Las fuerzas eran patentes. En ocasiones la imagen temblaba. Todo se estremecía. Le seguía unos segundos de vibración, como si el paisaje entero tiritase, hasta que la oscilación se apagaba lentamente. Algo acunaba el horizonte. Lo devolvía al punto de equilibrio restituyendo las fuerzas que habían actuado sobre el mismo. Todo era almagre. El firmamento oxidado sudaba pardo. El cielo se había vuelto arcilloso, de un barro seco con fisuras que parecía poder desconcharse en cualquier momento. </div>
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Ahí, ahí estaban. Esta vez, Evren vio a uno de ellos. Un gigantesco cuerpo cilíndrico, hinchado y aceitoso surgió arqueado de entre la bruma. Era un enorme ballenato alzándose entre los campos, para desaparecer en una estruendosa caída sobre el océano de cardos. Todo volvió a estremecerse. El paisaje parpadeó. Una. Dos. Tres. Cuatro. Hasta cinco veces la imagen desapareció a sus ojos a pesar de que sus pupilas estaban abiertas. En ningún momento la membrana cayó sobre la media luna de sus ojos, fue el mismo paisaje el que se borró para volver inmediatamente a constituirse.</div>
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Aquella aparición fue tan inesperada que apenas tuvo tiempo de sorprenderse. Su conciencia seguía sin reaccionar. Le empezaba a llegar todo tipo de información confusa. Los espacios sinápticos eran torrentes turbulentos de neurotransimisores, cargas eléctricas que activaban y desactivaban una compleja red ramificada de neuronas, llevando consigo imágenes, palabras y sonidos. Un mar denso y electrificado que desbordaba la corteza visual. Los ojos de Evren se habían invertido, se habían volcado hacía dentro, mirando lo que se proyectaba sobre la corteza visual. Habían dejado de ver el mundo exterior, nada entraba en su cerebro. A sus ojos, sólo les interesaba la reconstrucción que hacía su interior. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Fuera no había nada. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Dentro lo estaba todo.</div>
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La bóveda celeste oxidada se abría, se rajaba como un terreno yermo y de entre sus fisuras desbordaban pequeñas criaturas que se precipitaban al vacío. Se desprendían del hueco y caían. Caían por la vertical al encuentro del horizonte. Los cuerpos aceleraban su trayectoria a medida que se desplomaban. Eran humanos, ahora los veía mejor. Cientos. Miles. Cientos de miles, todos ellos viniéndose abajo. Despeñándose desde los barrancos del cielo, cayendo a plomo hasta romperse contra el suelo. Los impactos eran sordos. Sonidos opacos, como gotas de fango. Los oídos de Evren se llenaron del ruido que escapaba de bajo sus botas cuando estas quebraban las conchas secas de caracoles en el campo. Los cuerpos se destrozaban al ver frenada su caída. Cada vez eran más los que se precipitaban desde un firmamento más fracturado. Golpeaban unos cuerpos con otros. Se apilaban los cuerpos blandos unos sobre los otros. Desencajados. Desarticulados. Elementos rotos. Amontonados, levantando una pira inmensa ante los ardientes ojos de Evren. La pupila febril titiritaba, la cornea rebullía inquieta. El ardor se volvió doloroso, extendiéndose desde la parte posterior del cráneo hasta el rostro. La incandescencia de las cuencas oculares parecían emitir luz propia. Tanta que al final lo cegaron todo.</div>
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El silencio llegó de la mano de la monotonía. Los grillos seguían frotando los bordes de las alas anteriores entre sí, su sonido era un colchón de calma. Un espacio de serenidad. Allá, en el horizonte podía ver la cola de su perra atizando las espigas secas. El sol había ascendido algo más, brillaba solitario en un cielo despoblado de un azul sedoso monocromo. El panel le informaba de que las baterías estaban recargadas. Desenganchó el cordón neuronal del mismo. Andaba confusa, aturdida como siempre tras una sesión de desrealización. Se sentía mareada, con una profunda sensación de desprotección, ya que por un momento era incapaz de pensar en nada más que lo que había experimentando. La realidad, el sol, el llano, el canto de los ortópteros, todo parecía ser experimentado desde fuera, como si no fuese con ella. La visión seguía titiritando, como si el mundo estuviese constituido de fotogramas, le parecía oír más de la cuenta, con mayor agudeza, el raspado de los grillos no era una masa homogénea, como de costumbre, sino que cada uno tenía su timbre y tono, constituyendo una orquesta compleja. Hasta el cuerpo parecía débil. Mareado. La brecha abierta entre su mundo interior y el exterior requería unos minutos hasta quedar sólidamente sellada. Una vez cerrada, el proceso disociativo acababa y pocas veces Evren daba mucha importancia a lo acontecido durante la conexión.</div>
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
En casi todas las ocasiones, las conexiones le habían llevado a experimentar circunstancias rutinarias. La mayoría de los usuarios ejercían como “donantes” mientras desarrollaban su vida normal, bien en el trabajo o en el hogar. Ella misma, Evren, se había conectado como donante, alguna que otra vez, mientras llevaba acabo sus prospecciones por los llanos. Tenía dos seguidores que aseguraban que les relajaba pasear, como “receptores” de esa donación, por esos espacios vacíos, pudiendo así evadir la abrumadora densidad de la ciudad que habitaban. </div>
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Así pues, mientras aguarda a que el automóvil cargaba su batería, Evre había desayunado junto al marido de otra mujer en un bloque de la ciudad. En lugar de dar vueltas al cubo fotovoltaico, daba vueltas a una cucharilla en un tazón de leche caliente mientras el hombre hacía lo mismo, intercambiaban alguna mirada o comentaban los titulares del día que llegaban a sus dispositivos. Hablaba y escuchaba en una lengua que no entendía. Sus pensamientos vagueaban en unos fonemas que nunca antes había escuchado y que nunca podría pronunciar, los sonidos se disolvían en imágenes que nunca acababan de conformarse. Media palabra, media imagen eran suficiente a la propietaria de esos pensamientos para traer a su conciencia lo que buscaba. Las reflexiones, la memoria se mostraba como un complejo y multifacético caleidoscopio en continua rotación, mientras observaba al marido dando largos sorbos a su taza. </div>
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Un mañana llevó de las manos a los hijos de una madre hasta la escuela. Sintió el tirar de unas manos pequeñas sobre las suyas y como sus músculos se agarrotaban para evitar que uno de ellos se escurriese al ver la puerta del colegio. La piel de los niños era suave, extremadamente suave y perfumada. El mayor de ellos no paraba de cruzarse con sus piernas, en más de una ocasión la hizo tropezar y tuvo que reconducirlo a su posición. Desde la altura, desde el plano picado de la visión de la madre, el pequeño aún lo parecía más. Más indefenso. Más reducible. Resultaba fácil ejercer la autoridad desde aquella perspectiva. </div>
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A veces se había visto de pie, manteniendo el equilibrio en un vagón repleto de gente, todos ellos de camino al trabajo. Unos sentados, otros de pie, apoyados contra las puertas o sujetos a las barandillas, todos conectados a sus respectivos dispositivos. Incluso ella, o él, el cuerpo a través del cual Evren experimentaba aquel rutinario viaje matutino. Sacudido su cuerpo por el ligero traqueteo del transporte público, sus ojos se concentraban en la lectura de la crónica del último evento deportivo de la noche anterior, mientras el leve roce con una mujer, que se sostenía a su lado, se traducía en una transmisión dulce y placentera bajo su dermis a lo largo de su cuerpo.</div>
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Un día pasó un buen rato con el cerebro impregnado por un mar de efluvios y esencias desconocidas. Los sonidos que embutían aquella mente no los había escuchado nunca, no conocía otros idiomas más allá del turco, el kurdo y el inglés, pero aquellos ruidos diferían mucho de cualquier otro idioma que hubiese escuchado antes. Las imágenes también eran diferentes. Vaporosas, parecían perfumadas, de colores virados que se transformaban continuamente, quedaban suspendidas unas sobre las otras, superponiéndose, sumando un color, una imagen, un olor, sobre otro, para reconstruir un todo poliédrico confuso. No fue hasta acabada la sesión, que Evren descifró que había estado encerrada en la mente de un perro. Que lo que había sentido le llegaban a través del olfato de un perro paseando por la calle, al que su dueño le había instalado un cordón neuronal. Evren pensó que tendría que hacer lo mismo con Aske, su perra. No para exponerla en la red como donante a los miles de usuarios desconocidos, sino para conectarse a ella. Para entenderla mejor, para sentir directamente a través de ella esas búsquedas aparentemente tan apasionadas que llevaba a cabo por el páramo, porque ella, mediante sus ojos no conseguía discernir que había de interesante en aquellas áridas tierras.</div>
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Evren siempre había buscado experiencias sencillas, nada extraordinarias, pequeños momentos de evasión para sentir como llevaban otros la carga de la vida. Y como Evren, millones de usuarios en el mundo hacían lo mismo. A ratos ejercían como “donantes” cediendo su experiencia cognitiva al mundo, a ratos como “receptores” apropiándose de lo vivido por los donantes. La intimidad había muerto. Incluso la de los espacios más recónditos, los pensamientos conscientes e inconscientes, los sentimientos de todo tipo corrían por lo que la gente creía que era ese mundo intangible de pura liviandad e infinito que denominaban la Red. Solo que sus pensamientos, sus experiencias, sus acciones, sus comentarios, sus sentimientos, no flotaban, en realidad eran inmensos textos de código binario, secuencias interminables de unos y ceros grabados en unidades de almacenamiento gestionadas por un sistema y alojadas en ordenadores que llevaban a cabo 18,743 transacciones por segundo, intercambiando miles de millones de gigabytes, consumiendo más del 6% de la energía mundial y emitiendo grandes cantidades de gases nocivos a la atmósfera. La Red no era una blanca y sedosa nube sino un sucio país pequeño. Un país caldera que devoraba recursos. Sus vidas, sus conciencias era el último de los recursos en sumarse a todo lo que esa maquinaria gestionaba. Todo lo donado, todos los datos personales e íntimos estaban alojados en las máquinas de unas empresas desconocidas gestionadas por extraños en un país donde no había ley alguna. </div>
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Evren desconocía esa realidad. Tampoco le importaba. Casi nadie pensaba en ello. Se ignoraba. El pudor, la idea de individuo como ser libre y autónomo, responsable de su destino, estaba desapareciendo. La privacidad e intimidad habían caído de la escala de valores. La gente no tenía suficiente con pensarse a sí mismo, sino que necesitaban que otros los pensasen, que otros los sintiesen y al mismo tiempo ellos pensar y sentir en y a través de otros. Las emociones, las necesidades, los sentimientos requerían de algo más que los propios recuerdos, experiencias, deseos y sueños. ¿Por qué limitarse a la vida de uno mismo cuando se podía acceder a la vida de todo el mundo? Allí fuera existía un universo mucho más amplio y rico que el diminuto mundo individual. Eran muchos los que querían gozar de esa experiencia, enriquecer su dimensión humana más allá de la suya. Más allá de su materialidad corporal e imaginativa. Renunciaban a su singularidad voluntariamente buscando una unidad imposible. La gente se había vuelto transparente pero en el anonimato. Eran anónimos translúcidos, que sus conocidos no veían, pero que los desconocidos podían penetrar y atravesar sin problemas. Evren era una de ellas. Un pozo de incertidumbres, incluso para sí misma, exhibida a un mundo externo de desconocidos.</div>
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Evren se deslizó fuera del vehículo. Se apoyó al mismo. Estaba mareada, una ligera sensación de vértigo seguía instalada en su cuerpo. Los efectos de la desrealización persistían en su cuerpo. Buscó a Aske en el horizonte. El movimiento de la vegetación delató su posición, allí estaba su rabo. Enseguida emergió su cabeza, buscándola a ella con sus ojos brillantes. Su pelaje estaba lleno de espigas y espinas de cadillo. Evren pensó que aquella tarde tendría que lavarla y revisar que ninguna de las espigas se hubiesen clavado entre las almohadillas de sus pies. Hace un par de años una espiga se introdujo dentro de la piel y le causó una dolorosa tumefacción roja que no supo ver. Para cuando la detectó, la infección se había extendido, una serie de enormes granulomas evolucionaron a lo largo de su pata para intentar aislar aquella sustancia extraña afectando al funcionamiento de la misma. No pudo volver a apoyar bien el pie sobre el suelo. A pesar de su cojera crónica seguía disfrutando de la libertad que los yermos campos le brindaban cada día. Evren estaba convencida de la felicidad de Aske constituyendo parte de la brigada de rabdomantes.</div>
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Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-48853836859501607162017-10-07T14:47:00.001+02:002017-10-12T18:37:05.460+02:00Rabdomantes (uno)<br />
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Evren se dejaba llevar. El vehículo se desplazaba tan silencioso sobre el terreno, que más que rodar, le daba la sensación de deslizarse sobre el mismo. La suavidad del movimiento invitaba al sueño, la cabeza reclinada sobre la cabecera resbalaba levemente hacia la izquierda, quedando allí colgada, en el hueco que se abría entre los dos asientos. Se permitía extraviar la mirada en el más allá, en el horizonte a la fuga, mientras el sistema automático mantenía el coche en la carretera. </div>
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Fuera se sucedía un paisaje intensamente ondulado, que le recordaba que para las fuerzas intrínsecas de la naturaleza, aquella fina piel de la Tierra que habitaban, era poco más que una hoja de papel que podían arrugar y modelar a su antojo. El terreno era monótono, un sube y baja yermo cubierto por pequeñas espigas de gramineas y cardos secos de flores amenazantes. Todo ello llevado hasta el límite, hasta donde se precipita el horizonte en el vacío. Ella no guardaba en su memoria ninguna visión distinta de ese espacio, siempre había sido así, un erial, pero de su madre había escuchado que aquellas tierras no habían sido siempre así. Le costaba dar crédito a las imágenes que le había enseñado de pocas décadas atrás, cuando las colinas constituían un páramo fértil donde se dejaba pastar al ganado. </div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
No concebía que aquello hubiese sido un todo verde. Verde era el único vocablo que le quedaba para definir algo frondoso o fresco, a veces no entendía a su madre cuando le hablaba, porque usaba unos términos para describir el paisaje de su infancia, de los que ella carecía. No tenía referencias. Ni percepción alguna de lo que representaban una fronda o un herbazal. Ya nadie usaba esas palabras. Habían desaparecido como lo habían hecho las imágenes asociadas a ellas, de visualizar algo similar en el paisaje poco hubiese podido decir de ello, más allá de definirlo como un campo verde. El lenguaje impone una imagen. Cuando la imagen dejo de existir, la palabra falleció con ella. Muchas palabras sobrevivían resguardadas en los mayores, en aquellos que, como su madre, aún tenían en su poder memoria de lo extinto. Muchas palabras, para esa generación que le antecedía, constituían un engranaje afectivo, un resguardo privilegiado de lo que fue y al que sólo podían seguir apegados mediante el sonido de unas palabras que evocaban unas imágenes inexistentes.</div>
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Y si lo verde no podía expresarlo más que como verde, Evren disponía de una extensa terminología para describir el extenso paisaje agostado que se desplegaba a lado y lado de la carretera. Requería de ese lenguaje para redactar sus informes, en las que las propiedades del terreno debían quedar bien definidas, siguiendo las directrices de la Oficina. El verde se manifestaba con poca frecuencia en ese suelo mustio y ajado, en pocas ocasiones había tenido que hacer uso del término. Sólo tenía constancia de un fenómeno. El de una floración explosiva que siguió a unos días de tormenta. Una rareza que la sorprendió con una intensidad de colores nunca antes vistos en ese paraje reseco. No supo reflejar el suceso en el informe, se limitó a escribir: verde. </div>
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Hay días en los que pensaba que fue un espejismo. Una alucinación. Un juego de la percepción e incluso algún tipo de interferencia en el sistema nervioso en el que se entremezclaron la realidad con las imágenes que su madre le había enseñado. Otros días confíaba en sus sentidos, los registros de los sensores de ese día confirmaban niveles de humedad nunca antes observados, y la lectura colorimétrica había sido inaudita, muy alejada de la gama ocre que solía definir sus dossiers.</div>
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Un pitido agudo interrumpió el duermevela de Evren y el de su perra que hasta entonces había permanecido tumbada en la parte trasera del vehículo. El dispositivo le avisaba de que estaban llegando al puesto donde debía recargar las baterías del coche. Unos metros por delante vio como un pequeño punto negro junto a la carretera iba ganando volumen hasta definirse como una pequeña construcción.</div>
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Era un edificio sencillo. Un bloque, casi un cubo perfecto, de paredes oscuras. Toda la edificación estaba barnizada con una tinta fotovoltaica basada en la pervoskita. En algún lugar se observaban grietas, en las esquinas la pintura empezaba a descascarillarse. Una vez el vehículo se detuvo y se conectó para llenar sus baterías casi vacías, Evren descendió del mismo. Abrió la portezuela trasera para dejar que el perro saliese para poder estirar las piernas. En cuanto saltó del mismo, un enjambre de diminutos seres mecánicos se desprendió de su pelaje, la nube describió un pequeño círculo y enseguida desapareció de nuevo sobre el lomo del canino.</div>
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Evren inspeccionó el lugar, con el tedio de quien sabe que no va a encontrar nada. Realizaba aquella ruta cada dos meses. El piloto automático siempre paraba en aquel lugar, era el único puesto de repuesto. No tenía constancia de donde estaba el siguiente, nunca se había aventurado tan lejos. La ruta asignada finalizaba no muy lejos de allí, donde el suelo se rompe para conformar el barranco que, dicen los geólogos, succionó el agua de la región. Más allá del mismo no tenía autorización para hacer prospecciones, quedaba fuera de la jurisdicción de la Oficina. Su labor consistía en rastrear a un lado del barranco cualquier posibilidad de encontrar agua, así como reportar las propiedades del suelo bajo las que se escondía el preciado fluido. T<span style="font-family: "helvetica";">oda esa información era centralizada por la Oficina e incorporada a una extensa base de datos de la que se alimentaban los algoritmos que estimaban la viabilidad económica del proyecto.</span></div>
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El chucho, cojo de una pierna, renqueó unos cuantos metros para hacer sus necesidades. Una vez más, la horda de minirobots que reposaban sobre su espinazo alzó el vuelo como si fuesen una misma entidad y se posaron sobre el terroso suelo. Ellos eran el instrumento básico de Evren, sin ellos su trabajo sería imposible. Era una caterva de diminutos autómatas, “las pulgas” los llamaba Evren, dotados con diferentes sensores que se dispersaban por el terreno y registraban datos de humedad y composición del suelo, pero la más importante de sus funciones, era la de medir la conductividad y resistividad del terreno enviándose señales los unos a los otros, conformando una compleja red viviente que intercambiaban información. Cuando los sondeos daban un valor de probabilidad alto, identificaban el lugar exacto, y emitían una señal sonora inaudible, un tono que sólo la perra que siempre había acompañado a Evren en sus prospecciones podía escuchar. La perra se dirigía al foco del sonido y le marcaba el punto. Aquel quedaba registrado como uno susceptible de ser examinado y abrir, en un futuro, un pozo del cual extraer agua, si los algoritmos lo consideraban oportuno. La Oficina hacía esfuerzos enormes por encontrar aguas freáticas dentro de sus fronteras.</div>
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El sol, todavía ascendiente, empezaba a caldear el aire. El silencio se manifestaba a través del chirrido monótono de un ejército de grillos. Eran los únicos habitantes de aquellos llanos en aquella incierta localización. Sólo ellos hablaban. Era un sonido tan continuo que al final se volvía imperceptible. Evren sólo tomaba conciencia de ellos cuando por alguna razón dejaban de hacerlo. Sólo entonces, en el silencio, tomaba forma el ruido. El que Evren llevaba consigo. El que la habitaba pero sólo allí advertía. </div>
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Cerró su órbita alrededor del cubo y comprobó a través de la ventanilla como progresaba la recarga de la batería. Aún quedaba un buen rato. Observó a su perra ladeando entre un mar de espigas dobladas, llevaba el morro a pocos centímetros del suelo, olfateando algo, siguiendo un rastro. Cada cierto tiempo levantaba la cabeza entre las panojas resecas, dedicaba una mirada a Evren y volvía a desaparecer inmediatamente, escudriñando lo que Evren consideraba un imposible. Allí no había nada. Sólo un manto de cardos y gramíneas marchitas junto a miles, cientos de miles, de grillos. Aún así el chucho seguía adentrándose en ese manto amarillo y consumido.</div>
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Evren le dejó hacer. Ante la expectativa de la espera entró en el vehículo. Se acomodó en el asiento. Rebuscó el cordón neuronal entre su melena ondulada y lo conectó al panel del coche. Deseaba ser usurpada. Entregarse a la red para que alguien raptase su mente. La violase y pudiese experimentar lo que cualquier otro estuviese haciendo en cualquier otro lugar. Lo esencial era donarse. Desvanecerse. Dejar de ser ella misma. Unirse a la comunidad, cada vez más grande, de ciudadanos que concedían sus sueños y vidas a otros.<br />
¿Está segura de querer proceder con la aplicación?, preguntó la computadora. </div>
<span style="font-family: "helvetica"; font-size: 12px;">"Sí".</span><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWMpHnXNHx5qMC2otdM0gWzT6ag0qzo_RIggLsLYoKSsNaVxmfED4VGq-glKkNLbS_lsTOFi4lbcRnGsgQI_yJKAjCcup_M0FzsBbAwgfkaRayw59dMHiEv_RA4_mpYsH1UJH8EBBovuHM/s1600/cardos.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="367" data-original-width="1537" height="152" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWMpHnXNHx5qMC2otdM0gWzT6ag0qzo_RIggLsLYoKSsNaVxmfED4VGq-glKkNLbS_lsTOFi4lbcRnGsgQI_yJKAjCcup_M0FzsBbAwgfkaRayw59dMHiEv_RA4_mpYsH1UJH8EBBovuHM/s640/cardos.png" width="640" /></a></div>
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<a href="https://vimeo.com/198478815">Anita</a> from <a href="https://vimeo.com/user35887398">Baz-Art 2014</a> on <a href="https://vimeo.com/">Vimeo</a>.<br />
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<br />Akahttp://www.blogger.com/profile/13681273273170181146noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8236110159963114236.post-83554009284868310092017-10-03T14:03:00.000+02:002017-10-03T14:03:08.226+02:00Santa Senyora del Bosc<br />
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Se llega hasta ella a través de un estrecho sendero que se va adentrando en el fondo de la riera, el bosque seco al principio va volviéndose tupido y la vegetación superponiéndose una sobre la otra. Los pinos quedan atrás y dominan las encinas y algún que otro roble grande en algún recodo oscuro y húmedo. De sus ramas, cubiertas de líquenes en su cara norte, cuelgan largas lianas y enredaderas que descienden desde las copas hasta los pies del camino arcilloso que me llevan al lugar. Hay algún tronco caído, sus vísceras, en descomposición, son ahora el hogar de cientos de insectos que lo devoran por dentro hasta reducirlo a serrín, polvillo amarillento que desprende un intenso aroma de humedad. En algún que otro recodo el aire está inundado por la esencia del otoño que viene, la de las setas que empiezan a emerger entre la hojarasca. La senda se bifurca y una de sus ramas me lleva pendiente abajo, por un paso más estrecho aún, una bajada corta y empinada que sigue el rastro del agua cuando llueve, una zanja abierta por los pequeños torrentes va ribeteando el camino terroso hasta alcanzar un pequeño claro en el bosque. Una explanada diminuta que acoge tres grandes robles que se abren de brazos a un cielo que es un zumbido, el ronroneo incesante de cientos de abejas que vuelan entre las flores de un durillo de porte arbóreo recostado sobre uno de los robles.</div>
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La rambla que surca el sombrío valle tiene allí una fuente, una antigua losa que sigue en pie desde el siglo X con una boca de hierro que escupe un pequeño hilo de agua, un filamento que apenas es hilo, sino un goteo constante, que escasamente alcanza para encharcar su base, tan sólo embarra un suelo sediento. Más allá del manantial resulta imposible seguir bajando, arbustos, zarzas y enredaderas sellan el camino del cauce enjugado que se extravía en la penumbra vegetal. Si subo una ligera pendiente por un camino que lleva tiempo sin ser transitado llego a lo que queda de la ermita de Sant Vicenç del Bosc. Su base y muros son de poco más de un metro desde fuera, casi tan anchos como altos; desde su interior, tras descender tres escalones, las paredes de piedras sueltas parecen algo más altas. Musgos, líquenes y helechos habitan los pedruscos que las conforman. Parte de uno de ellos convive con dos encinas que encontraron entre sus minerales donde plantar su simiente y ahora se elevan sobre la ermita configurando una nueva bóveda verde por donde pasea alguna que otra pequeña ave.</div>
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Queda en el centro un pilar de piedra, una losa recostada a sus pies con una cruz rascada, y un ramillete pequeño y delicado de flores secas que alguien dejó allí hace mucho tiempo. En el lado izquierdo del pilar aparecen cincelados unos cuantos símbolos, la mayoría de ellos demasiado desgastados para leerse, pero uno si es reconocible. Uno de ellos es un mapa. Un mapa de T en O: <i>Orbis Terrae</i>. Un círculo, una letra circular que representa el océano que circunvalaba el mundo y en su interior una letra casi transformada en cruz cuyo brazo largo representa el mediterráneo y los cortos, el Nilo y el mar Negro y el río Don. Arriba Asia, abajo a la izquierda Europa y a la derecha África. Una visión cristiana del mundo, lejos de la realidad terrenal, apartado de la cartografía de los navegantes, un mapa espiritual en cuyo centro yace Jerusalén. El círculo es el “Océano de las tinieblas” o “Mar tenebroso”, como era conocido por los cartógrafos musulmanes del medievo el océano Atlántico, el cual asumían se extendía desde las costas más occidentales de Europa y África hasta las costas de Asia dentro de una esfera que contenía sus aguas y tierras. Descubrir el continente americano debió ser un enorme impacto, una ruptura radical con la visión simbolista del mundo, el mundo divino, el creado por Dios, escondía una nueva tierra que no entraba en la concepción perfecta que representaba el círculo. ¿Había escondido allí Dios el Jardín del Edén? ¿O deambulaban por allí demonios y otras bestias ajenas al mundo de Dios?</div>
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Dicen que sobre el pilar hubo en su tiempo una pequeña figura de madera, de poco más de treinta centímetros, que representaba a la virgen María. Se la conocía como Nuestra Señora del Bosque (Santa Senyora del Bosc), que un día se apareció a un joven pastor que sacaba a pasear a sus ovejas por los alrededores. Acostado a la sombra de un algarrobo escuchó el mugido de los bueyes que araban los campos de los alrededores. Todos ellos, sin excepción, caminaban lentos, pero decididos, en procesión hacia el bosque. Los bóvidos se hundían en la vegetación, llevándose por delante lianas y enredaderas, las zarzaparrillas coronaron sus cornamentas con las que apartaban ramas, abriendo sendero con sus pesadas pezuñas. Las ovejas se sumaron a la procesión, así como los canes que debían contenerlas en los campos, gallos y gallinas que corrían por allí sueltos también se sumaron a la comitiva. El muchacho siguió a sus ovejas, no podía perderlas. Siguió el desfile de bestias por el bosque hasta llegar a aquel pequeño claro, donde la vio. Estaba allí, cerca de la fuente, la pequeña talla de la virgen a la que todos los animales rendían pleitesía, todos ellos emitían sonidos, desde los mugidos de los bueyes, al balar de las ovejas, el cacareo y cloqueo de gallos y gallinas, el piar de las aves desde de las ramas, el zumbido de los insectos y el croar de los sapos que habían seguido el torrente. Era un estruendo gigantesco para recibir la aparición de la Señora del Bosque. La ermita se levantó para dar cobijo a quien tenía a la naturaleza por hogar. El artificio invadió lo natural con su materialidad, su espiritualidad no era suficiente, había que dejar constancia de la misma. Darle forma. Hoy su materialidad casi ha desaparecido. Poco queda de ella y sin embargo al haber sido conquistada de nuevo por la nada, por el entorno, la obra se vuelve aún más material que antes. Su magia es más perceptible que antes, como lo es el papel en un libro de páginas en blanco, o la tela de un lienzo vacío. El vacío, el silencio, la nada, tienen su propio mensaje.</div>
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<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Si uno arrima el oído al muro encarado el este puede oírse una serie de sonidos extraños enjaulados dentro de la piedra. Son pasos. Pies acolchados de jaurías de lobos que trotan en círculos. Se escuchan metálicas las uñas desgastándose en su camino. A pesar de los helechos y los musgos, allí no huele a humedad, el aire es cálido y uno parece estar rodeado por un grupo de canes echándole el aliento, todos ellos con la lengua colgando entre sus colmillos. La ansiedad se huele en ese rincón. La Señora del Bosque encerró a los lobos dentro sus rocas para proteger el ganado de las bestias que habitaban la foresta. Cedió a las demandas de los humanos. Cuando cayó el techo y con ello parte del muro, muchos de ellos quedaron liberados. Saltaron, atravesando la pared, al mundo del cual habían sido excluidos. Reivindicando su naturaleza depredadora. </div>
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Hambrientos, bajaron hasta la aldea. Se les vio rondando junto a los jardines del monasterio. Eran grandes, negros, sombras invisibles al amparo de la noche, con dos puntos de luz. Dos ojos extremadamente blancos, cuencos de leche carentes de iris y pupila. En la noche inacabable de las piedras que los habían retenido, la visión se había sacrificado. La superioridad moral de los animales está fuera de duda. Sólo el hombre piensa conscientemente en el mal mientras sonríe al vecino. El animal no piensa, ni habla, ni siquiera sonríe. Ni vive para matar, ni mata para imperar. Ataca solamente cuando le va la vida en ello. El animal es pacífico e incluso temeroso. La guerra contra las bestias es un conflicto humano, ajeno a los animales. No ha habido nunca disputa entre el hombre y los animales, siempre ha sido una agresión desde lo humano sobre lo animal. Los lobos que deambulaban por las calles no eran la causa sino la consecuencia de la opresión que el hombre había ejercido sobre ellos. Cuentan que aquella noche algunos vecinos desaparecieron, que nunca más se supo de ellos. Sus cuerpos se esfumaron. No había más rastro de la violencia desencadenada por las bestias liberadas que la desaparición de algunas personas. Ni sangre, ni huesos, ni gritos. Una ausencia silenciosa. </div>
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Tampoco los lobos volvieron a ser vistos.</div>
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Ni la efigie de la Señora de Bosque se encontró entre los escombros del techo desplomado.</div>
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Poco a poco volvió a oírse el color de la naturaleza.</div>
<div style="font-family: Helvetica; font-size: 12px; font-stretch: normal; line-height: normal;">
Quien canta siempre una melodía del otro mundo.</div>
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Nos alejamos de ella, la destruimos, porque cuando oímos nuestra propia melodía, la que habita nuestra alma, pero no cantada por ella misma, sino emitida por algo o alguien que está fuera físicamente de a quien pertenece esa melodía, sentimos miedo. Nadie puede escapar al dictado imperiosos de esa voz. Cuando alguien se encuentra frente a aquel llamamiento de su propia alma exteriorizada, la atracción es fatal. Por eso se evita. Siempre se ha evitado escuchar a la naturaleza. Para evitar que nos penetre de nuevo.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5fgCOvFAk3c66xZmnY9eOGWg0Ki1UBZfJM3cIdCmNXi3I-Hsk5mud-mu-jEQGVZdfjCBBXDsZ2n-zs14b-Nz4exMHOAwAqnvD0115UpKY-hYKTDymPOeY_AEn5sE6HshToOkxu_voYxbZ/s1600/lobos.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="717" data-original-width="1415" height="324" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5fgCOvFAk3c66xZmnY9eOGWg0Ki1UBZfJM3cIdCmNXi3I-Hsk5mud-mu-jEQGVZdfjCBBXDsZ2n-zs14b-Nz4exMHOAwAqnvD0115UpKY-hYKTDymPOeY_AEn5sE6HshToOkxu_voYxbZ/s640/lobos.png" width="640" /></a></div>
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